Ella es Lucía Aguilar y es experta en finanzas. Comenzó a hacerse notar en las redes con sus tips básicos para ordenar gastos y poder planificar presupuestos que permitan ahorrar.
En un lenguaje simple, con instrucciones que cualquiera puede ejecutar, esta Licenciada en Administración de Empresas se convirtió, también, en comunicadora con el objetivo de divulgar conocimientos y tips sobre finanzas en su cuenta de Instagram que tiene casi 280k de seguidores (@luliinvierte).
Hace poco salió su libro, Sin miedo al dinero, donde su lema es "diseñá la vida que querés vivir" porque, según irá contando en la entrevista a continuación, administrar bien el dinero puede ser el camino hacia hacer los sueños realidad.
Claro que no es fácil, tampoco rápido. Implica pensar, planificar, ordenar y priorizar. Lo que es alentador, según asegura la propia Lucía Aguilar: es que es posible y cualquiera que esté predispuesto a poner su plan en marcha, podrá lograrlo.
¿Por qué te parece importante que se hable de educación financiera?
-Con la inflación y con la poca estabilidad que hay, es muy difícil realmente poder manejar las finanzas. Creo que en Argentina, más que ningún otro lugar del mundo, se necesita mucho conocimiento.
"Para que la gente se entusiasme y le pierda el miedo un poco a comenzar a empaparse en las finanzas. Esa fue la idea del libro, hacer algo divertido, entretenido, ágil".
"Fue un desafío desarrollar un libro de finanzas que resulte divertido, porque no es un tema que uno dice 'Ay, qué divertido me voy a poner a leer un libro de finanzas'. Lo intenté hacer de esa manera para que sea digerible, entretenido, claro. Que la gente pueda sacar algunas cosas en limpio y pueda mejorar su vida".
Vamos a desmitificar un poco esto y sacando el nombre de educación financiera -que tal vez suena muy académico- en la práctica, si yo me pongo a empaparme: ¿Qué consecuencia positiva puedo obtener de empezar a meterme en este tema y administrar mejor mi dinero?
-El primer el primer impacto real y positivo es que el ancho de banda de tu cabeza, en vez de estar 50% ocupado en cómo vas a pagar que no llegás, se te libera esa mitad del espacio y lo tenés libre para otras cosas. Te da una libertad y una tranquilidad mucho mayor. Eso, diría, es el primer gran impacto.
"El segundo impacto -que se nota más en el mediano y largo plazo- es que vas a empezar a cumplir tus sueños. Esas cosas que vos querías para tu vida y pensabas que no podías. Vas a empezar a vivir la vida bien y no solo como una forma de subsistencia. Yo veo gente que, cuando toma control de sus finanzas y empieza a administrarlas, vive una sensación de tranquilidad y una cantidad de sentimientos muy positivos".
"No solo lo veo con la cantidad de miles de personas que me escriben, sino que muchos me lo contaron durante los encuentros que hice con motivo del lanzamiento del libro, en Buenos Aires y en Rosario. Me decían, llorando, cómo les había cambiado la vida al poder hacerse cargo de sus finanzas".
Una pregunta básica que por ahí para vos es obvia, pero ¿cualquiera administrar mejor su dinero, no importa el monto que uno gane?
-Cualquiera puede seguro que sí, obviamente que hay personas que tienen más necesidad, otras menos, pero todos podemos administrar mejor nuestro dinero. El dinero que tenemos es un recurso escaso y administrarlo es esencial. Siempre hay mejores formas.
"Otra cosa que a mí me encanta -y hago mucho hincapié en el libro- es de qué forma podemos ganar más y qué podemos hacer para subir el techo y no estar siempre bajando el piso. Porque siempre hay un nivel que no podemos bajar más, no tenemos que tener un techo. Eso es muy importante también..."
Hace un presupuesto, ¿implica que nos privemos de cosas?
-Muchas veces veo que hay cierta creencia de que administrar el dinero significa que la voy a pasar mal, que me voy a privar de algo. Pero, en realidad, administrar el dinero y hacer presupuesto es darle a nuestro dinero de instrucciones precisas.
"Y es verdad que vamos a tener que, en algún momento, decidir que hay una parte que va para mí yo del futuro. Y hay una parte que va a cumplir objetivos más grandes que, por ahí, hoy lo estoy usando para el chiquitaje, el día a día. Pero siempre le digo a todo el mundo: que se pregunten si realmente eso los está haciendo felices".
