El nombre de Mauro Icardi resuena desde hace semanas en todos los principales medios del planeta a raíz del escándalo que se desató en lo que respecta a su vida privada con la infidelidad a Wanda Nara con la China Suárez. Su carrera deportiva comenzó cuando tenía cinco años en Rosario, su ciudad natal, cuando su papá, Juan Carlos Icardi, lo llevó al club Sarratea para que de sus primeras patadas a la pelota.
Des esa forma, según narra una investigación de la periodista Luana Viera de TN Show, quien hoy es una de las figuras destacadas del París Saint-Germain debutó jugando al baby fútbol en una cancha de siete con piso de tierra. Mientras su única pasión era cazar pájaros con una gomera y pescar, su padre lo instaba a que se desarrolle deportivamente a cambio de un pancho y una gaseosa como premio.
Y parece que este canje dio resultados ya que en un inicio fue arquero y hasta llegó a ser delantero, con un desempeño que lo llevó a ser el máximo goleador del club al anotar 51 tantos en la temporada de 1999: la entidad se coronó campeona del torneo. Luego, repitió la racha anotando 108 goles y más tarde llegó a la cifra de 99 entradas al arco. Viniendo de un entorno de clase media baja, todo tuvo un costo y un esfuerzo mayor.
Buscar una nueva vida en España
Como a muchas familias argentinas, la crisis del 2001 significó salir a buscar nuevas oportunidades en el mundo. Es por eso que los Icardi decidieron mudarse a Canarias, en España, uno de los países que más compatriotas recibió por ese entonces. Su papá comenzó a trabajar en un restaurante con a idea de mejorar el estilo de vida.
Carlos Ismael Icardi, tío del futbolista del PSG, le dijo al diario La Capital hace un tiempo que Mauro “tenía una pelota en la cabeza, solo en jugar pensaba y como tenía las patas finas y largas le decían Cañito”. Y rápidamente su familia lo anotó en el club Unión Deportiva Vecindario en el que también se destacó por su performance.
Ya para 2008 lo fichó el Barelona cuando tenía apenas 15 años, vivía con sus padres y seguía estudiando en la escuela. “Lo pasó muy mal. Se le veía un potencial enorme, pero le costó mucho adaptarse”, reveló Javier García Pimienta, el primer técnico de juveniles que tuvo en el club en el que se destacaba Lionel Messi.
El drama familiar que lo destruyó
Mientras su carrera profesional avanzaba a pasos agigantados, en casa se vivía un verdadero drama: sus padres se separaron en muy malos términos y la arista personal del deportista entraba en un pozo al mismo tiempo que sus seres queridos se distanciaban para siempre.
“Mi hermano pequeño (Guido Icardi) y yo sufrimos los daños de la separación de mis padres en 2011. Siempre he estado en guerra con él por proteger a mi madre. Muchas veces pensé en matarlo”, le reveló Ivana, una de las hermanas de Mauro, a la revista española Lecturas.
“Tuve que vivir con la culpa de tratar de unir a mi familia, a mi madre con mi hermano, y al final como yo me peleé con mi hermano metí a mi mamá en el medio. Y creo que no se lo merece. Siempre lo hice con la mejor intención”, dijo.
Y agregó: “El perdón es algo que quiero practicar más en mi vida. Me encantaría poder perdonar a mi padre. Lo he intentado miles de veces por todas las cosas que hemos pasado y me ha defraudado. Me encantaría tener la fuerza de perdonarlo cuando salga de aquí, y poder ser una persona libre de esa carga que no me hace bien”.
Vale la pena destacar que el jugador tiene también tres hermanos del primer matrimonio de su papá, Juan Jesús, Aldana y Franco. Y otros dos mellizos, Alessandro y Martina, fruto de la relación de su madre con su actual esposo.
