Dirty Dancing es una de esas películas que no pasan de moda y que, a lo largo de los años, ha sabido acumular una gran cantidad de fanáticos. Este año, en el que se cumplen 35 años del estreno de la película protagonizada por Jennifer Grey y Patrick Swayze, la actriz se refirió al rodaje de la esperada secuela que la tiene, nuevamente, en el centro de la historia.
“Estoy entusiasmada con el desafío de mirarlo desde el punto de vista de lo que sucede 30 años después y en los años '90. Qué sucede con la persona que tuvo esa experiencia: qué le sucedió y qué es ahora relevante sobre la historia original en un momento diferente".
Además, la actriz agregó que no se hará con la intención de competir con la anterior o de rehacerla, sino de contar una nueva historia.
Jonathan Levine, detrás de “Nine Perfect Strangers”, es el director de esta secuela que se estrenará en 2024 y estará ambientada a finales de los años '90.
Contará qué sucede cuando Baby (la protagonista de la primera entrega, encarnada por Jennifer Grey) regresa al resort de Kellerman’s en las montañas de Catskill, donde presenciará la iniciación en el mundo del baile de una nueva joven protagonista, que le recordará su tórrido romance con Johnny Castle y el apasionado noviazgo que vivieron juntos.
Cómo era en realidad la relación entre los protagonistas de la película original
Las peleas de Grey y Swayze los transformaron en grandes actores
Quien haya visto esta película y notado la química entre los protagonistas jamás habría podido imaginar lo que realmente ocurría entre ellos cuando las cámaras se apagaban. Según se conoce, los actores tenían una pésima relación que arrastraban desde Amanecer rojo, una película en la que habían trabajado juntos antes de "Dirty..." de la que no se llevaron buenos recuerdos.
Al parecer Patrick, además de muy profesional, era bailarín de formación. Este no era el caso de Jennifer, lo que les traía conflictos todo el tiempo. El propio Swayze se refirió a esto años atrás en su biografía: dijo que le resultaba “extremadamente irritante” el trabajo con su partenaire, ya que ella se negaba ensayar las escenas si había que repetirlas y que, además, cuando la criticaban, se ponía a llorar en el set.
Por su parte, Grey contó que “Patrick me gastaba bromas a mí y a todo el mundo. Llegaba tarde y creyéndose el jefe de todo, actuaba como un macho y yo no podía soportarlo”. Al parecer, para convencerse de trabajar juntos se sentaron a charlar para limar asperezas que, con el correr del rodaje, volvieron a salir a flote.
¿Por qué dos grandes actores? Dirty dancing (Baile caliente) se caracteriza por las escenas de baile en la que ambos protagonistas se seducen con el cuerpo y con la mirada, coronada por una escena final idílica en la que lo hacen frente a un grupo de escépticos que no veían con buenos ojos los movimientos corporales de la pareja. Fue un verdadero suceso de taquilla y quedó como una de las películas musicales románticas más emblemáticas, con una coreografía repetida hasta el hartazgo en casamientos y también en programas de televisión. Un éxito que escondía detrás una historia bastante diferente.
