Candelaria Botto es economista y comunicadora, tiene 30 años y es una de las especialistas en la materia con más llegada a las nuevas generaciones, por su manera sencilla de explicar conceptos de su especialidad. Siempre apoyándose en datos concretos (sin los cuales no concibe analizar ningún tipo de fenómeno) ella le suma memes, videos divertidos y hace que eso que parece tan difícil y lejano, una cuestión cotidiana y concreta.
Como buena académica se planta en que la argumentación es la base para defender cualquier idea y es así como explica cada uno de los conceptos que fue abordando durante la charla con Para Ti.
Hace unos años, Candelaria se recibió de economista en la UBA con mención Cum Laude. Mientras cursaba, tuvo un perfil más académico -fue becaria de investigación en el Ceped, docente y ayudante-, de a poco se fue orientando hacia la divulgación económica.
-¿En qué consiste tu trabajo actualmente?
-Actualmente coordino Ecofeminita, mi trabajo principal ¡y mi preferido! También trabajo como docente en el CBC, en Clacso, en la Universidad de Lomas de Zamora, trabajaba en TEA en la Escuela de Periodismo. Y como comunicadora en la Televisión Pública, en canal Encuentro y en mis redes sociales.
Después de dar su larga lista de actividades, bromea: "Como verás, tampoco me gusta dormir" -dice entre risas- y luego reconoce que no es novata en esto de enfrentarse a una entrevista o a una cámara, momentos antes de "someterse" a la producción fotográfica con Para Ti.
Si bien, por lo visto, Candelaria trabaja largas horas del día, dice que disfruta de su trabajo: aún más cuando puede hacer cortes durante la jornada para tomarse "vacaciones mentales", como ella lo describe. Son momentos en los que se encuentra con sus "amigues" (sic) para "ir a comer o a tomar algo rico", que es algo de lo que también disfruta mucho.
-¿En qué consiste Ecofeminita, qué es lo que propone?
-Nace en mayo de 2015 con los calores de lo que fue #NiUnaMenos, en un contexto muy movilizado, dentro de la Facultad de Ciencias Económicas para discutir con nuestros propios colegas que nos decían: "las mujeres ganan menos porque negocian mal su salarios, porque eligen quedarse en sus casas" y un montón de prejuicios que queríamos combatir desde adentro y para mí el título de la primera nota demuestra mucho nuestro espíritu, que es "las mujeres ganamos menos en todo el mundo y tu mamá también".
Además, cuenta, que el objetivo de toda esta divulgación tiene que ver con poner los temas en la mesa de todos los días. Se valen de herramientas teóricas y estadísticas con el objetivo de que "generar participación y que también sirvan para la discusión del domingo, con tus familiares, donde te decían ser feminista parecía una posición subjetiva pero la idea es hablar de las estadísticas generales, qué es lo que nos pasa como sociedad más allá de nuestra experiencia individual", indica y explica que el objetivo primordial es de llegar a desarrollar políticas públicas que equiparen estas desigualdades y mejoren a la sociedad en su conjunto.
-¿Cómo es el feedback por parte de la gente?
-En el comienzo tuvimos un feedback muy positivo, por eso salimos de la facultad y empezamos a intentar hablar de estas cuestiones con un lenguaje que sea apto para todo público y llegar a las masas.
Trabajamos mucho en redes sociales y recibimos muchas reacciones, como todo movimiento transformador. Al menos una vez por semana hay un tipo en Twitter que nos manda a lavar los platos, eso sucede y me lo tomo con gracia, pero demuestra también a lo que una se enfrenta como el disputar el rol de las mujeres en la sociedad. Siempre va a haber una reacción que intente ubicarte en ese rol que funcionó en otros momentos y que todavía le funciona a un grupo de la población.
Recuerdo en una charla a un tipo que me dijo muy vehementemente: a mi mujer le gusta quedarse en la casa, porque a ella le gusta cuidar a nuestros hijos. Y yo pensaba, de última, ¡que lo diga ella! ¿Por qué vos sos el que lo dice? Ella no estaba ni siquiera ahí, él hablaba por ella... es muy violento en realidad pero es a eso a lo que nos enfrentamos: a pensar en una forma de organización social distinta, donde las elecciones sean más libres pero también para el conjunto de la sociedad. No es sencillo, pero avanzamos.
-¿Te ha pasado de detectar más actitudes de hombres más deconstruídos?
-Soy muy optimista... para mí el conquistar el aborto legal, la marea verde del 2018, marcó muchos antes y después sociales. De cosas que quizás ante socialmente no estaban permitidas y hoy en día, si bien suceden, se interpretan de otra manera. Por ejemplo: que está mal opinar de los cuerpos ajenos, o en reconocer una situación de acoso que antes se juzgaba: "Está llorando porque es muy sensible".
Creo que hay que celebrar cada victoria aunque -cuando se ven los números- vemos que falta mucho. Por ejemplo, la distribución del trabajo doméstico no remunerado sigue siendo muy asimétrica: las mujeres siguen haciendo casi el triple que los varones y esos números son muy estáticos, porque no cambiaron desde 2015 para acá.
Otra cosa que se ve es una participación más presente de los varones en la crianza de los hijos, aunque la mayoría de las veces tiene que ver con cuestiones más lúdicas, como jugar con los chicos, y no tanto lavando la ropa, yendo al supermercado o asegurándose de que la casa esté limpia. Por ahí participan más acompañándolos en tareas escolares -que está buenísimo- pero todavía falta un camino largo por recorrer.
-¿Qué te parece que debería cambiar para generar una verdadera transformación?
-Las políticas públicas son centrales para tener un alcance nacional de transformación y que den sustento material -explica- y luego grafica con un ejemplo: "Si las mujeres ganan menos, es económicamente racional decidir que sean las que se quedan en la casa cuidando a los chicos, a un adulto mayor o a una persona enferma. Si no se mejora esta brecha salarial desde las políticas públicas del Estado, coordinadas con el sector privado y con las comunidades, no vamos a poder tener una sociedad realmente igualitaria", advierte.
En ese sentido, "tenemos muy presente la bandera de la exigencia de un sistema integral de cuidados garantizado, no solo por el hecho de soltar esas horas de trabajo en los hogares, sino también para tener crianzas más compartidas, pensando en la Ley de Educación Sexual Integral, en formarnos mejor camino a las futuras generaciones", remarca.
-¿Cuál es tu visión de las nuevas generaciones?
-Yo ya tengo 30 años pero las chicas más jóvenes de Ecofeminita, por ejemplo, de 22, tienen mucho más resueltas las cosas que yo a esa edad y ni hablar de las que tienen 17, que ya elaboraron cosas y se manejan muy bien, por ejemplo, en sus relaciones románticas. Ellas abordan problemáticas que yo a su edad no manejaba ni por casualidad. Viven más libremente.
Candelaria trabaja en el presente con miras a un futuro mejor y se vale de datos concretos para intentar construir una realidad superadora. Pese a las adversidades que puedan presentarse (y que se presentan), no puede evitar tener una visión optimista de lo que está por venir: "Todos tenemos problemas y angustias y vivimos en un mundo que es muy hostil pero a mí me da perspectivas muy positivas de lo que es el futuro porque si generacionalmente venimos avanzando tanto, estas mujeres son futuras profesionales... se ve también en los varones -no en todos, porque también hay una reacción más violenta y patriarcal porque los estás corriendo de "su" lugar- pero yo creo que estamos en la construcción de un presente que es mejor y que eso asegura un futuro más igualitario", concluye.
Fotos: Fabián Uset
Edición de videos: Camila Uset