Macarena Marra es Jueza de Primera Instancia en lo Contencioso Administrativo Federal y recibió al equipo de Para Ti en su despacho, ante la mirada curiosa y divertida de su equipo colaborador.
La oficina, ubicada en un edificio del centro de la Cuidad de Buenos Aires, tenía los clásicos ficheros repletos de causas que, celebraba, eran muchas menos que años atrás fruto de la digitalización que aceleró la pandemia.
Después de correr objetos aquí y allá (para la sesión de fotos y con bastantes nervios), Macarena Marra se dispone a una charla íntima en la que nos contará cómo es ser una mujer de la Justicia con un alto cargo. Pero también una mamá híper ocupada de sus hijos e involucrada en sus actividades. Y una mujer comprometida con su tarea y con la visibilización de la perspectiva de género que, alguna vez, creyó que su destino estaba en Italia dedicándose al Diseño.
¿Cuándo cuando descubriste que querías ir por este camino?
-Estudié Derecho por un mandato familiar y, la verdad, no disfuté la carrera. Entré en Tribunales en el año 97 para reemplazar a una chica que tomaba licencia por maternidad, tenía previsto durar tres meses para juntar dinero, porque quería irme a hacer un curso de Diseño a Italia. Y, a partir de ahí, me empecé a enganchar con la actividad judicial. Y, bueno, acá estoy hace veintipico de años.
Ante la sorprendente respuesta, Macarena añadió: "Lo cuento siempre porque, generalmente, las personas que estudian Derecho quizás no son tan apasionadas de las Ciencias Jurídicas. Yo hoy no me imagino haciendo otra cosa. Me levanto y vengo a trabajar contenta todos los días, aunque algunos sean estresantes. Por suerte, sigo disfrutando de lo que tengo que hacer".
La doctora Marra cuenta en su video de presentación que trabaja, junto con su equipo, comprometida en dar las mejores repuestas posibles en cada causa y que, si las cosas no salen según lo esperado, se revisan en detalle. "Las causas acá se inician, nosotros tomamos una decisión, ese expediente después se eleva a la Cámara de Apelaciones porque alguna de las partes no está de acuerdo con resolvimos y bueno, entonces nosotros nos fijamos todo el tiempo. 'A ver, qué pasó, nos equivocamos, no nos equivocamos, qué no vimos'".
Descubriste una pasión haciendo el camino...
-Sí, con la actividad y no me imagino ejerciendo la abogacía, como nosotros decimos, 'del otro lado de la barandilla'. A veces, digo 'wow', ¡llegué hasta acá!, ¿Qué pasó en todo este camino? Pero la verdad es que lo disfruto todos los días.
Llegar a este lugar ¿implicó para vos hacer renuncias o tomar decisiones complejas a nivel personal?
-No, pienso que implicó mucho esfuerzo. Para hacer la carrera judicial, para llegar a al cargo de la Magistratura, hay que pasar por un concurso público -que es bastante arduo- y también tenés que cumplir con una serie de requerimientos. Por ejemplo, tenés que ejercer la docencia universitaria, haber hecho publicaciones, tener la especialidad. Más allá de la carrera, un bagaje de estudios de tu especialidad. Es un esfuerzo grande, quizás dejasen el camino otras o actividades, quizás más vinculadas con el ocio.
¿Cómo lograste conjugar tu formación y tu trabajo con tu rol de mamá?
- Quedé embarazada de mi hijo Octavio a los 36, tenía muchas ganas de ser mamá y me parecía que no me va a llegar nunca. Entonces dije, 'bueno, ahora me voy a dedicar a mi hijo'. Y justo tuve cambio de jefes. Siempre trabajé en una Cámara de Apelaciones, donde los integrantes son tres y justo cambiaban los tres integrantes. Se dio que los jueces nuevos no conocían al equipo, eso lleva un tiempo, pero bueno, la verdad es que siempre tuve mucha ayuda de mi mamá y una persona que trabaja conmigo desde que nació mi hijo, que se llama Yolanda, que es parte de mi vida de mi familia... De hecho, cuando me tomaron juramento y asumí el cargo, le dije (N. de R: se emociona) 'Yoli esto también te lo dedico a vos'.
Luego, Macarena nos cuenta un poco más de su familia, de quienes tiene fotos en portarretratos decorando los estantes de la biblioteca de su oficina: "Mi hijo Octavio va a cumplir 14 años y cursa el primer año del secundario. Mi hija Martina, tiene 12 años y está terminando sexto grado. Trato también de acompañarlos en todas sus actividades, en sus deportes, en los actos del colegio, en comprar la ropa, sobre todo la nena que siempre es más `pilchera'. Sobre todo, los fines de semana, toda la actividad deportiva que hacen y también vincularme con su gente, con las familias amigas. Un poco lo que hacemos todos. Me gusta hacer una mamá presente".
