Hace unos ocho años Ronnie Arias comenzó un proceso en el cuál buscó una nueva vida en Riachuelo, un poblado rural cercano a Colonia, en Uruguay. Esa chacra le permitió conectarse con la naturaleza, tener una huerta y esa bocanada de aire fresco que respiraba cada fin de semana. Es que su vida, antes de que lo desvinculen de La 100 se dividía entre Buenos Aires -los días de semana- y “El Espinillo” los findes. Era un constante ida y vuelta entre ambas ciudades unidas por el Río de la Plata hasta que se quedó sin trabajo y se instaló definitivamente en el vecino país.
“Me fui en diciembre de 2019 cuando me rajaron de la radio y, cuando decretaron la cuarentena en marzo del 2020, ya estaba ahí instalado. Cuando volví a Buenos Aires en enero fue otro mundo porque yo allá no tengo vecinos… el más cercano está a diez cuadras y para mí, usar el tapabocas es una tortura”, definió anoche en “PH, Podemos Hablar”.
Si bien hace unos meses tuvo una participación en “El Gran Premio de la Cocina”, el reality que conduce Carina Zampini en El Trece, lo cierto es que está mucho más alejado de la exposición al no estar en el país y al no tener un espacio fijo en radio o televisión diaria.
Vale la pena recordar que muchos no entendieron cómo las autoridades de la emisora no le renovaron el contrato teniendo en cuenta el liderazgo indiscutido de Ronnie en las tardes de La 100, pero eso ya es historia. Con ese cambio abrupto que tuvo su vida, hoy tiene un presente relajado en medio de un entorno natural.
“Vivo de canuto, tengo una Tienda Nube en donde vendo mis looks y tengo un emprendimiento en donde me gusta comprar casas destruidas y darles vida nuevamente. Es un trabajo duro, pero vivo de eso. También estoy escribiendo documentales y muy pronto va a salir una ficción con una idea mía”, le contó a Andy Kusnetzoff.
Un entorno soñado
Instalada en el medio del campo, la propiedad se convirtió en su verdadero lugar en el mundo: el animador tiene una huerta y se muestra siempre trabajando la tierra. En redes hay muchos famosos… y no son celebridades del espectáculo: primero está El Alan, el joven que lo ayuda con las tareas hogareñas, y después están Chancha, Palito, Yuyo, Chino y Peña, las mascotas que se divierten corriendo por los pastizales.
“No creo que pueda dejar todo y dedicarme al campo porque todavía me queda mucho tiempo para laburar. Pero lo que sí hago es ocupar todo mi tiempo libre en la huerta, los árboles, cortar leña para la estufa… Siempre me gustó el trabajo del campo, la huerta; tengo tomate, cebolla, kale, repollo, alcauciles, muchos árboles frutales… Es el equilibrio perfecto para la felicidad. Eso de laburar en un ambiente que es un infierno y tener la posibilidad de levantarme a la mañana, abrir los ojos, y ver todo verde. ¡Es más! En Buenos Aires me quedé con algo chico para tener la posibilidad de un lugar donde estar cuando voy, pero la idea es apoyar este lugar en el cual estoy”, le confió a Infobae el año pasado.
“Me parece que esto fue más que nada cumplir con un sueño que tenía de chico, de vivir en el campo. Con mis amigos siempre hacemos el mismo chiste: ven un cartel de un campo que se vende y me mandan la foto… Me gusta el campo acá, en Buenos Aires, en el Tigre o en Berlín”, agregó.
