En el último tiempo, la tragedia de los Andes volvió a estar en boca de todos gracias a la película "La sociedad de la nieve" del director español Juan Antonio Bayona. Este film intenta retratar tanto a los sobrevivientes como a los jóvenes que no pudieron volver, una de las primeras cintas que no habla sobre "héroes", sino de chicos de veinte años que tuvieron que salir con sus propios medios de esa montaña.
""La sociedad de la nieve" no sólo intenta contar toda esta tragedia, sino que Bayona también quiso que los chicos que no volvieron estén representados, que no sea solo para los sobrevivientes, que sea para todos", explicó el actor Juan Caruso, quien interpretó a Álvaro Mangino en el éxito de Netflix.
Además, logró que, todos aquellos que no conocían este accidente, ahora no sólo estén informados, sino que también puedan empatizar con aquellos jóvenes que, siendo tan chicos, se vieron obligados a sobrevivir en el medio de la nada, sin comida, ni comunicación.
- ¿Cómo te preparaste para el papel de Álvaro Mangino en "La sociedad de la nieve"?
- El casting fue muy duro, estaba muy ansioso y tenía muchos nervios. Pero, cuando quedé, me relajé un poco. Sin embargo, esa tranquilidad duró poco porque el proceso de grabación también fue muy complicado. En un principio, tuvimos que aumentar todos de peso con una dieta supervisada por nutricionistas porque teníamos que bajar mucho y es más saludable primero aumentar 10 kilos para después poder bajar 20 porque no puedo bajar 20 kilos de mi propio peso.
Asimismo, cuando comenzamos a filmar, cada uno de nosotros conoció a su sobreviviente o a la familia de los chicos que no habían vuelto para poder averiguar más sobre su persona y así poder interpretarlos.
- ¿Cómo fue conocer al verdadero Álvaro, qué fue lo primero que te transmitió?
- Conocí a Álvaro, a Margarita [su pareja] y a toda su familia, sus hijos y nietos. Lo primero que me transmitió cuando lo vi fue su resiliencia. Compartí mucho con él y con todos sus allegados. Me escribían a diario para decirme que les podía pedir cualquier cosa que necesite, iba a asados con sus amigos, con sus hijos, fui muchas veces a su casa, era parte.
Además, Margarita también me acompañó mucho en este proceso, me contaba todo lo que habían vivido, cómo fue el momento en el que ella se entera que Álvaro iba en el vuelo. Ella me transmitió un gran mensaje de lucha porque, si hoy tienen la familia que lograron formar, en parte también es gracias a la lucha de ella para que Álvaro se reincorpore y pueda volver a su vida.
- ¿Álvaro o Margarita te contaron cómo fue su proceso de reinserción a la sociedad?
- Sí. Le fue muy difícil. En un principio, no quería hablar sobre lo que le había sucedido, le llevó muchos años poder empezar a contar todo lo que había vivido. Pero, tuvo a Margarita a su lado y no lo dejó solo ni un minuto. Álvaro y Margarita son un ejemplo de lucha por todo lo que lograron formar después de semejante tragedia.
Después, cuando volvieron, entre ellos se buscaban todo el tiempo. Necesitaban estar juntos y verse todos los días y, hasta la actualidad, se siguen viendo por lo menos una vez al año.
- ¿Y qué te contó Margarita acerca de su fe en que Álvaro vuelva?
- Ella me contó que siempre tuvo fe de que iba a volver porque se conectaban desde sus cadenitas. En la película se pudo ver como Álvaro le hablaba todas las noches. Pero, los padres de Margarita no creían que fuese a estar vivo, por lo que su papá le hablaba y le decía que deje de imaginárse que iba a volver porque no iba a ser así, pero ella no lo escuchaba.
Se fue de su casa con sus amigas para alejarse un poco de ellos y allí ocurrió el momento en el que los encuentran, por lo que siempre supo que estaba vivo.
Se fue con la familia de él y con Rossina, la pareja de Gustavo "Coco" Nicolich que también era su prima, a verlos, pero, por lástima "Coco" no había vuelto.
También, me contó que, cuando estaba en el hospital, ella gritaba su nombre porque lo quería ver, pero no la dejaban. Esa escena la grabamos, pero no quedó en el final.
