Spencer está a días de estrenarse en salas de cine del Reino Unido y Estados Unidos. En ese contexto, su director -Pablo Larraín- y Kristen Stewart, la protagonista, revelaron nuevos detalles de cómo sellaron su alianza cuando película sobre Diana de Gales era apenas un proyecto.
En conversación con The Hollywood Reporter, el cineasta chileno dijo cómo se contactó con la actriz para sumarla al filme.
Todo comenzó en el Festival de Cine de Toronto 2019 -en el café del hotel Hyatt Regency- cuando vio a su agente (Elyse Scherz) caminando por el vestíbulo.
“Corrí y le dije: ‘Necesito hablar contigo’. Nos conocíamos porque ella también representa a Gael García Bernal, con quien he hecho muchas películas”, recordó.
La duda de Larraín era si ella iba a estar interesada en interpretar a una de las mujeres más famosas del siglo XX. “Ella es intrépida, es valiente”, le respondió Scherz.
La preparación de Kristen Stewart
Luego, vino una llamada telefónica. En ese momento, la actriz estaba en un automóvil en París, el cual pidió detener para tener un momento de tranquilidad con Larraín. “Necesitaba estar totalmente enfocada”, contó Stewart a la revista.
Tras escuchar la historia que tramaba el realizador, la actriz agregó que “no podría haberme imaginado haber dicho que no”. El tiempo le dio la razón: este año, por primera vez en su carrera, la estadounidense suena como una de las candidatas a las nominaciones a los Premios Óscar en la categoría Mejor Actriz.
A pesar que a sus 31 años reconoce que es una neófita en temas de realeza británica y que no ha visto la serie The Crown, Stewart investigó en detalle la vida de la princesa. En el momento de su muerte, ella tenía solamente 7 años.
“Simplemente leí todo. En un momento, toqué la pared del fondo y tuve que detenerme… No tenía miedo que nada me distrajera o me agobiara de una manera que me inhibiera de habitar realmente en ella, y en ese sentimiento de libertad. La investigación sólo me importaba emocionalmente, porque sentía que no quería dejar piedra sin remover”, contó.
La historia de Spencer, coescrita entre Larraín y el creador de Peaky Blinders (Steven Knight) se centra en un fin de semana específico de principios de los noventa: tres días de celebración navideña con Diana y la Familia Real en Sandringham, justo antes que la princesa decidiera separarse del príncipe Carlos.
