Integrar ambientes, cambiar revestimientos y replantear la cocina fueron algunos de los grandes cambios para un departamento palermitano de 35 años de antigüedad. Y como broche de oro, la decoración potenció el touch moderno de la propuesta.
La misión: reformar un departamento, más precisamente un piso de 35 años de antigüedad, ubicado en Palermo Chico, de aproximadamente 400 m2.
Fue la tarea que asumió el estudio de la diseñadora Diana Gradel que se puso como meta rejuvenecerlo por completo y cambiarle radicalmente la cara.
La movida incluyó la demolición total de los revestimientos de pisos y paredes, como así también de los tabiques de mampostería.
El living, doble y en tonos de gris
Se dispusieron dos espacios de estar. El primero, más formal, compuesto por dos sofás de diseño italiano enfrentados y dos pufs tapizados en pana de algodón matelaceado en color visón. Las mesas centrales, diseñadas por el estudio, tienen base en acero y tapa de Dekton blanco. Una alfombra a rayas en los tonos de gris dominantes (Rugit) le da contención.
Este sector, al igual que todas las áreas sociales y dormitorios del departamento, tiene pisos en grandes placas de Neolith Calcatta dorado; techos diseñados en placa de yeso con iluminación embutida y perimetral (Concepto y Luz).
El segundo estar se resolvió como zona de tevé, con un mueble que lo separa del comedor y sirve en sus funciones para ambos lados. El espacio se completa con un sofá, dos sillones individuales con tapicería en cuero, una mesa puf central otras auxiliares-
Un comedor apto para muchos invitados
Una mesa de importantes dimensiones (3,20 x 1,40 m) con base de madera laqueada y tapa biselada en Dekton gris, ofrece un cómodo espacio para 12 comensales, acompañada por silloncitos en madera y tapicería de pana sintética.
Sobre ella, caen tres grandes campanas (Artemide) de pantalla blanca con interior plisado. Sobre la pared, una importante obra de la artista plástica Debora Jafif. El mueble divisorio, contempla espacio de guardado de cristalería con iluminación interior.
Cómo renovar un antiguo escritorio
Integrado al estar por dos puertas corredizas con manijones de acero, el escritorio se respalda en un gran un mueble de guardado y de objetos, un escritorio con similares características que la mesa de comedor, también con tapa en Dekton gris. En la pared sobre el sobre el piano, una obra de Débora Jafif.
El sueño de la cocina a medida
La reforma en la cocina fue completa. El espacio original (de medidas más acotadas) se transformó en el taller de arte de los dueños de casa. Y el comedor diario -más espacioso y ventilado- dio lugar a una nueva cocina con sector para comer incorporado y una isla que contiene zona de lavado.
Todos los muebles fueron realizados en termoformado blanco y los volúmenes grises en melanina Ramio Plata (Masisa). La iluminación se planteó a partir de armados de placa de yeso, sectorizados según las necesidades con diferentes tipos de luminarias. Los pisos son de placas de porcelanato italiano de 1 x 1 m en color cemento y las mesadas, de Silestone blanco.
Pasillos con espacios de guardado
El pasillo que lleva a los cuartos también tienen gran protagonismo en este proyecto: fue utilizado como espacio de guardado. Se contempló que tuviera un diseño pensado, tanto en su espacio interior como en su estética. La iluminación planteada enriqueció su diseño y la verticalidad de sus frentes configuró un espacio interesante, jerarquizándolo.
Una recepción minimalista
El espíritu del depto asoma desde el hall de entrada. Allí, una de las paredes recibe un revestimiento en maderitas laqueadas, con detalle mas oscuro en el centro y un gran espejo redondo.
La iluminación de diseño acompaña a cada costado de las puertas, y se completa con unos spots embutidos. La puerta de entrada es doble, laqueada en color gris, con manijones de acero diseñados por el estudio.
La habitación principal, una master suite
De los tres cuartos existentes, el del medio sirvió para tirar una paredes y armar un master room, con vestidores más importantes y un baño sectorizado.
Tiene una vista privilegiada al rio y ciudad. El mobiliario se realizó en laca poliuretánica color cebada (Masisa) con paneles centrales tapizados en pana sintética color gris, revestimiento routeados y laqueados, colgantes de iluminación italianos grises muy livianos (Concepto y Luz).
Mantas, almohadones y acolchados repiten el gris dominante: sólo un almohadón amarillo juega al contraste.
La reforma en los baños
El toilette propone una caja en color cemento, con una pared revestida con papel de diseños irregulares tipo textil, donde apoya el espejo redondo retro iluminado. La mesada es de Corian y lleva una bacha elíptica.
El baño sectorizado cuenta con un amplio espacio de ducha, sanitarios y mesada con doble bacha en Corian blanco. El espejo está retro iluminado y como detalle interesante, una fina línea de luz led marca el pequeño escalón que da el ingreso al a la ducha.
Un living de exteriores en el balcón
El generoso balcón, con pisos de porcelanatos símil madera, permitió armar dos sectores: un estar con dos silloncitos italianos, mesas que acompañan y alfombra ecológica; y un sector de desayuno, con una mesa Saarinen y cuatro sillas de tejido plástico de colores mixtos (todos muebles diseñados por el estudio de Diana Gradel). Al fondo, contra la pared, se destacan dos grillas con plantas creadas por el estudio de paisajismo de Matilde Oyharzabal. Cortinas roller aluminizadas (Sunset) frenan el sol directo.
Fotos: gentileza estudio Diana Gradel.
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