Valeria Llaneza dice sentirse feliz y privilegiada por haber logrado hacer realidad un anhelo que tenía desde muy chica: estudiar y trabajar en Nueva York, la meca de la comedia musical. Ella es actriz y cantante y en 2015, después de haberse formado con grandes maestros de la escena local, dejó atrás su casa de Haedo para establecerse en la Gran Manzana.
Desde que partió de la Argentina rumbo a los Estados Unidos, Valeria ha trabajado como actriz, cantante y asistente de dirección en distintas obras, mientras continúa su formación aprendiendo de artistas consagrados de la talla de Céline Dion, Barbra Streisand, Susan Sarandon, Glenn Close, Lin-Manuel Miranda, Bryan Lee Cranston, Cynthia Erivo, Patti Lupone y Bernadette Peters, entre otros. “Poder verlos en sus presentaciones es como tener una clase magistral y personal. Aprendo de cada detalle y eso se agradece”, asegura en diálogo con Para Ti, mientras se prepara la sesión de fotos.
Verborrágica, sonriente, histriónica, así posa. Cumple al pie de la letra con las instrucciones del fotógrafo y ella propone aún más. Sabe de qué se trata.
Amor por el escenario desde la infancia
Valeria Llaneza nació el 14 de agosto de 1986 en Buenos Aires, en el seno de una familia en la que aprendió, afirma, a "luchar por lo que uno realmente quiere", mientras reconoce que siempre la apoyaron y estuvieron presentes en cada paso y logro de su carrera.
Si se pone a recordar su infancia, Valeria sabe que su amor por el escenario es algo que la acompaña desde que tiene memoria: "Me acuerdo de los viajes en auto a Mar del Plata, donde empezó mi pasión por el canto. Eran cinco o seis horas escuchando los mismos cassettes. A mi papá le gustaba Celine Dion y de tanto repetirlo ya me lo sabía de memoria. Yo cantaba bajito pero papá decía: “A ver Vale cantá (mirando por el espejo retrovisor para ver si le hacía caso) cantá un poquito más alto que te quiero escuchar”.
Su familia veía en ella este interés y lo fomentaba: "Uno de mis recuerdos preferidos eran las tardes de los domingos cuando nos juntábamos en casa, con la familia de mi mamá y papá. Tardes llenas de risas, juegos, charlas, a veces había cosas no tan lindas, pero para eso estábamos todos juntos, para compartirlas y apoyarnos unos a otros".
Según cuenta, la pasión por canta, bailar y actual acompañó a Valeria desde muy chica. Recuerda que un mes antes de las fiestas de Fin de Año, "empezábamos a organizar lo que sería el gran show para presentarlo después del brindis. Los más chicos, con la complicidad de los mayores, montábamos un espectáculo con luces, música, vestuario, juegos y prendas con el que nos divertíamos hasta la madrugada. Cada tanto vuelvo a ver los videos y hoy puedo decir que era una 'gran producción' y quizás mis comienzos en el mundo artístico".
Estudios, formación y una gran pasión
Siendo adolescente, Valeria encauzó esta pasión y comenzó a formarse. Cuenta que su tía, Isabel, le acercó un volante con información de una escuela de comedia musical "que recién comenzaba a formarse llamada B’Way, en Haedo, barrio en el que yo vivía. Al poco tiempo y con tan solo dieciséis años comencé a asistir y nunca más paré", recuerda y añade que a los tres meses de comenzar "ya sabía lo que quería hacer durante el resto de mi vida".
Después de 4 años en esta escuela y de finalizar la secundaria, Valeria comenzó con la carrera de dirección, mientras se formaba en la escuela de actuación de Julio Chávez con Lili Popovich. Luego decidió cambiarse de carrera y terminó graduándose de Licenciada en Arte Dramático en la Universidad del Salvador.
Siempre complementaba sus estudios con talleres y cursos de teatro, tap, danza y canto. Sus días, recuerda, eran "interminables". Pero su mamá estaba ahí para ella. "Me levantaba a las seis de la mañana y terminaba a las doce de la noche. Me acuerdo que mi mamá me iba a buscar cuando terminaba las clases de teatro a las once de la noche y me traía la comida para que comiera durante el viaje y cuando llegara a casa lo único que tenía que hacer era meterme en la cama y descansar".
Una argentina en Nueva York
El año pasado, estrenó a sala llena No me arrepiento, una obra de la argentina Florencia Aroldi que adaptó junto a Facundo Agustín, actor y director de la pieza,y que presentaron en el teatro Julia de Burgos de Nueva York, en el marco del festival Uni2.
Por esta obra, Valeria recibió el premio a la Mejor Actriz de Comedia Musical, un galardón que nunca había obtenido ningún artista nacional hasta ahora.
"El trabajo del artista es muy difícil, muy sacrificado. Cuando estás fuera de tu país, todo se complica mucho más. Por eso cuando salen estas oportunidades y el público te ovaciona, sentís que todo el esfuerzo valió la pena", decía la actriz el año pasado, tras lograr este reconocimiento.
"Lo que más deseo es estar arriba de un escenario para poder contar historias. Pero trabajar como asistente, me gusta mucho también, te da una visión más amplia y precisa del espectáculo a grande escala".
Y, si bien es consciente de todo el esfuerzo que le llevó hacer realidad su sueño, hoy lo disfruta en plenitud: "Tener el privilegio de hacer teatro en esta ciudad es un placer, un orgullo".
Créditos
Fotos: Diego García
Video: Camila Uset
Edición de video: Martina Cretella