La pregunta que nos dejó la DANA en Valencia: cómo saber si mi casa se puede inundar - Revista Para Ti
 

La pregunta que nos dejó la DANA en Valencia: cómo saber si mi casa se puede inundar

El desastre que dejó la DANA en Valencia hace que nos planteamos si alguna vez vamos a sufrir una inundación en casa. Andrés Díez Herrero, doctor en Ciencias Geológicas e investigador del Instituto Geológico y Minero de España, nos da una respuesta.
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Decenas de muertos, desaparecidos e incontables daños materiales. La DANA dejó un tendal de destrucción en Valencia, España y nos deja un interrogante: ¿cómo saber si mi casa se puede inundar? El investigador en Ciencias Geológicas, Andrés Díez Herrero responde.

La DANA
Lo que nos dejó la DANA

"Lo siento, pero tengo que empezar por darte una mala noticia: tu casa, ese espacio que tanto esfuerzo e ilusión te ha costado conseguir, se va a inundar. Aún no sé cuándo ni cada cuánto tiempo será cubierta por las aguas, pero ese terreno que ocupa tu hogar ya estuvo anegado en el pasado y se volverá a inundar en el futuro.

Lo sé porque toda la superficie del planeta ha estado alguna vez inundada. Incluso el punto más elevado de la Tierra, el pico Everest, estuvo durante millones de años bajo la superficie del mar, como lo atestiguan las rocas de la cumbre, que contienen fósiles marinos.

Lo que nos dejó la DANA
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¿Cada cuánto tiempo se inundará mi casa?

Partiendo de esta premisa, la clave de la respuesta a la pregunta es saber si tu casa se inundará dentro de unos días, cada cierto número de años, una vez cada siglo o a una escala de miles o millones de años, que tanto nos gusta a los geólogos.

Aquí entra en juego un concepto controvertido y no siempre bien entendido e interpretado: el periodo de retorno. Se refiere a la media de los periodos temporales que transcurren entre que una zona se inunda y, tras secarse, de nuevo es cubierta por las aguas.

Lo que nos dejó la DANA
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El periodo de retorno o recurrencia (simbolizado con la letra T) normalmente se expresa en años. Decir que una casa se inunda con periodo de retorno de 50 años significa que, de promedio en un periodo de tiempo suficientemente amplio (siglos o milenios), se inunda cada media centuria.

Como es un parámetro estadístico (la media), no tiene sentido predictivo, esto es, no significa que si hoy se inunda mi casa ya no lo volverá a hacer hasta el año 2074. La cifra tiene carácter comparativo o relativo, o sea, se inundará con más frecuencia una casa en zona inundable con periodo de retorno de 50 años (T50) que otra que esté en zona con periodo de retorno de 500 años (T500).

Por ello, no hay que extrañarse de que una casa que está en zona de periodo de retorno de 100 años (T100) se inunde tres veces en una década. Luego pueden transcurrir otros 290 años sin que se inunde. En este caso, en un periodo de tres siglos la media de las inundaciones será de una vez cada 100 años.

Lo que nos dejó la DANA
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Entendido el concepto del periodo de retorno, para saber en qué zona de inundabilidad relativa se encuentra mi casa, bastaría calcular el periodo de retorno de ese terreno sobre el que se asienta. Y es aquí donde viene la dificultad científico-técnica: no existe una única fuente de datos perfecta ni metodología estandarizada para su cálculo.

Para saber cada cuánto tiempo se va a inundar nuestra casa en el futuro debo saber con qué frecuencia se ha inundado en el pasado. Pero ¿qué pasado? ¿Los últimos años, décadas, siglos, milenios…?

En qué se basan las predicciones

Hasta el momento, los cálculos estadísticos de la frecuencia de inundaciones en el pasado se hacen habitualmente con dos fuentes de datos: los caudales de los ríos y las series de precipitaciones máximas, es decir, cuánto llueve en mi zona.

