Kim Basinger debutó actuando en la serie televisiva Gemini Man en 1976. Había comenzado su carrera a los 16, cuando se instaló en la ciudad de Nueva York al haber sido seleccionada por la agencia Ford Models. Después de 5 años de carrera como modelo, se mudó a California para dedicarse a la actuación.
La actriz debutó en la gran pantalla junto a Sean Connery en 1983 en "Nunca digas nunca" y no tardó en consagrarse como un ícono por su cautivante belleza. Protagonizó películas muy taquilleras de los noventa, como "Nueve semanas y media!, "Batman", "El mundo según Wayne 2" y "8 Mile". Y logró superar el que la consideraran solo una "cara bonita" al recibir el Oscar a la Mejor Actriz de Reparto por su trabajo en "L.A. Confidential" en 1997.
Problemas financieros
Dos años antes de aquella consagración, según el medio Deseret News, Bassinger junto a varios socios invirtieron 20 millones de dólares en Braselton, un pueblo situado a 50 kilómetros de su lugar de nacimiento. Su sueño era crear un parque de diversiones y uno estudio cinematográfico. El área era una pequeña localidad de casi 710 hectáreas que incluía un banco, un parque industrial y 50 edificaciones.
Pero el proyecto quedó trunco, según informó The Baltimore Sun en 1995 y el grupo inversor tuvo que vender todo solamente por una suma que apenas superaba los 4 millones de dólares, lo que significó una enorme pérdida.
Pero, al parecer, este no fue el único "capricho" de la estrella, sino que era uno más de ellos. Dicen las malas lenguas que su vida dio un vuelco debido a sus excesos y actitudes excéntricas, que la llevaron a estar actualmente en bancarrota.
En lo personal, su situación no era menos agitada. Estaba divorciada del maquillador Ron Snyder-Britton tras sus infidelidades con Richard Gere y Prince, pero en 1998 durante el rodaje de "Ella siempre dice sí" conoció a quien sería su segundo esposo, el actor Alec Baldwin. Dicen que en las filmaciones hubo "retrasos legendarios" debido a la intensa vida sexual que tenían entre toma y toma, a lo que se sumaban peleas en las que él lanzaba sillas por el aire o rompía teléfonos contra el suelo mientras Kim, con aires de diva, exigía botellas de agua Evian para lavar su pelo, que cambiaran las partes del guión que no le gustaban o rechazando filmar bajo la luz directa del sol.
En 1993, Kim y Alec se casaron y unos meses después ella protagonizó el anuncio navideño más famoso del mundo, el de las burbujas Freixenet. Se dice que aceptó la propuesta tras declararse en bancarrota por todos los inconvenientes previos que venía arrastrando.
El año anterior había acordado verbalmente protagonizar una película, "Boxing Helena" sobre una mujer que sufría una amputación a manos de un cirujano demente que decidía mantenerla cautiva. Basinger decidió abandonar el proyecto y fue demandada por incumplimiento de contrato. Al perder el juicio con la productora, Main Line Pictures, iba a tener que pagar una suma de más de 7 millones de dólares, según informó la revista Variety.
En 1994 hubo mejores noticias para la actriz ya que, gracias a una apelación que realizó su equipo de abogados contra el fallo que favorecía a la productora, se acordó a una suma mucho menor ya que no era posible fallar en favor ni en contra de ninguna de las partes involucradas.
Su relación con Baldwin se terminó en 1998, en medio de un ácido enfrentamiento legal que culminó recién en 2002 con un millonario arreglo económico entre los actores que sólo en abogados, gastaron más de 4 millones de dólares.
Tras su divorcio, la actriz bajó drásticamente el perfil de su carrera. Llegó a estar internada por sus trastornos emocionales (se dice que padece agorafobia) y también que hace poco tuvo que vender una de sus propiedades por falta de dinero. En cuanto a sus últimas apariciones en el cine, participó de las películas “Celular”, “Noviembre negro” y “La sombra de la sospecha”.
Actualmente vive dedicada prácticamente a su hija y el año pasado fue la modelo de cabecera de la exclusiva marca Miu Miu.