A los 53 años Julia Roberts sigue siendo una de las actrices más bellas de Hollywood. Dueña de una sonrisa inolvidable, la actriz que se catapultó a la fama gracias a su rol en "Mujer bonita", también demostró que es muy buena actriz.
Sin embargo, no todas fueron rosas en su camino a la fama ni en su vida. Cuentan que a principios de los 90, cuando ya se había consagrado con su rol en "Mujer bonita", Steven Spielberg la convocó para trabajar en "Hook" y luego del rodaje declaró que nunca volvería a hacer una película con ella.
Por esos años Julia era conocida además por su inestabilidad amorosa: cuando dejó plantado a Kiefer Sutherland en el altar el 8 de junio de 1991. Aseguran que ella se había gastado 7.000 euros en su vestido de novia y que, tres días antes de la boda, se fugó a Irlanda con un amigo del novio, el también actor Jason Patric.
Luego, en 1993 se casó con el cantante Lyle Lovett, pero dos años después se separó. Y en el 98 comenzó a salir con Benjamin Bratt, quien la acompaño a la ceremonia del Oscar cuando Julia ganó un Oscar por su trabajo en "Erin Brokovich", en 2001. Finalmente en 2002 se casó con Danny Moder, con quien la actriz encontró la estabilidad amorosa. Con él tuvo tres hijos.
Problemas familiares
A nivel familiar, la actriz también atravesó momentos duros. Su hermano Eric Roberts la odió desde el día que Julia colaboró con su ex mujer para que se quedata con la custodia de su hija, Emma, hoy famosa por su trabajo en "Screams Queens".
Luego, la muerte de su hermana Nancy, que falleció tras un suicidio, fue un golpe durísimo. Nancy comenzó a tener problemas con las drogas en los años 90, adicción que la alejó de Julia, y se quitó la vida en 2014.
“Mi madre y mis hermanos no merecen obtener nada de mí, excepto la certeza de que fueron ellos quienes propiciaron la depresión más profunda que he tenido que afrontar en mi vida”, decía en la nota dejada por Nancy. El sentimiento de culpabilidad de Julia, dicen, fue palpable durante el funeral.