"Lloré mucho. Él me consolaba a mí, porque ya había leído todo, ya había atravesado antes, tomándolo con mucho optimismo, diciendo ‘no importa lo que sea, le voy a dar batalla’, fue ahí que empecé a caer en lo que iba a ser". Así, María Eugenia Sequeiros le contó a La Nación cómo recibió el diagnóstico de la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), la enfermedad que tiene su esposo, Esteban Bullrich, el senador de Juntos por el Cambio desde 2017.
"Fue un golpe muy fuerte, porque pasó de ser un esposo con capacidades increíbles y súper activo, a perder un montón de cosas, empezando por el habla", reveló ella.
"A veces no entendemos su voz, a veces se atraganta cuando come. Pienso que su día no es nada fácil, pero él lo hace fácil acá en casa. Siempre que puedo, le digo que lo admiro por esa fortaleza, ese ejemplo impresionante que no da. Acá en casa no hay desesperación, te diría que hay paz", confió María Eugenia.
Además de afectar la salud, la enfermedad trastocó las emociones y modificó rutinas en su casa, pero tanto ella como Bullrich se aferraron muchísimo a la fe. De hecho, hace unos meses fueron hasta la Virgen del Cerrito, en Salta para pedir por la salud de él. "Creer en Dios es creer que de Él venimos y hacia Él vamos, que acá estamos unos años y después lo más lindo es la vida eterna. Duele la noticia de la enfermedad, es como una espada porque vos decís ‘la vida hubiera ido por acá', pero tampoco se sabe, es el misterio de la fe", le dijo a Ernesto Tenembaum, en Radio Con Vos.
La enfermedad de Esteban obligó a la familia a tomar consciencia del vivir hoy, porque el futuro es incierto: "Trato de vivir cada día, entonces no sé, al tener la confianza puesta en Dios y en que él nos va guiando me entrego a su voluntad", expresó.
María Eugenia no quiere pensar en la vida sin su esposo: "Cuando se me viene a la cabeza me lo saco porque no me contribuye, así que trato de no pensar en eso, y cambio de tema".
Enfrentar a sus cinco hijos al diagnóstico de su padre fue otro de los duros momentos que tuvieron que atravesar: "Desde el principio los sentamos y él les dijo lo que nos decían los médicos, me encantó la manera que tuvo de explicarlo, diciendo que se iba a hacer viejito más rápido... Pasamos por todo, lloramos, y ellos a veces se enojan. Pero lo que prepondera es la paz, y podemos seguir con nuestra vida, no es que estamos todos frenados", se sinceró.
Ella admira como nunca a su marido: "Es una persona increíble, con una fortaleza y una fuerza de voluntad de hierro, un ser que se levanta todos los días con mucha garra para enfrentar su día a día, que no es nada fácil”.
"Entendí que el sufrimiento tiene una misión transformadora. El sufrimiento nos hace mejores, más humanos, y yo ofrezco este sufrimiento todos los días a Dios para que él me de la fuerza para vivir cada día. Aprendimos con Esteban a vivir cada día sin saber qué va a pasar, porque nadie sabe qué va a pasar mañana. Ese es nuestro lema, ‘hoy es el día’. Lo lindo de todo esto es que Dios está para todos y que nos dejó libres, así que mi mayor deseo es que todo el mundo vuelva a Dios, que lo reconozca para vivir de la mejor manera", dice María Eugenia dejándonos la mejor lección de vida.
"Obviamente, no voy a negar que tengo momentos tristes. Obviamente lloro y grito, pero en paz. Es como un sufrimiento, pero en paz. Duermo todas las noches, no tomo ninguna pastilla y todo eso se lo atribuyo al Espíritu Santo que me acompaña a mí y a toda mi familia", reconoció.
Él le agradece que sea su compañera desde hace 22 años. En uno de sus posteos de Instagram, Bullrich compartió: "Cada día más enamorado y convencido de querer despertarme junto a vos hasta el último día de mi vida. Te amo ❤️"