El príncipe Harry y Meghan Markle bautizaron a su hija, Lilibet Diana, de forma íntima en California, tras las especulaciones de cómo sería este evento para los Sussex, sobre todo después de los acontecimientos de últimos meses que entumecieron aún más la relación con la familia real británica.
"Puedo confirmar que la princesa Lilibet Diana fue bautizada el viernes 3 de marzo por el arzobispo de Los Ángeles, el reverendo John Taylor", aseguró la persona de confianza de los Sussex a la revista People, que dio la primicia.
Sin ir más lejos, la pareja participó a Carlos, Camilla, William y Kate a formar parte del evento, pero se dice que rechazaron la invitación que les enviaron Harry y Meghan. Este detalle lo aportó una persona del círculo íntimo de los Sussex, que dio la información al medio citado, con el que tienen una buena relación.
Cómo fue el bautismo íntimo de Lilibet Diana
De la celebración participaron entre 20 y 30 invitados, incluyendo a la mamá de Meghan, Doria Ragland, así como Tyler Perry, quien es el padrino de Lilibet. El propio actor contó en el documental que los Sussex hicieron para Netflix que le habían ofrecido ser el padrino de la nenaa, a lo que aceptó, aunque con la condición de no tener que encontrarse con la familia real británica. De hecho, cuando se mudaron a Estados Unidos, él les prestó una de sus propiedades para que se protegieran de los paparazzi.
Se desconoce quién ejerció de madrina de Lilibet, ya que los Sussex no han querido proporcionar esa información, al igual que en su momento se negaron a revelar la identidad de los padrinos de Archie, causando un gran revuelo en el Reino Unido, pues por aquel entonces todavía eran miembros activos de la realeza.
Sí se pudo saber que, a diferencia de su hermano, la nena no usó la réplica del traje de bautismo que lució el primer hijo de la reina Victoria en 1841, y que desde hace décadas se utiliza tradicionalmente para cada bautismo de los Windsor.
Durante la ceremonia, que se realizó en la casa de Montecito en la que vive la familia, sonaron las canciones Oh Happy Day y This Little Light of Mine.
Por el momento, y ante cada hecho controversial que se generó entre los Sussex y el resto de la familia real, la estrategia desde Buckingham fue la de mantener el silencio. Primero con el citado documental de Netflix y después con el libro publicado por el príncipe Harry, Spare, en el que narra detalladamente duros episodios de su infancia y juventud y relata momentos de gran tensión con su hermano, incluida una pelea en la que Guillermo lo tiró al suelo de un golpe. Puede que con este acontecimiento hagan lo mismo, mantenerse callados. Habrá que ver si los Sussex se toman revancha, de cara a la ceremonia de coronación de Carlos III prevista para el próximo 6 de mayo.