¿Cómo podemos darnos cuenta de esos gastos?
-Yo sugiero que se pregunten: '¿Te hace tan feliz realmente fumar? ¿Viste te hace tan feliz realmente consumir eso que estás consumiendo (cafecito en la calle, medialuna)? Lo que no se ve es que esas cosas no te hacen tan feliz. Y, además, quizás hasta te generan algún problema de físico, de salud. Y, como si fuera poco, alejan ese gran objetivo que vos tenés.
"Entonces, algunos me dicen: 'no por comprarme este cafecito no vas a poder comprarte una casa' y yo le digo 'es verdad'. Pero, por ahí, con todos los cafecitos que te compraste un mes podés salir a comer a un restaurante divino y tener una salida espectacular, que te vas a acordar de acá cinco años. Y del cafecito que te tomaste ayer, no te vas a acordar nunca más".
¿Hay alguna aplicación que recomiendes para ordenar nuestro dinero y empezar a planificar?
-Sí, hay un montón de aplicaciones muy buenas. Por ejemplo, las que son para invertir. Todos los brokers que están avalados por la Comisión Nacional de Valores, que están auditados y es muy seguro poner nuestro dinero ahí: para invertir en la bolsa, para comprar acciones o para comprar bonos.
"Hay otras en las que podés escribir todo lo que gastás... Y yo soy muy de que el dinero tiene que ser una fuente de posibilidades y no de preocupaciones. Si yo estoy anotando todo (me tomé un colectivo, me tomé un taxi, me tomé un uber, me compré tal cosa) no sé si eso termina generando más preocupaciones que posibilidades. Soy muy defensora de no marcar el detalle todo lo que uno gasta".
Entonces no hace falta ir anotando todo...
-Yo soy de la idea de darle al dinero a las instrucciones precisas de lo que tiene que hacer bien. Anotar en qué estoy gastando cada cosita, no es para mí un camino de felicidad. Entonces por ejemplo, yo le digo al dinero: tanta cantidad de plata por mes vas a supermercado; esta otra plata por mes va a salidas; esta otra, para pagar servicios. Con la posibilidad, por ejemplo, de ponerla en diferentes billeteras virtuales".
"En cada una, tenés un presupuesto mensual, y la idea es no excederlo. Si se terminó y realmente tenés que hacer ese gasto, por ejemplo, en una salida, ahí, sí, anotas: 'tuve que gastar X cantidad extra', porque surgió un cumpleaños que no tenías planificado".
"Es un poquito más de trabajo, pero después te olvidás y no tenés que estar anotando. Porque esto de andar sacando la aplicación y decir 'bueno dos mil pesos en verdulería', y eso frustra, la gente se cansa y entonces tira todo por la borda. Ahora, si tal día tenés un descuento con determinada billetera que no es la del supermercado, hacés el traslado puntual del dinero".
¿Qué opinás de recurrir a la la tarjeta de crédito cuando no llegamos a fin de mes?
-La tarjeta de crédito puede ser un arma de doble filo y muy fácilmente, podemos quedar súper endeudados. Y como el interés compuesto -es una maravilla para los para las inversiones- pero funciona igual para las deudas ¡pero al revés! Porque hace que cada vez debamos más, y el interés sobre el interés, sobre el interés, se hace una bola de nieve de deudas. Y tenemos que tener mucho cuidado de siempre poder pagar la tarjeta 100%. Y jamás recurrir a pagar menos de eso, de ir al mínimo y refinanciar.
"En el libro lo lo cuento y lo muestro. Varias personas cuentan que tenían deudas de tarjeta por las que tenían comprometido su salario de los próximos seis meses, que tenían 30 mil dólares en deudas".
Los chicos y las finanzas
En uno de las secciones del libro, Lucía Aguilar ofrece consejos para ir sumergiendo a los chicos en la educación financiera.
"Me encanta que para cada edad haya haya ciertos hitos que los chicos pueden ir cumpliendo: desde entender qué es la plata, cómo funciona, cómo se gana, cómo se gasta entender que hay presupuestos. Transmitirles que ciertas cosas se pueden poner como una lista de prioridades para el mes que viene y podemos ahorrar para eso".
"La gente, hoy en día, defenestra mucho la alcancía por la inflación que hay. Pero yo les digo siempre que cuando son chicos muy chiquitos, no pasa nada".
"Es mucho más lo que gana el chico aprendiendo a ahorrar, que lo que se le devalúan sus pesitos en una alcancía, todo esto nos ayuda mucho".
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