Poco a poco se revelan más detalles de la vida de la princesa Diana, quien ha pasado a la historia como uno de los iconos de la monarquía actual, y sin duda, su existencia obligó a la corona británica a ser más flexible con sus normas y a darle importancia a la salud mental. Una de las historias más conmovedoras sobre Lady Di es que usaba un nombre secreto para poderse encontrar con uno de sus amantes a escondidas.
De acuerdo con expertos reales, la princesa de Gales salió con varios hombres mientras estaba casada con el príncipe Carlos, como consecuencia de la soledad y depresión en la que estaba hundida por la relación de su esposo con Camilla Parker.
A partir de entonces empezó una espiral de desórdenes alimenticios y depresiones. En 1985 buscó consuelo en uno de sus guardaespaldas, Barry Mannakee. “Cuando tenía 24 o 25 años, me enamoré profundamente de alguien que trabajaba en este ambiente. Pero le echaron y luego él fue asesinado. No me es fácil hablar de esto”, confesaría años después ella misma a los medios.
Tras esta infidelidad, Diana inició un romance con James Hewitt, Oficial de Caballería del Ejército Británico. Hewitt se convirtió en su profesor de equitación en 1986 y pronto comenzó a surgir una gran atracción física entre ellos. Su historia duró cuatro años, llegando a su fin a principios del verano de 1990.
La relación entre ellos fue tan sonada que, por un tiempo, se creyó que el príncipe Harry era en realidad hijo de James y no de Carlos de Inglaterra. A esta teoría se sumana el gran parecido físico entre ambos, dado que Hewitt es pelirrojo, al igual que el duque de Sussex. Sin embargo, él mismo salió a desmentir esta noticia, ya que el amorío empezó cuando el príncipe ya había nacido.
“Es cierto que el pelo rojo es similar al mío y la gente dice que nos parecemos. Nunca alenté estas comparaciones y, aunque estuve con Diana por mucho tiempo, debo decir de una vez por todas que no soy el padre de Harry. Cuando conocí a Diana, él ya era un niño pequeño", dijo en una entrevista el año 2002 a Sunday Mirror.
Según Andrew Morton (el célebre biógrafo de la princesa) Diana de Gales solía escaparse del castillo para ver al profesor de equitación haciéndose llamar "Julia".