El viernes 13 de agosto -en el teatro Picadero- se estrenó la obra Madres y ya se convirtió en uno de los espectáculos más vistos de la cartelera local. La obra gira en torno a las historias y experiencias de cuatro amigas que comparten una intensa tarea en común: la aventura tan única y maravillosa de ser mamá. El elenco está conformado por Sabrina Garciarena (Dani),Paula Kohan(Maru), Flor Otero (Nina) y Viviana Puerta (Barbi) y Para ti tuvo oportunidad de entrevistar a Josefina Pieres, directora de la pieza.
-Es una obra de teatro protagonizada, dirigida y producida por mujeres… ¿Cómo estás viviendo esta experiencia?
-El armado de un espectáculo en equipo -donde cada persona pone su talento al servicio de la creación- es un momento único y maravilloso. Pero en este caso, además, montar una obra sobre mujeres, la maternidad y que el equipo esté integado sólo por mujeres y el 90% sea madre, es aún mejor porque el texto se nutre mucho de las vivencias de cada una de ellas, claro.
Una versión bien argentina
-Madres fue un éxito en Broadway, ¿tenés miedo que la gente compare aquella obra con la argentina?
-Yo no vi la obra original en Broadway pero sí muchos videos y la realidad es que nosotras estamos haciendo nuestra versión, casi sin tener en cuenta nada de la puesta original. Las comparaciones no me dan miedo, me da terror la crítica… ¡Como a todo artista! (Se ríe). Pero confio mucho en este elenco, en el equipo que formamos y en el trabajo que estamos realizando.
¿Tuvieron que adaptar mucho el texto a la realidad Argentina y, especialmente, a la de pandemia?
-La obra está completamente adaptada a nuestra idiosincrasia. Todo, absolutamente todo, fue pensado para el público argentino. Siempre fue una prioridad, lograr tener un texto con el que el público se identifique y genere empatía. La diaria de la maternidad está muy atravesada por el contexto social y cultural de cada país, por eso, no quisimos sostener diálogos de la obra original que estaban alejados de nuestra realidad. No hubo que contextualizar la pandemia porque es una obra atemporal en ese sentido.
Teatro en pandemia
-Sé que gran parte de los ensayos se hicieron por zoom… ¿Cómo viviste esta nueva experiencia?
-Arrancamos con ensayos virtuales y poco a poco fuimos sumando ensayos presenciales. La verdad que dirigir por zoom es distinto, ni mejor ni peor: diferente. Yo en este año y medio que llevamos de pandemia ejercité mucho la manera remota -especialmente en proyectos de Publicidad- y, para mi, lo más importante, es tener un equipo en quién confiar para llevar la presencialidad adelante cuando llega el momento.
-Cuando te propusieron dirigir Madres… ¿Hubo algo en particular que te sedujo del proyecto?
-A mi me encantó la obra desde el minuto 1 y creo que es súper interesante ver cuatro maternidades muy diferentes entre sí. Cuatro mujeres distintas y, a la vez, súper amigas. Eso fue lo que más trabajé con las actrices: la posibilidad de individualizarlas, volverlas específicas y explicar, de esta manera, que ninguna maternidad es igual a otra. Es más, no existe una sola forma de maternar: hay tantas maternidades como mujeres madres en el mundo y eso es lo que queremos contar. Y algo clave: ninguna maternidad es mejor que otra, cada mujer tiene la suya y siempre es válida.
La crianza y sus múltiples conflictos
-¿Crees que la maternidad está idealizada?
(Piensa unos segundos en silencio) No sabría decirte si la maternidad está idealizada… Por suerte, hoy veo a muchas mujeres hablar sobre sus hijos en Instagram sin pelos en la lengua y, claro, también hay otras que eligen sólo mostrar algodón de azúcar. Entiendo que hay muchas cosas que nos dan vergüenza decir como madres y quizás, no es necesario publicarlas en redes sociales, pero compartir las dificultades de la crianza con una amiga es inmensamente sanador. Ir a ver Madres con amigas, con familia, va a ser un puntapié para charlas, risas y muchas anécdotas.
-Madres es el acompañamiento ideal para este tsunami de emociones que es tener un hijo, entonces
(Se ríe) ¡No está mal el concepto! La idea de la obra es escenificar esta historia con honestidad y compromiso. Divertirnos y también emocionarnos porque la obra nos lleva a transitar muchas sensaciones opuestas. En cualquier caso, lo único que queremos dejar claro es que no hay madres perfectas y que la amistad la es un vínculo incondicional que nos sostiene en los momentos más duros de nuestra vida.
