“No hay excusas. Ni frío. Ni mucho calor. Ni el ‘no tengo tiempo’”. Quién no se planteó alguno de esos interrogantes, que Federico Bal mencionó en una publicación de Instagram, a la hora de tener que entrenar. Que sí, que no… la actitud es uno de los condimentos más necesarios para la actividad física. Y cuando se habla de esto, no es por una cuestión meramente estética, sino que se trata de salud y bienestar físico. Va más allá de un cuerpo esbelto.
La realidad es que el hijo de Carmen Barbieri lanzó un contundente mensaje a través de sus redes sociales, en donde se mostró haciendo running en la ciudad de Tupungato, provincia de Mendoza. Para muchos, puede ser algo natural, aunque en el caso de él es más que un logro: es que después de superar el cáncer de intestino, hace exactamente un año, estaba con veinte kilos arriba de su peso.
En mayo de este año había contado que decidió transformar su realidad y mostró cómo, a través del entrenamiento, evidenció el descenso de peso. A través de sacrificio, de levantarse a las seis de la mañana y de sudar la camiseta, literalmente, pudo ir encontrándose más saludable.
“No hay excusas cuando uno elige cuidarse la salud y verse bien: 14 kilos menos y un enorme amor y cuidado por mi bienestar, tanto físico como mental. Salud, paz interior y gratitud”, profundizó al subir un video en donde se lo puede ver trotando en una ruta.
El 16 de julio del 2020, la luz volvió a su vida cuando se enteró que había superado la enfermedad. “Mis últimos estudios muestran que ya no está el tumor que tenía en el intestino. Quiere decir que el tratamiento funcionó, y que soy parte de ese preciado 30% de probabilidades de curarme sin operarme. Resumiendo: ME CURE”, sentenció. Desde ese día, todo fue ganancia.