En diciembre del año pasado Esteban Bullrich se despidió de su rol activo en la política al dejar su puesto como senador nacional. En abril del año pasado había informado que padece Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), una enfermedad neurodegenerativa progresiva que afecta principalmente las funciones musculares y la movilidad.
Un año después de haber dado a conocer el cuadro, brindó una entrevista a la edición de Revista Gente de este mes en donde se sinceró sobre cómo lo está atravesando. “Cómo sé que Dios nunca te pone una batalla que no puedas pelear, allá voy”, dijo esperanzado mientras se aferra a la fe.
“Al principio me pregunté: ‘¿por qué a mí?’, pero ahora me pregunto ‘¿para qué? Dejé de buscar un propósito, qué quiere Dios de mí con esto. Me entregué a su voluntad y acepté lo que él tenía pensado para mi”, explicó al recibir a los periodistas en una casa que tiene todas las comodidades para facilitar el día a día y su movimiento en silla de ruedas.
“¿Si lo que me pasa es una maldición? Es lo que es. Me concentro mucho en aceptar lo que puedo hacer -que no son tantas cosas como antes, pero que igual son muchísimas- y lo que no puedo hacer, sin ponerme a pensar demasiado: no tengo tiempo. Mi gran desafío es no perder el foto y poner toda mi energía ahí, concentrarme exclusivamente en lo que puedo controlar”, dijo.
El testimonio de Eugenia, la mujer de Esteban Bullrich
Desde que el cuadro del ex senador avanzó, la familia se transformó en un bloque sólido en el que Eugenia, su mujer, María Eugenia Sequeiros, tomó un rol protagonista de comandante. “A él siempre le gustó solucionar los problemas de todo el mundo, y ahora no puede. Hablamos de alguien súper activo: es licenciado en sistemas, piloto, chef, siempre fue un tipo desafiante”, explicó.
“Cuando debió anunciarlo a nuestros hijos, les dijo algo así como que se iba a hacer viejito antes de tiempo. No preguntaron mucho. Uno se animó: ‘¿te vas a curar?. ¡Por ahora no hay una cura para esta enfermedad, pero se está trabajando todo lo posible y yo voy a hacer todo lo posible’, le anticipó ilusionado”, contó.
Y agregó: “él tiene un espíritu increíble. A cada médico que íbamos (siempre con toda la información súper leída) le advertía: ‘Esto es cincuenta por ciento para mí y cincuenta por ciento para la gente’. Siempre fue él y el resto de la gente o el resto de la gente y él. ¡Nunca el otro!.... Lo admiro totalmente. Me sigue impresionando porque es una enfermedad que viene avanzando muy veloz en su cuerpo, vertiginosamente, y en vez de mostrarse desesperado, sigue pensando en los demás”.
Crédito fotos: Revista Gente.