- ¿Cuál fue la escena que más te gustó grabar y la que menos?
- Una de las escenas que más me gustó fue el reencuentro entre Margarita y Álvaro, a pesar de que no haya quedado en el final.
Yo estaba rodeado de gente que me saludaba o felicitaba, pero eran desconocidos. Entonces, cuando ya estaba acostado en una camilla, empiezo a escuchar que alguien grita "Ávaro, Álvaro" y era ella.
Por lo que, entra y me abraza y yo me pongo feliz porque estaba con mi novia. Era un final muy romántico y perfecto para terminar.
Pero, tampoco quiero quedar como que una de las escenas que más me gustaron no estuvo en la película, por lo que la del alud también fue otra que me gustó mucho por todas las cosas que teníamos que atravesar, las emociones que teníamos que transmitir y el impacto de la escena.
Aún así, también fue la que menos me gustó hacer porque realmente vivimos durante dos semanas, porque eso fue lo que tardamos en filmarla, el frío y la humedad. Casi todos estuvimos enfermos durante ese tiempo porque estábamos todos los días mojados y congelados grabando ese momento.
- ¿Y cómo hacías para conectar con esas emociones de soledad, angustia y desesperación que transmitías en la película?
- Uno cuando es actor tiene que conectar con muchas emociones que tal vez no siente en ese momento. Si tengo que hacer que estoy enamorado, pero realmente no me sucede, tengo que agarrarme de algún recuerdo mío para poder acoplarme a la escena y eso mismo sucedió en las grabaciones de "La sociedad de la nieve".
No había vivido este tipo de sensaciones, pero intentaba tomar algún recuerdo triste o en soledad para poder conectar con lo que sentía Álvaro en ese momento. Igual, si no hubiese sido por el grupo que se creó entre todos los chicos, me habría costado más ponerme en la piel de Álvaro, al igual que a todos.
- Si no hubieses sido Álvaro, ¿qué otro papel te habría gustado interpretar?
- Me gustó mucho el papel de Carlitos Paez, pero también porque Felipe [González] lo interpretó muy bien. No salía del personaje ni un minuto. A veces estábamos descansando y hacíamos chistes como: "Y ¿qué haría Carlitos en este momento?" y nos reíamos mucho. También, tiraba frases de él cuando no estábamos filmando. Fue un gran personaje y lo actuó muy bien.
Otro que también me habría gustado interpretar fue el de Pancho Delgado por todas las emociones que tuvo que atravesar siendo tan chico, como ver morir a su mejor amigo Numa o la soledad o el desamparo.
- Para poder interpretar a todos los personajes tuvieron que bajar mucho de peso, ¿cómo fue esa diesta restrictiva? ¿Cómo la viviste?
- Primero, tuvimos que subir de peso para poder bajar más rápido, pero no nos dejaban comer cualquier cosa, todo estaba supervisado por nutricionista. Ensaladas era lo que más comíamos, una atrás de la otra y también mucha pasta. Pero, dulces nada, ni tortas, ni helado, ni nada y yo soy re dulcero.
Después, cuando tuvimos que empezar a bajar de peso, los nutricionistas nos pesaban todos los días para que estemos sanos, pero, nos separaban del catering de todo el reparto y teníamos uno aparte, donde no había casi nada porque no querían que nos tentemos ni que nos salgamos de la dieta.
- ¿Y qué sentías cuando te mirabas al espejo y estabas personificado como Álvaro, todo sucio, con el pelo lacio y muy flaco?
- Todos nos desporsonalizamos en el rodaje cuando estábamos personificados como nuestros personajes. Yo ya no era yo. No era más Juan, ahora era Álvaro porque me miraba en el espejo y estaba todo sucio, flaco y con el pelo lacio. Además, les llevaba mucho tiempo alizarme los rulos. Siempre pensaba en raparme toda la cabeza cuando finalizáramos las grabaciones porque no me aguantaba más.
- ¿Y qué fue lo primero que devoraste cuando terminaron de grabar?