Los caudales que fluyen por los ríos y arroyos cercanos a la casa se miden sistemáticamente en las estaciones de aforos de las confederaciones hidrográficas, agencias, departamentos, consejos o consels del agua. Si no hay una estación de aforos próxima y representativa de los caudales que pasan por el río se calcula con las series de precipitaciones máximas de las estaciones meteorológicas y pluviómetros próximos.

Lo que nos dejó la DANA
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En este caso, se calculan sus periodos de retorno y se hace una simulación del proceso lluvia-escorrentía (con ecuaciones simples o complejos programas informáticos) para así calcular qué caudales circularán cada determinado tiempo.

Una vez estudiados los caudales que circularán para determinados periodos de retorno, hay que conocer qué calados (o profundidades) y velocidades de la corriente alcanzarán en un tramo de río. Para ello se usan modelos hidráulicos en sistemas informáticos, de los que derivarán los mapas de las zonas que se anegarán en las márgenes del río, arroyo, rambla o riera.

Declaración de zona inundable

Las estaciones de aforo y meteorológicas más antiguas en España, en el mejor de los casos, no alcanzan ni el siglo de existencia, por lo que la disponibilidad de datos de caudales y precipitaciones máximas está muy limitada en su extensión temporal.

¿Cómo con apenas unas décadas de datos de caudales o lluvias vamos a ser capaces de calcular periodos de retorno de hasta 500 años (T500), lo que marca la legislación española como zona inundable?

Pues aplicando estadística de valores extremos que usa fórmulas y funciones supuestamente capaces de extrapolar los cálculos a altos valores de periodo de retorno (T500, T1 000 y hasta T5 000 o T10 000 para dimensionar los aliviaderos de las presas). Pero lo cierto es que muchas veces se convierten en artificios matemáticos alejados de la realidad física del proceso de la inundación y su frecuencia real.

¿Cómo podemos mejorar los estudios y mapas de zonas inundables?

Aquí es donde viene la geología al rescate de nuestros cálculos del periodo de retorno. Si, como hemos dicho, cualquier espacio de la superficie terrestre ya fue anegado en el pasado, puede que esas inundaciones pretéritas hayan dejado rastro de su paso por las inmediaciones de la casa.

Las huellas de inundaciones pasadas (paleoinundaciones) que no recogen ni las estaciones de aforo ni los pluviómetros (por haberse producido alejadas del instrumental o en el periodo previo a la implantación de los aparatos) quedan registradas en elementos naturales.

Su efecto se ve en rocas, sedimentos arrastrados y depositados por la riada (arena, limo, arcilla, grava); las formas del relieve, por erosión o sedimentación en el lecho y las márgenes del río y los elementos vegetales de árboles y arbustos en la ribera dañados por la avenida.

Estas evidencias empíricas permiten saber cuándo ocurrieron esas paleoinundaciones; con qué frecuencia y duración; con qué caudales, velocidades y calados; qué zonas quedaron anegadas y, lo que es muy interesante, nos permite introducir la variabilidad de los climas pasados para predecir la respuesta de las inundaciones ante el cambio climático.

Por ejemplo, las zonas inundables en España, al menos en un porcentaje de las márgenes de los principales ríos, están estudiadas y delimitadas en mapas. Es posible consultar si una casa está entre esas zonas estudiadas y a las que se ha asignado un periodo de retorno de inundabilidad por el Sistema Nacional de Cartografía de Zonas Inundables, en la web del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. ¡Suerte!"

Fuente: Andrés Díez Herrero ha recibido fondos de proyectos de investigación competitivos del Plan Nacional de I+D+i (Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades) y del Organismo Autónomo de Parques Nacionales. También es el responsable de actuaciones incluidas en la subvención para investigación de la Dirección General del Agua (Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico) al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), a través de las tareas encomendadas al Centro Nacional Instituto Geológico y Minero de España (IGME).

The Conversation

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