Dakota Johnson se hizo conocida internacionalmente cuando encarnó a Anastasia Steel, la tímida joven que enamoraba a Chrsitian Grey en la archiconocida trilogía basada en las novelas de E. L. James. Proveniente de una estirpe de actores, con su abuela Tippi Hedren, musa de Alfred Hitchcok (y con una pesada historia en sus espaldas), hija de Melannie Griffith, una de las chicas doradas de Hollywood en las comedias románticas de los 80 y 90, y de su padre, Don, asociado eternamente al hit Miami Vice, la serie policial y de acción en la que popularizó los blazers arremangados.
Pero, tras el éxito de la saga, la actriz de 32 años decidió dar un salto y no quedarse en lo obvio. Entonces llegó Penélope, la rubia y seductora hija de 22 años de un productor de música (Ralph Fiennes) que llega de sorpresa a visitar a su expareja (Tilda Swinton), una estrella de rock que temporalmente no puede hablar. En Bigger splash su actuación fue muy bien recibida por la crítica, pese a que necesitó del aliento del director y de sus compañeros, ya que antes de empezar, sintió que no iba a poder con tanto: “No puedo hacer esto y lamento mucho haberlos hecho perder su tiempo, pero esto es digno de alguien que sea realmente talentoso”.
En su estreno más reciente, Dakota establece un contrapunto con Olivia Colman en el drama de Maggie Gyllenhaal para Netflix, un personaje que se suma a los roles más complejos que la actriz asumió tras protagonizar la trilogía Cincuenta Sombras de Grey que la catapultó al estrellato internacional.
La hija oscura es la adaptación de la novela de Elena Ferrante en la que interpreta a Nina, una joven madre que perturba al personaje de la actriz británica. Con el pelo largo y negro y delineador grueso en los ojos, Dakota encarna a una mujer que parece sobrepasada por su hija y que se arrepiente pero no se culpa por sus decisiones del pasado.
Dirigida por Maggie Gyllenhaal –en un rodaje desarrollado en otra isla, Spetses, en Grecia–, se abrió a explorar una zona que ignoraba. “No había trabajado antes con una actriz que me dirigiera. Maggie sabe lo que se siente ser actriz. Actuar en especial cuando tu cuerpo está tan expuesto. Ella creó un ambiente profundamente seguro para que yo me sintiera libre, segura, sostenida y apoyada”.
Antes de filmar esa película en pandemia, ella misma dio un salto, al codirigir el videoclip de Cry cry cry (2020), de Coldplay, la banda que lidera Chris Martin, su pareja desde 2017. “Escribí la historia y se la presenté a la banda como lo hicieron todos los demás directores, y ellos eligieron la mía, no porque tengan debilidad por mí”, dijo en una entrevista.
En diálogo el sitio español La Tercera, la actriz se mostró más segura de cómo encara actualmente su carrera, mejor plantada que en un comienzo y también más segura de lo que puede dar: “Definitivamente quiero que mi oficio, mi arte y mis ideas sean respetadas y difundidas. Quiero ser parte del proceso. También tengo un gusto muy específico”. De hecho, se animó a fundar su propia productora, TeaTime Pictures, sobre la que dijo: “durante mucho tiempo, hacía una película y no tenía voz”.
Este 2022 se prepara para varios estrenos: la adaptación al cine de la novela de Jane Austen, Persuasión, para Netflix, y películas en el Festival de Sundance de las que es productora y protagonista, Am I Ok? y Cha cha real smooth. Tenemos Dakota Johnson para rato.