Sus comentarios ocurrentes despertaron simpatía en los seguidores de MasterChef Celebrity. El Turco García fue el participante "chamuyero", pero también él que carga con un pasado pesado. Nació en Villa Fiorito, cerca de la casa de Diego Maradona. Su adicción a la drogas lo tuvo al borde de la muerte, pero pudo salir. Es el padre de un familión que lo llena de orgullo. Su historia vale la pena contarse una y otra vez.
"Tengo siete nietos y seis hijos. Todos varones. No te voy a decir el chiste ese de todos con la misma", bromea Claudio "El Turco" García en una entrevista con Vero Lozano en su programa de la tarde. MasterChef Celebrity lo convirtió en famoso más allá del fútbol. Es más: el "chamuyero" es uno de los participantes preferidos por el público del certamen de cocina.
Y empieza a detallar: "Los melli, que son franceses", dice. Se refiere a Cristian y Alan que viven en Venado Tuerto y tienen 28 años. Y sigue diciendo: "Daniel (34) que está en Rosario, Jony -Jonathan (35)- en Capital, acá conmigo. Igual que Yamil (16) que es el que está jugando en Racing y Rafael que está en Arroyo Seco". Los nietos se llaman Tiago, Valentín, Bastian, Yaz, Nico, Evangelina y Tomás.
Los melli se enfermaba uno y atrás el otro, cuenta. Y aclara que nunca los vistió iguales, pero que le ayudó a distinguir quién era quién que uno de ellos se rompió el diente por la mitad. "Bajó la escalera para gritar el gol de Racing y se rompió el diente. Y se lo dejamos", confiesa.
Como abuelo reveló que "uno a los nietos se le perdonan más cosas. Yo tengo problemas con mi mujer y mis hijos porque a mis nietos los dejo hacer de todo. Soy joven, tengo 57 y los puedo disfrutar, puedo jugar a la pelota. Por eso tuve esa viveza de tener a los chicos joven para disfrutarlos. Porque después por ahí sos más grande y te cuesta".
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Mariela, su mujer, lo salvó de la adicción
Hoy está limpio. Pero la pasó mal. Hubo un tiempo en que el Turco recorría de noche los pasillos de la villa 1-11-14 del Bajo Flores para comprarle a los dealers.
El Turco tiene una fecha tatuada en su mano. Dice 11 de febrero de 2008, es el día que logró vencer su adicción. "Yo empecé con las drogas cuando dejé el fútbol. Yo pensaba que iba a estar tranquilo, viajar. No sabía qué hacer y busqué una escapatoria pero es una mentira. Siempre digo que la droga es un impermeable, te tapa la lluvia pero se te ve la ropa. Cuando dejé el fútbol me encontré con un año espectacular y después qué. Siempre lo mismo, no levantarte temprano, no hacer nada y un día agarré el camino equivocado", confesó en una nota en la revista El Gráfico.
Y le adjudica el triunfo a su mujer, Mariela Prieto: "La que se bancó lo peor fue Mariela, mi señora. Me iba a buscar a las villas y no la violaron de suerte. Yo estaba ahí adentro y ella sabía y me iba a buscar. Yo digo que con las drogas perdí la dignidad y hoy soy un agradecido de la vida, es como volver a nacer".
Se dio cuenta que tenía que parar el día que se filmó: "Cuando me vi, dije '¿este soy yo?'.Rebotaba por las paredes, un desastre, eso ya me dio una reacción. Después me fui a Venado Tuerto". Allí se recuperó.
Y confiesa que no está muerto "porque Dios es grande". Cuenta que "por la falopa, que llegué a tomar 10 gramos de cocaína por día. Por la moto, que la puse a 280 por hora. Y lo mismo si no hubiera sido jugador de fútbol, me habría quedado viviendo en Lugano y quizás era un delincuente y moría en un enfrentamiento con la policía".
