Era una fresca tarde de septiembre de 1987 cuando la vida de Marynés Breña estaba a punto de cambiar para siempre. Ella al otro día tenía que estar a las 5:30 en Aeroparque, pero eso no impidió aceptar un ofrecimiento que desde hace tiempo le venían haciendo. Es que el marido de su mejor amiga estaba festejando el cumpleaños esa noche y le propusieron presentarle al hermano de él. Se vistió para infartar y asistió.
Por ese entonces la carrera de Guillermo Francella recién estaba comenzando y ella apenas lo tenía de vista. La flamante muichacha tenía 21 años y el prometedor artista 32 con ciertos comentarios que le hacían la fama de “mujeriego”. Pero nada importó.
"Nunca me banqué mucho las presentaciones. Fue bastante fortuito. Era el cumpleaños de mi hermano, algo me habían dicho de que me querían presentar a alguien. Me senté frente a frente en la misma mesa, y tuvimos una relación divina de entrada", recordó el actor en una entrevista con La Nación.
Había un compromiso que Marynés no podía eludir y era el de estar en Aeroparque para cumplir con sus funciones de azafata. Se habían quedado charlando hasta la madrugada y Guillermo la llevó hasta su casa. El tiempo solamente le alcanzaba para tomar sus pertenencias y salir rumbo al aeropuerto con destino a Río Gallegos. Unos días después la llamó para comenzar a forjar este vínculo. Si, la cosa iba enserio.
Dos años después de conocerse, se casaron el 27 de septiembre de 1989 y un día después hicieron lo propio por iglesia. Esta última jornada coincidió con el segundo aniversario de aquella cena que los unió para siempre. Nueva York, Los Angeles, Las Vegas, y hasta un crucero por el Caribe fueron los destinos que disfrutaron en su luna de miel.
De la misma forma que el amor fue escalando (tienen dos hijos en común: Johanna y Nicolás) hay que reconocer que lo mismo pasó con la carrera de él y que ha sido acompañada, paso a paso, por ella. Siempre mantuvo un perfil bajo, pero los comentarios han puesto el foco en su escultural figura. Su exposición se limitó a estar junto a su pareja en una red carpet o un evento social, siempre evitando las declaraciones.
Una compañera de “fierro”
El actor la define como “una compañera de fierro” que es un puntal tanto en la vida personal como en la profesional. "A veces le hago ver a ella primero para que me dé una opinión. Mis hijos también son muy lectores de mis cosas. Somos fuente de consulta todos", confesó.
La llegada de los hijos
Marynés aprovechó el 14 de febrero de 1990 para hacer un gran anuncio. Además de ser el Día de los Enamorados también estaba celebrando los 35 años de Guillermo. Fue así que el hincha fanático de Racing se enteró que Nicolás iba a llegar al mundo. Un tiempito después y en el marco de un viaje por Europa llegó el momento de “encargar” a Johanna. Hoy ambos siguen los pasos de su papá en el mundo del espectáculo.