En 2013 se hizo pública la relación de amistad entre Máxima de Holanda y Charlène de Mónaco. En aquella oportunidad, la sudafricana había dicho: "La reina Máxima ha sido un increíble apoyo siempre que lo he necesitado. Ella abandonó Argentina y se trasladó a Holanda. Así que pienso que hemos tomado caminos similares y me identifico mucho con ella. Además me ha dado consejos que me han sido muy útiles", revelaba la princesa, demostrando las cosas que tienen en común, como el desarraigo por el que ambas atravesaron dejando sus respectivas tierras natales para acompañar a sus esposos.
No es la primera vez que se hace referencia a Máxima como una persona cálida que forma amistad con otras royals. Es conocida también su relación con Masako (de Japón) a quien supo sostener durante el período en el que sufrió de depresión debido a su dificultad para quedar embarazada. La mocarca -se dice que por gran insistencia de la argentina- estuvo presente en su ceremonia de coronación, gentileza que le devolvió en 2019 al hacerse presente en la entronización de Naruhito, cuando se dieron un cálido abrazo.
Por otro lado, hasta la fecha se sabe muy poco de su vínculo actual con la ex nadadora. De hecho, resultó llamativo que Charlène no estuviera presente en un día tan importante para Máxima como fue su coronación.
En ese sentido, también fue muy comentado que no acompañara a Alberto durante su visita oficial a Holanda en 2014. Todo estaba preparado ya para su presencia: compartirían agenda, lo cual jamás ocurrió porque a último momento se canceló su asistencia. Un hecho sorprendente teniendo en cuenta la gran unión que se conocía entre ellas. Desde entonces, nada más se ha sabido sobre esta amistad que, de continuar, lo hace muy en secreto.
Mientras se esperan novedades de su regreso a Mónaco preocupa la poca información oficial respecto del estado de salud de la princesa Charlène. Mientras los últimos días realizó una publicación que acompañó con pocas palabras, crece la incertidumbre de lo que realmente está ocurriendo con ella.
En la imagen vemos a la esposa de Alberto II con un suéter negro, leyendo la Bíblia y con un rosario colgado del cuello junto al texto: "God Bless/ Dios los bendiga". Una imagen que la muestra delgada y de la que se puede sospechar alguna clase de desmejoría respecto de cómo se veía algunos meses atrás antes de enfermarse y que seguramente dejó preocupados a sus seguidores y amigos, entre quienes seguramente se encuentra Máxima de Holanda.