A Julieta Ortega se le ilumina la cara cuando habla de Benito, su hijo de 16 años y es lógico: está muerta de amor por él.
Asegura que la crianza de un adolescente… “Pero tampoco lo es ser madre de un niño de 2 años que está descubriendo el mundo y no conoce cuáles los riesgos con los que se enfrenta”, asegura la actríz de Perdida Mente.
“Justamente por eso, siempre pienso que cada etapa tiene sus beneficios y desventajas. De hecho, hoy puedo decir que tengo una independencia ganada”, explica Julieta
“Benito ya se despierta solo para ir al colegio y va en colectivo asi que no tengo que subirme al auto a las 7 am para llevarlo- pero sigo luchando para que no use desmedidamente con la computadora y logremos cierta comunicación, por ejemplo”, confiesa.
Se ríe cuando hablamos sobre el diálogo con un adolescente. “Cuesta mucho porque, básicamente, ellos se comunican con monosílabos y eso complica mucho a la hora de mantener una charla”, dice.
De tal palo....
Sin embargo, la actriz admite que ella, a la edad de Benito, no era muy distinta a él. “Si bien, cuando yo tenía su edad, no existían las computadoras, recuerdo perfectamente lo mucho que quería -y necesitaba- encerrarme sola en mi habitación, lejos de mi familia”, confiesa.
“De hecho, también tenía esa sensación de que todo lo que opinaban mis padres estaba mal y lo aburridos que me resultaban sus comentarios”, explica entre risas.
Y no sólo eso: Julieta admite que, muchas veces, se encuentra repitiendo las frases que su madre le decía de niña. “¡Me pasa todo el tiempo! Y es muy loco comprobar que hoy estás en el mismo lugar que ella y diciendo las mismas cosas cuando siempre creiste que ibas a ser una mamá distinta, súper canchera y moderna”, asegura y suelta una carcajada.
Una gran persona
A la hora de definir a su hijo, Ortega es muy clara: “La verdad es que es un chico muy bueno, tranquilo y que, sinceramente, jamás me dio demasiado trabajo”.
“Más allá de estas situaciones -típicas de cualquier adolescente- no puedo quejarme de nada: es una gran persona. A ver, no te quiero mentir: me cuesta que se enganche a hacer una actividad conmigo”, confiesa.
“Pero también creo que así son todos los adolescentes…. ¿Qué chico de 16 años tiene ganas de salir con su mamá en vez de con sus amigos?”, se pregunta.
Eso si: al estreno de Perdida Mente -la obra de José María Muscari en la que trabaja- Benito fue. “Pero creo que hacía mil que no venía a verme al trabajo”, dice la actriz.
“De hecho, yo comencé a trabajar cuando él tenía 3 meses y todas las tiras más exitosas de las que participé fueron cuando Benito era muy chico: Graduados, Viudas e hijos….El tiempo no para, por ejemplo, la grabé el mismo año en que nació. Por eso, siempre me acompañaba a las grabaciones: yo estaba acostumbrada a trabajar con él muy cerca. Pero bueno, es una etapa que ya pasó”, concluye resignada.