Meghan Markle y Diana Spencer tienen varios puntos de coincidencia en sus vidas. Por empezar, ambas se enamoraron de miembros de la familia real inglesa y se casaron con ellos y dieron a luz dos hijos. No obstante ninguna de ellas pudo dejar completamente de lado sus inquietudes y deseos, lo que les dificultó adaptarse a los protocolos y a los lineamientos que les imponían desde la realeza.
Ambas atravesaron durante su adolescencia la separación de sus padres: los padres de Meghan se divorciaron cuando ella estaba en la escuela primaria.
Al crecer, Meghan pasó mucho tiempo con ambos lados de su familia. Aunque sus padres fueron cordiales entre sí, según Lady Colin Campbell en su libro 'Meghan and Harry: The Real Story', Meghan pasó mucho tiempo lidiando con sus diferencias y transmitiendo las comunicaciones entre ellos.
Mientras tanto, los padres de Diana, John Spencer y Frances Roche, se divorciaron cuando Diana tenía alrededor de 8 años. En la transición, lucharon amargamente por la custodia de sus hijos, batalla que terminó ganando el padre de Diana quien tenía una muy mala relación con su madrastra.
Estas experiencias, según Lady Colin Campbell, forjaron el carácter de Meghan y Diana, quienes terminaron desarrollando grandes habilidades con las personas y les ayudó a conseguir lo que querían. "Ambas aprendieron desde una edad temprana cómo navegar entre facciones opuestas, cómo enfrentar a Peter contra Paul para que pudieran obtener lo que querían".
"Las dos eran de trato amable y dulce, pero también eran duras bajo una apariencia vulnerable. Ambas desarrollaron las habilidades tácticas únicas de los niños que pertenecen a hogares rotos. Aprendieron a una edad temprana cómo paliar, negociar y utilizar cualquier herramienta que les funcionara bien para lograr su objetivo: cualquiera que fuera su objetivo", agregó.
Esta habilidad se puede ver en cómo manejaron los medios. Diana solía utilizar la prensa en su beneficio y concedía entrevistas para dar a conocer su versión de la historia al público. También se sabe que Meghan colabora con periodistas y filtra historias sobre sí misma.
Sin embargo, entre ellas hay muchas diferencias. Mientras Meghan fue una chica de clase media que creció en los Estados Unidos, Diana fue hija de una familia aristocrática del Reino Unido.
Meghan fue una estudiante popular entre sus compañeros y profesores, trabajó duro en la escuela, se sacó buenas notas y se unió a muchos clubes. En cambio, para Diana la escuela no era una de sus fortalezas y, según la prensa local, reprobó muchas materias.
