Hay una mujer en el mundo que es argentina y que se ocupa de la seguridad nuclear. Una tarea que, bromeando aclaró que "no tiene nada que ver con lo que hace Homero Simpson". Julieta Romero es curiosa desde chiquita. Sin seguir mandatos ni definiciones familiares, optó por estudiar Ingeniería Nuclear sin dejar de lado su otra gran pasión: el arte. Ama la moda y se define como "una gran jugadora de metegol".
Cuando le pedimos a Julieta que se presente, no escatimó en detalles: "Tengo 34 años, nací en Quilmes, me crié en Bariloche y ahora vivo en París", comenzó con los datos más "técnicos" y luego añadió: "Me gusta decir que soy ingeniera nuclear de día y artista de noche", expresó, multifacética, la primera de #LasElegidas, quien ostenta una melena de pelo rojizo que es inevitable relacionar con otra argentina destacada: la actriz Anya Taylor-Joy (protagonista de Gambito de Dama y de Peaky Blinders). Sí, se parecen físicamente ¡y mucho! Pero se dedican a cosas bastante diferentes.
-¿A qué edad empezaste a sentir curiosidad por lo que hacés hoy?
-Desde muy chiquita me acompañó la curiosidad. Creo que el punto de inflexión fue cuando aprendí a leer e interpretar las revistas de interés general para chicos. Ahí descubría temas fascinantes en los que después ahondaba con enciclopedias y, de más grande, preguntando a profesores.
Julieta no tuvo influencias cercanas a la elección de su carrera. Su mamá era maestra jardinera y su papá trabajaba como vendedor en una obra social. "En mi familia no había ningún ingeniero, no se conocía lo que era la ingeniería básicamente. Pero como me crié en Bariloche, estaba el Centro Atómico, todo lo que es el Balseiro y están las carreras que son de ingeniería, de licenciatura en física y etcétera entonces hay mucha gente acá que vive de eso, que son investigadores".
Actualmente trabaja en un organismo internacional que vela por la seguridad de los reactores nucleares, en París. Tan importante es su tarea que cuando le consultamos cómo se llamaba el organismo al que hacía referencia, pidió: "Prefiero que no lo pongan porque trabajo con cosas muy confidenciales", con lo cual tomamos dimensión de la enorme responsabilidad que tiene Julieta.
-¿Cómo fue estudiar tu carrera y comenzar a moverte en el ámbito profesional, acostumbrado a tanta presencia masculina?
-Al momento de rendir no hay cerebros masculinos o femeninos: estudiar es estudiar para cualquier género. La carrera nos costó por igual a varios… Salvando alguna falta de deconstrucción, me sentí un par. En el ambiente laboral la cosa cambia: varias veces sentí "tener que" demostrar mis conocimientos ante gente que, si yo fuese hombre, no me lo pediría. Lo mismo sucede al defender una postura, como que tu argumento por ser mujer ya arranca un escalón más abajo.
Hay que tener en cuenta que hace 10 años que estoy en la industria y algunas situaciones van cambiando: el entorno hoy, gracias a que se habla del tema, es mucho más consciente de las disparidades y eso hace que se puedan plantear en un espacio seguro.
-¿Cómo es operar, controlar un reactor nuclear?
-Te puedo decir como "no" es: como en los Simpsons. En los dibujitos vemos a Homero siendo un irresponsable, medio tonto, que puede dormir tranqui la siesta en la sala de control.
La realidad no puede ser más diferente: los operadores nucleares son personas calificadas que rinden una licencia (como la de conducir pero muchísimo más exigente), donde tienen que saber qué hacer en un abanico enorme de casos técnicos. Son de las personas más respetadas en planta, la conocen al detalle y junto a su equipo están al tanto de todo lo que sucede en varios lugares a la vez. Un trabajo súper desafiante.
-En algún momento momento dijiste o pensante: “Llegué”
-Por mucho tiempo me costó el balance entre mi lado artístico y mi lado ingenieril. Creo que el momento donde digo "llegué" desde el punto de vista ingenieril es ahora: trabajando en un organismo internacional, en París, aprendiendo muchísimo sobre seguridad nuclear, trabajando un montón y conociendo gente de todo el mundo. Pero a mi lado artístico le falta una vueltita de rosca. Tengo muchas ganas de hacer un librito ilustrado para explicar conceptos de energía nuclear de forma fácil y accesible, ya se dará.
Julieta nos sumó "datos curiosos", que terminan de definir un poco su personalidad: "Amo la moda al punto de hacerme ropa y doy muy digna pelea en el metegol (soy muy competitiva!)". Y, si bien no tuvimos la oportunidad de desafiarla al metegol, podemos decir que su gusto por la moda se refleja en su cuenta de Instagram @jdragones, donde luce outfits fashionistas con un marco inmejorable: las calles de París.
-¿Cómo se conjuga tu profesión con el arte? ¿Es un hobby o creés que se une en algún punto con lo que hacés?
-A veces dibujo para distender y eso es puro hobby. Pero cuando ambos mundos se encuentran, me fascina: siento que es lo que vine a hacer al mundo. Me pasa cuando me pongo a hacer garabatos para explicar conceptos de energía nuclear, amo saber en profundidad sobre estas cosas y poder compartirlas de manera lúdica, sin que resulte un bodrio.
-¿Qué te gustaría decirles a las mujeres que tienen ganas de ir tras tus pasos?
-Les diría que reafirmen constantemente su valor y que sepan que no están solas. Seguir este tipo de carreras no siempre es fácil, pero es un mundo tan interesante que vale completamente la pena. Y si necesitan una palabra de aliento, acá estoy para darla ❤️.
Fotos: Fabián Uset
Edición de video: @cristian_calvani