Ya pasaron 12 días de la desaparición de Loan Danilo Peña (5) en la localidad correntina de 9 de Julio. Su abuela, Catalina, habló con Paula Bernini, la periodista de TN y se refirió al "pomberito", un personaje mitológico que inspira respeto y temor entre los pobladores del nordeste.
La abuela de Loan se refirió al "higuerón", un árbol del monte prohibido para los chicos porque "los puede agarrar el Pomberito". "Lo busco por los árboles, se lo llevó el pomberito, dicen que se lleva a las criaturas... Rezo por él a todos los santos, hasta al Gauchito Gil, pero nadie me está haciendo el milagro... A San Antonio le prometí una comida de un estofadito porque se me perdió el celular".
Quién es el Pombero
"En las zonas rurales del litoral argentino y del Paraguay, es extendida la creencia en el Pombero. Es el más temido y respetado de los mitos guaraníes. El Pombero es un personaje de figura similar a la humana, pero de pies velludos que amortiguan el ruido de sus pisadas. Visita caminos y casas por las noches, en donde puede introducirse por cualquier resquicio", explicó la investigadora Taly Barán Attias, becaria doctoral de Conicet,en su estudio “Duendes y responsabilidad estatal: una lectura de género de las víctimas del Pombero”.
"Imita a la perfección el ruido de los animales, para despistar a sus víctimas. Suele atacar muchachitas a quienes libera luego de saciar su apetito libidinoso", aseguró la experta en su investigación.
"El Pombero es uno de los genios de la naturaleza más difundidos en la región guaranítica. Una de las versiones más antiguas, lo describen como un genio protector de los pájaros en la selva, que se presentaba a los niños cazadores como un hombre muy alto y delgado", se lee en el Diccionario de Mitos y Leyendas del Equipo NAyA.
En la sociedad paraguaya y guaraní, el Pombero es el responsable del nacimiento de los niños extramatrimoniales. La leyenda cuenta que el Pombero llega de noche a la casa donde existen mujeres solas, y que, si ellas no les dan un cigarrillo y un poco de vino, con sólo tocarles el vientre las embaraza.
La leyenda cuenta que tiene habilidades tales como mimetizarse con facilidad, hacerse invisible cuando quiere y hacerse sentir por un toque, con sus manos velludas, que producen pirî (escalofrío); puede deslizarse por los espacios más estrechos, pasar por el ojo de una cerradura, correr de cuatro patas, imitar el canto de las aves, especialmente las nocturnas, el silbido de los hombres y de las víboras, el grito de animales, aullidos, el piar de los pollitos, etc.
Según la leyenda, quien quiera tener de aliado a este duende puede dejar ofrendas a la noche como tabaco, miel, caña o aguardiente. Generalmente, las personas que viven en el campo le piden favores como hacer crecer los cultivos en abundancia, cuidar de los animales de corral, etcétera. Sin embargo, después de pedirle un favor no deben olvidarse de hacer la misma ofrenda todas las noches durante treinta días, porque si lo olvidan, despertarán la furia del pombero, quien hará innumerables maldades en aquel hogar.
Es una especie de duende cuyas características son estatura baja, tez negra, las piernas cortas y los pies al revés, los brazos largos y peludos y las manos excesivamente grandes. Su función primordial es cuidar el bosque y los animales salvajes. Se enoja excesivamente si algún cazador mata más presas de las que necesita para consumir. Se dice que el pombero es un gran imitador del canto de las aves, sobre todo las nocturnas.
Si una persona tiene al pombero como enemigo, estará expuesta a innumerables peligros dentro del bosque, porque, con engaños, intentará desorientarla y extraviarla en la espesura de la noche. Algunas veces el pombero provoca accidentes extraños dentro de las casas. Hace desaparecer objetos valiosos de las casas, asusta a las personas durante la noche y una lista interminable de travesuras y maldades. Quienes están enemistados con él, suelen escuchar a la noche pasos y voces en los alrededores de la casa, como si alguien caminara por el patio.
Nunca se debe pronunciar su nombre en voz alta, hablar mal de él o silbar en horas de la noche, porque estas acciones le generan enojo. Puede vengarse molestando e incluso golpeando a la persona que no cumpla con esas reglas.
Un mero roce con sus manos peludas puede producir que la persona se torne zonza, muda o experimente temblores para el resto de su vida. Si alguien imita su silbido, el pombero puede contestar de manera enloquecedora. Por eso, y para no ofenderlo, las personas creyentes prefieren nombrarlo en voz baja o evitar mencionar su nombre en las reuniones nocturnas.
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