- Cuando terminamos de grabar las escenas del rescate, tuvimos que subir de vuelta de peso porque ahora tocaban las primeras de la película, esas del aeropuerto, donde estábamos todos felices. Eso ocurrió así por cuestiones climáticas. Cuando empezamos a filmar, era el momento perfecto en la montaña porque había nieve y hacía mucho frío y después todo se iba a descongelar. Por eso, fueron las primeras escenas que hicimos.
Pero, cuando terminamos esos momentos, nos fuimos corriendo todos al catering de verdad y nos tiramos encima de la comida. Todos los que estaban presentes nos miraban y se reían porque eramos unos locos que no nos daban las manos para comer todo junto. Milanesa, pastas, pizza, de todo. Además, me hice un festín con seis alfajores uruguayos.
- En el detrás de escena del alud o del accidente del avión, cuando se parte en dos, se puden ver los efectos especiales que usaron para que todo quede muy real, pero ¿cómo hacías para conectar con la desesperación mientras todo era tan poco creíble al rededor de tus ojos?
- La escena del alud, si bien sí tiene muchos efectos, fue más fácil de conectar porque el frío, la nieve y lo mojados que estábamos eran verdad y lo vivíamos todo el tiempo. Por algo nos enfermamos. Ahí, no me costó interpretar esas emociones.
Sin embargo, en la escena del accidente, estábamos todos contentos porque era un viaje con amigos, donde íbamos a disfrutar y a pasarla bien, por lo que eso no me dificultó sentir. Aunque, cuando choca, son más los momentos cortos que se ven del avión que los que tuvimos que hacer. Yo grito en un momento porque se me quiebra la pierna, pero fue sólo eso.
- ¿Cuál fue la anécodta más divertida o que te llevás de las grabaciones de "La sociedad de la nieve"?
- Una que me acuerdo mucho fue cuando estaba sucediendo el mundial. Creo que fue el partido que jugamos antes del de México. Con los chicos ocupamos uno de las salas del estudio, la decoramos toda con banderas de Argentina, comida, fernet, todo y ahí lo vimos.
Además, cada vez que jugaba la selección, nosotros estábamos grabando, por lo que mirábamos todo desde el celular y, cuando decían "¡Acción!" todos teníamos que volver a ser nuestro personaje. Después, cuando terminamos, nos fuimos con algunos del elenco a Qatar y ahí vivimos la final.
- ¿Cuál es tu próximo proyecto? ¿Vas a seguir en la actuación?
- Desde que terminé de grabar "La sociedad de la nieve" que no hago nada, por lo que no tuve muchas oportunidades con Netflix. Pero, ahora me quiero dedicar de lleno a la música. Estoy trabajando en ello y dentro de poco me voy a lanzar.
Va a estar orientado al pop urbano, que es lo que más me gusta ahora, aunque escucho de todo. También, me encanta el folclore, todo lo que tenga que ver con lo nacional y con representar a mí país.
- Hablando de representar a tu país, España envió a "La sociedad de la nieve" para que los represente en el Oscar. ¿Qué sentiste con tremenda noticia?
- Muy emocionado. Todavía no entiendo si es que de verdad me están pasando todas estas cosas a mí o si en algún momento todo se va a pinchar. Pero, fue tremendo cuando nos enteramos de eso o cuando Tom Holland nos subió a su cuenta de Instagram.
Él habló con Bayona y le comentó que le había gustado mucho la película y que la había visto con Zendaya. Saber que Tom Holland y que Zendaya me vieron actuar es algo que no me entra en la cabeza.
- ¿Pudiste ver la disyuntiva que se generó en las redes entre "¡Viven!" y "La sociedad de la nieve"?
- Sí, lo vi. Para mí, no hay que compararlas porque son dos películas diferentes. Yo vi "¡Viven!" cuando era chico muchas veces y realmente me gustó, pero sé que a los sobrevivientes nunca les agradó porque sienten que no los respetan. Ni siquiera les dejaron sus nombres verdaderos.
Además, "La sociedad de la nieve" no sólo intenta contar toda esta tragedia, sino que Bayona también quiso que los chicos que no volvieron estén representados, que no sea solo para los sobrevivientes, que sea para todos.
Fotos: Miranda Lucena
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