Dueño de un estilo propio, Santiago del Moro es a los 44 años, uno de los conductores radiales y televisivos más buscados del prime time. Un logro que no fue fácil, ni que se dio de la noche a la mañana: comenzó en 1998 como una joven "promesa" en uno de los canales musicales de cable más vistos de aquel entonces, MuchMusic.
Después de los ciclos exitosos de MasterChef que condujo por Telefe adueñándose del prime time, hoy está al frente de Gran Hermano, programa que está "rompiendo" el rating cada noche.
Desde que tiene memoria comparte la vida con María José Sánchez, su "compañera, su amante", como la define Santiago, oriunda del mismo pueblo que él: Tres Algarrobos (un pueblito bonaerense de 3 mil habitantes al que sólo llegaba el canal 12 de Trenque Lauquen), con quien está de novio desde la adolescencia.
Aunque, claramente, no fue la única: a los 12 años tuvo su primer amor (y también su primer desengaño), según contó en una entrevista con Infobae: "Fue un noviazgo de un verano, y ella, que no era de mi pueblo, antes de irse cortó la relación diciéndome: "Quiero terminar con esto pero sin rencores". Le dije que sí, aunque no sabía en ese momento qué mierda significaba la palabra rencor (risas)".
Santiago del Moro y el gran apoyo de María José para afrontar su cargada agenda laboral
Trabajador incansable, Santiago dedica muchas horas de su día a su carrera: conduce radio por la mañana (El Club Del Moro, por La 100, de lunes a viernes de 6 a 10 de la mañana), estuvo al frente de los exitosos ciclos MasterChef Celebrity, y actualmente conduce Gran Hermano, el programa más visto de la tevé argentina.
Horas y horas de preparación y de grabación, lo que genera un ritmo de trabajo intenso y, afortunadamente, exitoso. Esto lo atribuye a la contención que le brinda su mujer, quien -apenas llega a su casa- le habla de otros temas y lo saca de la vorágine de su ajetreado día. "Es la persona más honesta que conozco y su mirada me resulta más que importante", afirma y añade: "María no tiene el “qué lindo” o el “qué bueno” fácil. Es estricta y dura de persuadir. Todo lo que me diga siempre será genuino".
Del Moro es bastante reservado con respecto a su familia, de vez en cuando realiza publicaciones de sus hijas Catalina (11) y Amanda (7) y de Santa (10 meses) en las que se muestra como un verdadero padre "baboso". Y hace lo propio con María José, de quien se lo ve más que enamorado. Dice que, entre otras cosas, lo que lo seduce de ella es que su vida nada tiene que ver con el medio.
Cuando, en diálogo con Viva le preguntaron si tenía algún secreto para equilibrar su demandante trabajo con la vida familiar, afirmó: "No, en mi casa tengo la contención y el amor que necesito. Ese es el secreto. A mi mujer nunca le importó ni la notita en el portal, ni la fama, ni… Eso me ayudó mucho. El día que (Jaime) Stiuso salió al aire en Intratables fue un quilombo. Imaginate, llegué a casa y tenía el teléfono estallado y la cabeza hecha un bombo. Mi mujer me esperaba con el boletín de la nena en la mano. “Firmá, firmá”, me decía. Le pregunté si era consciente de lo que acababa de pasar, que un espía que buscaba todo el mundo había salido al aire… “Firmá”, me respondió. Su manera de decirme “eso no es importante” es muy valioso para mí".
La familia Del Moro -Sánchez habita en una calle tranquila del barrio de Belgrano, un piso reciclado en un edificio bajo y antiguo, de estilo clásico. En diálogo con La Nación, le preguntaron por qué no se habían casado, a lo que el conductor respondió: "Es una cuestión muy mía. No creo en el casamiento. Nunca me vi en esa foto. Tal vez se relacione con el tener que ser “el de la fiesta”. Aunque no lo descartaría... Sé que sería súper romántico a la hora de proponerlo, pero finalmente pasaríamos por el Registro a poner una firma y volveríamos a casa. Eso significaría para mí".