Marie Curie fue una mujer de la ciencia que no sólo luchó contra los prejuicios de la época para poder estudiar en la universidad a fines del siglo 19, cuando solo eran admitidos hombres.
Esta polaca luego nacionalizada francesa, entregó su vida al estudio de determinados minerales y de la radioactividad, palabra que ella misma acuñó luego de descubrir el mineral radio. Tanto que murió a los 66 años -en 1934- víctima de los efectos de trabajar con materiales radiactivos durante años sin la debida protección, por desconocimiento claro está.
Marie, cuya historia fue convertida en película por Netflix, también vivió una hermosa historia de amor con quien fuera también su compañero de investigaciones, Pierre Curie. Con él tuvo dos hijas, Irene y Eve, la mayor de ellas continuadora del legado científico de sus padres.
Marie quiso entrar a la universidad a los 15 años
Marie, nacida Maria Salomea Skłodowska, había nacido el 7 de noviembre de 1867 en Varsovia, entonces capital de un país ocupado por Rusia. Muy estudiosa, vivió su primera frustración a los 15 años cuando no pudo ingresar a la Universidad de Varsovia por ser mujer. Como recurso, estudió en la Universidad Volante, una institución clandestina abierta a las mujeres.
Em 1981 María aceptó la invitación de su hermana Bronya para ir a París. Bronya había estudiado medicina en Francia y ambas tenían un pacto de pagarse los estudios mutuamente.
Su historia de amor con Pierre comenzó en París
Una vez en Paris, María se cambió el nombre por el francés Marie y se matriculó, por fin, en la Universidad de París donde cursó física y química y matemáticas. En 1893 se licenció en física y en 1894, con la ayuda de una beca, se licenció en matemáticas.
Ese año conoció a Pierre Curie, un físico francés, pionero en el estudio de la radiactividad. Mientras ella realizaba una investigación sobre las propiedades magnéticas de diversos aceros, nació una profunda amistad entre ellos y unos meses después Pierre le propuso matrimonio.
Al principio ella no aceptó y le dijo que sus intenciones eran volver a vivir en Varsovia. Según cita National Geographic, hay fuentes –algunas cartas que envió Marie a una amiga en Varsovia– que muestran que la relación entre ambos lo era todo menos romántica. Sin embargo, Pierre declaró que estaba dispuesto a seguirla, incluso si eso significaba tener que enseñar francés para subsistir.
La carta de Pierre declarándole su amor
Marie se fue de todos modos a visitar a su familia en Varsovia ese verano y siguió trabajando varios meses en Polonia con la ilusión de conseguir un puesto académico en la Universidad de Cracovia, donde volvieron a desestimarla por ser mujer. Una carta donde Pierre le declaraba su amor la convenció de volver a Paris.
"Sería una cosa preciosa, una cosa que no me atrevería a esperar, si pudiéramos pasar nuestra vida cerca unos de otros, hipnotizados por nuestros sueños: tu sueño patriótico, nuestro sueño humanitario y nuestro sueño científico", le decía Pierre Curie, quien soñaba no sólo con casarse sino también con tener un laboratorio junto a ella.
Se casaron el 26 de julio de 1895 en Francia, con una boda sencilla sin ceremonia religiosa, y recibieron dinero en lugar de obsequios. Marie vistió un traje azul oscuro que usaría como traje de laboratorio gran parte de su vida. Tiempo después, Marie dijo que había encontrado un nuevo amor, socio y colaborador científico en quien podía confiar.
Tras la boda, la pareja dedicó su vida a la investigación y tuvieron dos hijas. En 1897 comenzaron sus estudios con minerales radiactivos, trabajando en un cobertizo junto a la Escuela de Física y Química, un lugar mal ventilado en el cual ni ella ni Pierre eran conscientes del peligro al cual se exponían.
Y en 1903, luego de doctorarse con honores en ciencias físicas en la Universidad de La Sorbona, Marie fue galardonada con el Premio Nobel de Física convirtiéndose en la primera mujer en recibir el preciado galardón.
La muerte trágica de Pierre Curie
El 19 de abril de 1906 Pierre murió trágicamente a raíz de un accidente en París. A pesar de quedar devastada, Marie quiso seguir con los trabajos de su esposo y rechazó una pensión vitalicia. Luego trabajó en la Universidad de París y fue la primera directora de un labotario en dicha institución.
En 1910, Marie, demostró que se podía obtener un gramo de radio puro y al año siguiente, en 1911, recibió en solitario el Premio Nobel de Química "en reconocimiento por sus servicios en el avance de la Química por el descubrimiento de los elementos radio y polonio, el aislamiento del radio y el estudio de la naturaleza y compuestos de este elemento".
Murió en 1934, víctima de una anemia aplástica –un trastorno raro en el que la médula espinal no produce suficientes células nuevas–, contraída probablemente como consecuencia de la exposición continua a la radiación.