Andanin Vilas contó, como nunca antes, algunos aspectos de su vida familiar. La hija mayor del mejor tenista argentino, Guillermo Vilas y de su esposa, Phiang, repasó cómo fue para ella crecer en el seno de una familia donde se respira el deporte y, más que nada, el tenis.
Cuando su interlocutor, Sebastián Torok -para La Nación-, quiso saber con qué filosofía la habían criado, la joven respondió que desde muy chica el deporte era palabra mayor, concepto rodeado por disciplina, buena alimentación, entre otras cosas.
"En mi familia, si no entrenás, no comés. Así que tenías que entrenar. Entonces todas las tardes, después del colegio, tenías que entrenar porque no entrabas en la casa".
Luego, la joven de 19 años especificó sobre Phiang: "Mi mamá es la que dice: ‘Vos tenés que entrenar’. Jugamos todos los días excepto los domingos; esa es una regla de la casa. No se entrena los domingos".
Claro, que, como contrapartida, en casa se cambia la sintonía, ya que "después de entrenar, cuando volvés a la casa, no se habla de tenis. Afuera de la cancha no se habla de tenis. A veces tengo partidos los domingos, entonces ahí sí se puede jugar, pero no se puede entrenar".
Por otro lado, Andanin reveló que la propia esposa y compañera de Willy era tenista y que lo sigue haciendo. "Mi mamá juega. Jugaba bien. A veces entrenaba conmigo y con mi papá".
Esta disciplina también se mantenía en la época en la que la joven y su familia todavía vivían en Argentina, mientras entrenaba en el Vilas Racket y en River: "No podíamos faltar, excepto que lloviera; era lo único que nos dejaba afuera, porque sabíamos que las canchas estaban mal, que podíamos arruinar la cancha. No había un día que paráramos. Todos los días había que entrenar", recordó Andanin.
Si se habla de la parte humana de Guillermo Vilas, no se puede pasar por alto a su férrea compañera, Phiang, a quien conoció hace 23 años. Desde aquel momento, son inseparables. Juntos cumplieron el sueño de la familia numerosa y es ella quien acompaña al astro del tenis, quien atraviesa desde hace unos años una enfermedad cognitiva.
Sobre ella, Andanin le compartió a La Nación: "Ella tiene cuarenta años, pero actúa como si tuviera veinte. Yo soy más vieja que ella mentalmente (sonríe). Es muy divertida, pero le tenés que tener miedo. Cuando empieza a hablar en tailandés… Muchas personas nos dicen que cuando ella y yo nos hablamos y discutimos en tailandés damos miedo. ‘¿Qué se estarán diciendo estas dos locas?’ Pero es muy buena. Muy buena y divertida".
La joven Vilas se encuentra en un año sabático en cuanto a sus estudios pero a full jugando al tenis. Al terminar sus estudios secundarios, cuenta que no le fue fácil elegir dónde estudiar, ya que no quería alejarse de su familia a la que, reveló, necesita tener cerca.
Por eso contó que estudiará Comercio en Mónaco, que es donde viven todos ellos en la actualidad. "Tomé mi decisión, lo pensé bien, porque había entrado en un par de universidades en Estados Unidos, pero el problema es que me quedaba un poco lejos de mi familia y eso es lo que yo necesito también. Nos tenemos a nosotros. Eso es lo que siempre dice mi mamá. Nosotros somos los únicos acá y tenemos que estar juntos, entonces decidí ir a la universidad que está en Mónaco, que me permite viajar también".
