Juan Manuel Cativa no es cantante ni actor, pero es tan famoso si lo fuera. Es que es el peluquero favorito de muchas celebrities, en especial de la China Suárez y de Lali Espósito. Cuando la actriz se separó de Benjamín Vicuña, él fue el gran amigo y confidente que la acompañó día y noche; además viajó con ella a Madrid, España. Y ahora, de regreso en Argentina, fue una "estrella" en el cumpleaños que celebró Lali.
Pero él que es peluquero de profesión nunca imaginó dedicarse al rubro. Fue pura casualidad. Cuando tenía 18 años, Juan era promotor de fragancias para la marca Armani. "Elegí la carrera por azar, hace 20 años. Era promotor de perfumes Armani. Un día me mandaron a Alto Palermo y alguien me dijo: “Andá a Giordano que están tomando gente”. Había dos cuadras de cola y quedamos sólo dos. Empecé desde abajo: abría la puerta y saludaba", comenta.
Luego comenzó a aprender cada uno de los roles en la peluquería, y lo pusieron a lavar cabezas. A Giordano entonces se le ocurrió organizar un concurso entre los empleados de las 16 sucursales que tenía en esa época: el que vendía más shampoo, se ganaba un viaje a Los Ángeles.
"Me lo gané y me fui. Era de la marca Sebastian. Una vez allá me contrataron para que fuese la imagen de la compañía porque daba con el perfil. Tenía 19 años, el pelo largo por la cintura y me lo cortaron en vivo en los estudios de Fox. Al principio no sabía ni cortar ni peinar, pero después de aprender, ya estaba dando notas en los medios. Me educaron, me enseñaron a maquillar y a peinar. En Estados Unidos el peluquero hace todo", contó Juan en una entrevista.
Después de perfeccionarse 6 años con esa marca, trabajó para el canal Fashion TV. El histrionismo lo lleva en su sangre: su papá, Manuel Cativa, fue actor y hacía sketchs con Pepe Biondi en Los Polonios en los años ochenta. Su padre trabajó en Canal 13 interpretando a "Polonio" junto al humorista Pepe Iglesias, "El Zorro". Pero también se ha destacado como diagramador del Diario Popular, dibujante para Hanna Barbera y fotógrafo.
Siguiendo con la historia de Juan, Giordano le pidió que organizara sus desfiles: se ocupaba del armado, vestuario y las modelos. Y de aquella época sigue la relación con la China y Lali: "Me sabía de memoria cuanto medía cada modelo, las peinaba, las maquillaba y las vestía. Esos desfiles eran lo más. Me fueron quedando muchísimos contactos de esa época. Después también trabajé con las generaciones más jóvenes en eventos de Floricienta, Rincón de Luz y en desfiles de John Foos. Así conocí, por ejemplo, a la China Suárez y a Lali Espósito", comenta.
Se fue de Giordano en 2008 y a fines de ese año abrió Mala Peluquería: la llamó así porque su apellido en italiano significa mala. Y le fue muy bien. En 2016, abrió el nuevo local, ubicado a una cuadra del otro.
"Los peluqueros somos un poco como confesores. Imaginate que en una producción pasamos mucho tiempo con las modelos, convivimos 24 horas. Las mujeres vienen mucho a la peluquería cuando tienen un mal día o cuando se separan, porque quieren cambiar. Ahí hay que sentarlas, que bajen un poco, convencerlas", admite. Y quizás ahí esté la fórmula de su gran éxito.