Si bien Atahualpa, el hijo de Natalia Oreiro y Ricardo Mollo, tiene diez años, ya deja ver algunos vestigios sobre los pasos que podría llegara a seguir de cara a su futuro profesional y se sinceró sobre su rol de madre.
Así lo contó la actriz en una entrevista que dio en el marco de su papel en “Santa Evita”, la serie en la que se pone en la piel de Eva Duarte de Perón y dio algunos detalles de su vida privada.
“En el caso de mi hijo, me acompaña desde la espera, el entender que los horarios (por el trabajo) son largos, que hay mucho ensayo”, le contó a GENTE cuando le preguntaron por cómo hace para combinar sus tiempos laborales con la vida familiar.
A la hora de hablar de si le expresó alguna intención de cara a su elección profesional, dijo: “Lo veo muy él. Le gusta mucho lo que hacen sus padres, nos acompaña un montón, pero no ha expresado abiertamente que quiere hacer algo relacionado a lo nuestro. Le gusta de todo un poco. Tiene diez años y va experimentando. Yo quiero que sea feliz en lo que elija ser, tal como mis papás fueron conmigo”.
Cómo es ser madre y artista
“Un poco como todas las madres o padres trabajadores. Uno se divide los cuidados. Atahualpa es un niño que me acompaña mucho en mis trabajos, pero ya está en la escuela y no puede faltar tanto. Viaja conmigo, vamos y venimos. Hacemos malabares. Yo tengo una vida ordinaria con un trabajo extraordinario. Fuera de las luces, el maquillaje, el vestuario… esto es algo que elegí hacer y es increíble que me paguen por hacer esto. Aunque los horarios de esta profesión sean raros, uno tiene que ponerse ciertos límites para que su vida sea una cosa normal… ¡más cuando sos mamá!”, contó.
“Espero ser una buena mamá. Intento ser lo mejor que puedo, pero me falta mucho para ser lo que a mi me gustaría. Voy aprendiendo y tengo un hijo maravilloso al que le tocó esta madre”, cerró.