¿Cómo es la posibilidad de acceder a cargos jerárquicos para las mujeres en el sector de la Justicia en el que trabajás?
-La Corte Suprema de Justicia tiene una Oficina de la Mujer que lleva adelante el mapa judicial, se hace cada año. La foto de cómo están integradas en los cargos dentro del Poder Judicial. Lo cierto es que, en un porcentaje del sesenta y pico por ciento, está ocupado por mujeres. Pero la lectura atenta de ese mapa de género nos da, como conclusión, que las mujeres siempre están en los cargos más inferiores del escalafón. También se habla que hay distintas especialidades que tienen tienen un poco que ver con el rol de los cuidados con que todas las mujeres hemos sido criadas, porque eso hace al género, a la naturaleza de los sexos, entonces se habla del 'fuero rosa', que es el fuero de familia, que es donde más mujeres hay. O el fuero de la Seguridad Social, que es el que tramita jubilaciones y pensiones. Un poco también lo que pasa en la medicina, donde hay más mujeres en pediatría o en adultos mayores.
Y, en este tramo de la charla, desliza una de las cuestiones de mayor importancia en materia de género: "Pienso que hay que trabajar todavía mucho para llegar a una real igualdad de oportunidades, porque después está el llamado 'muro materno', esos años que la mujer interrumpe su carrera profesional por el cuidado de los niños y las niñas; también el 'techo de cristal', que te hacen cumplir una serie de requisitos, que no llegás porque quedaste embarazada, tuviste tu hijo, tu época de lactancia. Y el rol de los cuidados, todavía no es compartido y en eso hay que seguir trabajando mucho".
Desde adentro, ¿qué cosas habría que implementar para que esto se equipare más?
-Por ejemplo, nosotros llevamos adelante los concursos públicos que, por suerte, fueron implementando cambios en la reglamentación, por ejemplo, reconociendo los períodos de maternidad, en el caso de las mujeres. Entonces podés acreditar algún punto más en tu currículum, que es lo que te evalúan también en algunos lugares.
Además- agrega la doctora Marra- "soy parte de una ONG que es Red Mujeres Para la Justicia, que vincula a todas personas que integran los Poderes Judiciales de todo el país, estamos especialmente preocupadas y ocupadas en que tengamos una sociedad más justa en términos de igualdades entre mujeres y hombres. Tuvimos la oportunidad de conversar con los directivos de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires y se dieron cuenta de que tenían muy pocas docentes mujeres en los cargos altos de docencia. Entonces convocaron a concursos exclusivamente para mujeres".
"Estas y otras son acciones positivas que sé que a veces no están tan bien vistas, como la Ley de Cupo, pero son herramientas muy necesarias. Es como que hay que poner escaloncitos para ayudar a que las mujeres se posicionen mejor en puestos jerárquicos. Y, por supuesto, con la confianza de que en un futuro va a haber una real igualdad de oportunidades".
"Pienso que, en materia de la carrera judicial, hay muchas acciones positivas que se pueden hacer en el marco de los concursos públicos. Pero también hay que tener en cuenta que después, la toma de decisión va a estar en la Presidencia de la Nación: el Presidente elige, dentro de los tres mejores que integran la eterna, y ahí también hay que trabajar mucho. Porque quizás hay mujeres integrando la eterna, pero finalmente no son elegidas".
"Es muy importante continuar formándonos en género. Nosotros, en la red, trabajamos mucho en capacitación, en visibilización de las diferentes situaciones, porque han existido siempre. Y, desde el punto de vista de los derechos, ya los tenemos. Nosotros tenemos una Ley de Protección Integral para las Mujeres que recepta dos convenios: la Convención de Belem do Pará, que es para las que las mujeres tengamos una vida libre de violencia. Y una convención CEDAW que tiene 30 años. Desde el plano de los derechos, estamos bien. El problema es en el reconocimiento y en la práctica, donde todavía hay que trabajar. Los casos se van visibilizando y todos estamos más conscientes de lo que pasa, pero bueno, hay que trabajar mucho en concientizar, en visibilizar y trabajar en la igualdad".
Fotos: Alejandro Carra @alejandrocarra
Video: Mailen Ascui @mailen.ascui
Edición de video: Candela Petech
Mk y pelo: Flor Canals @florcanalsmkp
Producción: Lucila Subiza @lucilasubiza
Looks: Cynthia Martos @cynthiamartos
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