El 13 de octubre de 1972 es una fecha que quedará grabada en la historia uruguaya y argentina: ese día el vuelo 571 cayó en picada, estrellándose contra la cordillera. Allí, viajaban 45 personas, de las cuales sobrevivieron 16 hombres. Sin embargo, hasta hoy, nunca se habló de las cinco mujeres que iban dentro de la aeronave: Susana Parrado, Eugenia Parrado, Liliana Methol, Graciela Mariani y Esther Horta Pérez de Nicola. De una u otra forma, todas estuvieron representadas en las dos películas que trataron la tragedia de los Andes ("Viven" y "La sociedad de la nieve"). Sin embargo, poco se cuenta de sus historias en estas ficciones.
Susana y Eugenia Parrado
Susana Parrado era la hermana de Fernando "Nando" Parrado, uno de los sobrevivientes, y ella logró salvarse del accidente. Sin embargo, su madre, Eugenia Parrado, murió a sus 50 años, cuando el fuselaje se detuvo y el impacto arrancó los asientos y los arrojó contra la parte delantera del avión.
Ellas habían decidido acompañar a Nando al partido de rugby que iba a jugar junto a sus amigos en Chile, ya que todos los jóvenes podían ir con sus familares. Sin embargo, jamás imaginaron que iba a suceder esta terrible tragedia.
Susana se había salvado del accidente, pero no corrió el mismo destino que su hermano, que se salvó a pesar de haber estado tres días en coma y haber sido dado por muerto.
No obstante, cuando se despertó, Nando supo que su mamá había fallecido y que su hermana se encontraba con graves heridas, lo que le dificultaba respirar. Susana murió en sus brazos el 21 de octubre.
Liliana Methol
Liliana Methol había decidido viajar hacia Chile junto a su esposo, Javier, para celebrar su aniversario de casados número 12. Sin embargo, el destino le tenía preparado otro final, ya que murió días después del accidente mientras que su marido sobrevivió.
Junto a Javier habían tenido 4 hijos. Además, el primo de Javier, Pancho Abal, les había pagado el viaje para que disfrutaran.
Tras el accidente, Liliana ocupó un rol muy importante para el grupo, ya que era la que se encargaba de consolarlos. Todos la recuerdan con mucho amor debido a que aseguran que fue como la madre que tanto necesitaban.
Además, ayudaba a Roberto Canessa y a Gustavo Zerbino, los médicos que asistían a los heridos, por lo que funcionaba como una enfermera. También, fue una de las sobrevivientes que más resistencia puso sobre alimentarse de los cadáveres.
Aún así, el 29 de octubre de 1972, Liliana falleció con 34 años debido al alud que sepultó al avión.
Graciela Mariani
En un principio, Graciela Mariani no era una de las pasajeras predestinadas a volar en el Fairchild 571. Ella debía viajar a Chile para asistir a la boda de su hija y planeaba hacerlo al día siguiente y en un vuelo regular.
Sin embargo, ese 13 de octubre pensó que iba a ser una buena idea ir un día antes para ahorrar tiempo, por lo que, cuando en la misma mañana de la salida del avión quedó una plaza disponible, decidió sumarse a ese viaje y aprovechar la vacante. A su vez, era un pasaje mucho más económico.
Tras el accidente, quedó atrapada entre la montaña que se formó con los asientos y se pasó toda la noche gritando del dolor. Los supervivientes trataron de ayudarla y liberarla, pero no lo consiguieron. Al mediodía del 14 de octubre, a sus 43 años, falleció.
Esther Horta Pérez de Nicola
Esther Horta Pérez de Nicola viajaba junto a su marido, Francisco Nicola, el médico del equipo de rugby, con el que tenía 4 hijos varones.
Ella murió a sus 40 años el mismo 13 de octubre, al salir despedida por la fuerza del choque, hacia la parte delantera del avión, al igual que su esposo.
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