Los duques de Cambridge tienen en mente mudarse al Palacio de Windsor y acercarse a su abuela la reina Isabel II, según reveló el periódico británico The Mail on Sunday. Esta mudanza deja en claro que la pareja se está preparando para asumir un papel mucho más importante en el corazón de la familia real.
De acuerdo con una fuente del periódico, William y Kate han estado buscando opciones de alojamiento en el área adecuadas para criar a sus tres hijos: George, Charlotte y Louis.
Dentro de las propiedades que se tuvieron en cuenta para el cambio de domicilio se incluyó Fort Belvedere, una casa calificada como de grado II, con una torre en el extremo sur del Windsor Great Park. Allí, el rey Eduardo VIII, el tío de la reina, firmó su abdicación en 1936.
El fuerte es propiedad de Crown Estate y hoy está alquilado a la familia Weston, amigos cercanos de los royals. Desde lo alto de la torre, en un día despejado, escribió Eduardo, se podía ver la cúpula de San Pablo “con un catalejo”. Sin embargo, el fuerte fue descartado como opción por los ayudantes del palacio.
Por lo pronto, los Cambridge distribuyen su tiempo entre su base en Londres en el Palacio de Kensington, donde también tienen sus oficinas, y su casa de campo de Anmer Hall en Norfolk. La casa en Sandringham Estate fue un regalo de bodas de la reina. Después de realizar trabajos de remodelación, William y Kate la convirtieron en su hogar permanente de 2015 a 2017.
Su ubicación rural tenía varias ventajas clave en ese momento: William trabajaba como piloto de helicóptero para la ambulancia aérea de East Anglian y la pareja estaba ansiosa por brindar a sus hijos pequeños una educación lo más normal posible, lejos de la mirada del público.
Pero hoy, con sus dos hijos mayores en la escuela de Londres, viajar los fines de semana se volvió bastante lejano. En Windsor podría ser a la inversa: ubicar a la familia allí a tiempo completo y trasladarse a Londres cuando sea necesario.
Una gran compañía para la reina
La mudanza tiene otras ventajas. Acercaría a los Cambridge a los padres de Kate, Michael y Carole Middleton, que viven a 64 kilómetros de distancia en Bucklebury, Berkshire, y que son conocidos por ser los abuelos prácticos, los que cuidan y entretienen a los nietos. La hermana de Kate, Pippa, su esposo, James Matthews, y sus dos hijos también tienen una casa en el pueblo.
Tras la muerte del duque de Edimburgo en abril, sin duda también sería un estímulo para la reina tener a los Cambridge cerca. La reina de 95 años tiene una relación cordial y afectiva con William.
Durante años, la reina usó Windsor como residencia de fin de semana para cambiar el aire de Buckingham. Pero la monarca ahora planea establecerse permanentemente en Windsor una vez que regrese de sus vacaciones anuales de verano en Balmoral.
Ella y el príncipe Felipe se quedaron en Windsor durante el encierro de 2020. Quedarse allí significaba que estaba cerca de su hijo menor, el príncipe Eduardo y su esposa Sophie, que viven cerca en Bagshot Park, y el príncipe Andrés, que vive en Royal Lodge con su exesposa, Sarah Ferguson.
Tener a los Cambridge cerca significaría que la mayoría de la familia inmediata de la reina, salvo el príncipe Carlos y la princesa Ana, estaría cerca para apoyarla.