Julieta Cardinali es una de las actrices que se incorporó al elenco de la temporada final de El Reino, la serie de producción nacional que ya se encuentra disponible en Netflix. Le tocó un papel "difícil y fuerte", como ella lo describe, en una propuesta que recibió después de haberse quedado "maravillada" como espectadora la primera entrega.
En una charla con Para Ti, la actriz repasa cómo vivió la construcción de "Samanta", cómo fue el rodaje y cuál es la propuesta de esta súper producción de Netflix, escrita por Marcelo y Claudia Piñeiro.
"Fui espectadora de la primera temporada ¡y fan! Así que cuando me convocaron, para mí fue una alegría. Yo ya vi esta segunda temporada ¡y me quedé maravillada!" comienza diciendo Julieta Cardinali.
Y añade: "Cuando me llegaron los libros, el personaje me encantó, es difícil y fuerte, con escenas complicadas. Me tocaron muchas escenas con Osorio, el personaje de Joaquín Furriel, a quien yo ya conozco por haber trabajado con él. Eso es un camino recorrido que está bueno. Su historia, en la primera temporada, me atrapó muchísimo, me gustaba meterme en su mundo.
¿Cómo fue el proceso creativo de tu papel?
"El personaje (Samanta, una psiquiatra) lo armamos junto con Marcelo Piñeiro, que es quien lo escribió junto con Claudia, pero él es el que dirige. Lo tenía muy en la cabeza y me fue contando cómo era. Tengo una ardua experiencia siendo paciente en terapia, así que hay algo de ese mundo que ya conocía, y lo fuimos encontrando con Marcelo. Soy la psiquiatra del padre de Osorio, y termino atendiéndolo a él por circunstancias que no puedo adelantar para no spoilear.
¿Qué te pasa a vos con la historia de El Reino?
-Me parece que está muy bien planteada la oposición entre el bien y el mal. Muy bien contada desde el lugar de Tadeo (Peter Lanzani) y del de Emilio (Diego Peretti). Los libros están impecables y está claramente delimitado un mundo del otro.
¿Cuando te tocan estos roles tan oscuros, te sentís afectada en lo personal, te angustian?
-Hay situaciones de mucha violencia y oscuras con mi personaje. Por supuesto que, en el momento, cuando uno lo prepara, hay cosas que se mueven y generan angustia, pero no me lo llevo a casa. Además Joaquín es amigo, es compañero y un gran actor, y es un placer trabajar con él.
¿Se tentaron de risa en escena o el dramatismo no se los permitía?
-Yo soy muy de tentarme, pero no nos causaba gracia. Si bien tengo la risa muy fácil, me desconcentro en dos segundos pero, en este caso, las escenas fueron de mucha concentración, no había lugar para la risa.
¿Creés que en algunos aspectos lo que plantea El Reino puede guardar verosimilitud con la realidad?
-Sí, por supuesto. En el mundo... Lo que cuenta la serie pasa en Argentina, en los Estados Unidos, en países donde tienen políticas democráticas, siempre están presentes un lado y el otro, siempre.
¿Por qué te parece que generan tanta fascinación estas historias tan controvertidas?
-Porque están muy bien contadas, muy bien escritas, porque -en este caso- tiene una producción impactante, una imagen alucinante. Y, cuando las cosas están bien hechas, dan ganas de verlas.
¿Qué te pasa como actriz al ver que los productos argentinos son tan bien recibidos por el público en las plataformas?
-Yo lo celebro. Las plataformas vinieron a dar mucho trabajo, que se ve en diferentes países. Hace que esto sea un poco más universal. Y todo lo que sea para dar trabajo a los actores, a los técnicos, se celebra.
¿Sos de mirar contenidos en las plataformas?
-Sí, me encanta, veo todo. Soy de mirar más películas, por ahí más que series. Y como espectadora entro por un tubo, ¡me encanta ver historias! Además de contarlas como actriz, me gusta verlas como espectadora.
¿Qué nos va a pasar a nosotros cuando veamos esta segunda parte de El Reino?
-Creo que es una serie impactante, tiene mucha oscuridad. Y es muy atractivo lo que cuenta. Es muy entretenida. Yo creo que la van a disfrutar mucho. A diferencia de la primera temporada, que hablaba más de lo religioso, me parece que esta segunda tiene más que ver con un thriller político. Está muy bien delimitados el bien y el mal, en las figuras de Tadeo y de Emilio, realmente enfrentados. Y hay una lucha de poder muy fuerte. Cada personaje tiene un final épico.