En todo el mundo la pandemia cambió los paradigmas. O, al menos, aceleró procesos que estaban destinados a ocurrir, tal y como pasó con el uso de medios de transporte amigables con el medioambiente -y también con la salud- que se viralizó, sobre todo en las principales ciudades del mundo.
Dentro de esta movida las bicicletas son las verdaderas reinas y, dentro de ellas, destacamos las conocidas como fixie como el modelo paradigmático. Para quienes no están familiarizados con los términos ciclísticos, este tipo de bicis son de una sola marcha (es decir, no tienen cambios) y su sistema de freno es a contra pedal: tienen el piñón fijo, haciendo que la rueda trasera gire cuando lo hacen los pedales.
Dónde son ideales las fixie bikes
Este tipo de bicicletas son especialmente eficientes en ciudades con pocas pendientes (de lo contrario contar con un modelo con cambios es lo más adecuado) y a tener un sistema simple, requieren menos mantenimiento que otras.
Cómo es andar en una fixie
Dicen los expertos que son una excelente opción para mejorar el rendimiento físico y agudizar los sentidos, incluso para mejorar la forma de conducción.
No es de extrañar que a la mayoría de las personas que se suben por primera vez en una bicicleta fixie les invada el desconcierto y algunos otros casos... hasta el miedo. Posiblemente se deba a la sensación que genera el no poder dejar de pedalear mientras la bicicleta está en movimiento o el temor de no saber parar sin frenos.
Debido a esa conexión mística entre el ciclista y la bicicleta, se desarrolla un control absoluto de la conducción (hay que prestar atención) y un sexto sentido para sentir el camino a través de todo tu cuerpo.
Esto permite sentir directamente la tracción de la rueda trasera y el movimiento de la bicicleta. Además, se desarrolla la habilidad de pedalear con mayor eficacia en condiciones climáticas adversas como: la lluvia, caminos congelados o incluso con barro.
Cuáles son los beneficios de andar en una fixie
De igual manera, desarrollás un golpe de pedal más rápido y elástico, lo que significativamente ayudará a sentar las bases para desarrollar una mejor capacidad de sprint (carrera).
Se desarrollan instintos y habilidades que facilitan una conducción precisa y rápida, evitando muchos malos ratos que, en bicicletas tradicionales es tan común vivir, sobre todo cuando compartes el camino con automotores.
La estética fixie
Si hay que caracterizar este tipo de biciletas, el minimalismo absoluto puede ser lo que mejor las describe. Su diseño busca simplicidad y ligereza máxima sin recurrir a piezas caras y exóticas.
Aunque admite muchos matices, estas bicicletas están inspiradas en el ciclismo en pista. Otra de las influencias sobre las fixies fueron los bici-mensajeros de Nueva York, que desde finales de los 90 las usaron.
Este crisol cultural hizo que se desarrollase una cultura urbana alrededor estas bicis, que ya no eran solo para moverse entre el tráfico sino para actividades de ocio como el bike-polo, o las carreras en tráfico abierto (alleycats). Es por eso que muchas se pintan con colores estridentespara no pasar desapercibidas.