Su seudónimo la precede. Lo creó uniendo su apodo (Nana) con la ciudad en la que residía en ese momento. Creyó que ese lugar donde había llegado con su familia (Seúl, capital de Corea del Sur) era demasiado interesante como para disfrutarlo ella sola.
Y se puso a compartir todo eso (y mucho más) desde su particular visión. En tiempos en los que Instagram era postales de viaje, platos de comida perfectos y outfits soñados, y ella se propuso mirarlo con otros ojos, yendo al -como lo dijo con sus propias palabras- "lado B" de ese mundo que se postulaba como "ideal" pero que estaba lejos de serlo. Eso sí, con una advertencia: "No lo tomes personal".
Nana in Seúl abordaba, desde su contenido, variadas cuestiones: compartía su vida cotidiana, las ocurrencias de su gata, Lola; las salidas de compras al súper (con mil curiosidades de la cultura local); las ofertas de grandes firmas de moda (muchas veces a precios más convenientes que ítems de la industria nacional) y también comentaba los posteos de ciertas celebridades (tanto de las reconocidas como de las autoproclamadas).
El detalle: las Insta Stories subían a contrarreloj de la hora local. En esos momentos de la madrugada habitados por trasnocheros y por trasnochadas (dígase, mamás amamantando a sus pequeños), un contenido ideal para acompañar con los primeros mates o el café de la mañana.
Y pasó algo con eso. Le pasó algo (o mucho) a la gente con lo que contaba Nana -y con cómo lo hacía- que comenzó a llenarse de seguidores que, poco a poco, construyeron con ella un vínculo estrecho, de confianza. Se gestó hasta un lenguaje propio, surgieron secciones y hoy esa "comunidaT" se autopercibe a partir de este término.
Pasaron varios años de aquella vida en diferentes ciudades del mundo y muchas cosas cambiaron para Nana. Se mudó nuevamente a la Argentina con sus hijos (Trinidad, Emilia y Toto) se separó de Diego, su marido, adoptó otra gatita, Asia. Y maneja su propia empresa de marketing digital, Somos Branders. Y, si bien no dejó de ser esa "influencer" hoy Nana es más "Mariana" que nunca y desde allí partió la charla con Para Ti, donde hubo lugar para el humor las risas y también para la emoción.
-¿Quién es Mariana?
-(N.deR. se hace un silencio) ¡Voy a llorar! (se emociona) ¡Me mastaste...! (luego de otra pausa, respira hondo) Mariana es, creo, una sumatoria de experiencias. Mariana siempre está buscando desafíos... hoy Mariana se está reinventando. Es una persona auténtica, creo que el valor agregado es el poder comunicarlo y la esencia de Mariana siempre es la misma. Es tratar siempre de brindar lo mejor... soy positiva serial. Mariana es lo que ven, es exactamente lo que ven, ni más ni menos. Tiene como muchos condimentos pero que se dejan ver, tanto en Nana in Seúl, como en mi personalidad. Ácida, sincera, frontal, solidaria, empática.
-¿Y en qué momento empezó a mutar en Nana, esta suerte de alter ego?
-Yo creo que Nana in Seúl es, como siempre me dijeron, lo que piensan todos. Es mi pensamiento en voz alta, es lo que opino y que pongo también en palabras... lo que los demás piensan. Nana in Seúl nace de las ganas de compartir cosas que pienso y que sé que los demás piensan y no se animan a decir o no tienen un espacio para decirlo. Entonces un poco Nana se apropia y empieza como a ser ese canal de difusión de los demás. Nace en las redes hace muchos años pero su boom, claramente, fue en Corea, en Seúl, cuando llegué.
-¿Cuándo te empezaste a dar cuenta de que estaba generando tanta empatía y tanto encuentro con los demás?
-Yo creo que tuve la suerte de llegar a las redes en un momento o, mejor dicho, de desarrollar un personaje en un momento clave, donde todavía no existía el darse cuenta que todo lo que se mostraba no era real. Yo iba muy por ese costado. Me pasaba que me escribían mucho las madres, 'estoy ahorrando porque mi hija quiere comprar esa cartera que vio o tal modelo' o que ponían, no sé, platos de comida o lugares... era todo aspiracional. Y yo sabía que no era verdad, sabía que había un 'lado B'.
Ese personaje se empieza a crear desde ahí, desde el 'no lo tomes personal', desde el 'no creas todo lo que ves', 'no te frustres por lo que tenés o por lo que no tenés porque no todo lo que ves es cierto'. Y ahí es que la gente empatizó mucho conmigo, y fue un antes y un después. El decir 'tenés razón, es cierto. Esta modelo dice que está acá, pero en realidad está allá' o `esta foto la subió diciendo que está en New York y subió la misma foto hace dos meses que estaba en París', que ha pasado. Ahí es donde ese personaje ve la luz y la gente lo acompaña y le da poder, entonces empieza a crecer.
-¿Sos consciente de tenés una comunidad que es muy fiel? ¿Cómo recibís ese feedback?
-Ahora estoy más acostumbrada, más relajada también. Al principio me costaba mucho... mis amigas, me decían 'vos no sabés lo que sos acá, en Argentina, todo el mundo habla de vos' o `saliste acá y saliste allá`. Yo no no tenía noción, pero porque tampoco lo buscaba ¡nunca lo busqué, jamás lo busqué!
Me acuerdo que cuando me vine a vivir acá, un cliente que tenía me dice '¿Cómo te ves en la tele?' Porque tenía ofrecimientos para ir a la tele y yo le decía 'no me veo'. Yo me veo dando una charla, dando una conferencia, haciendo lo que me gusta que, en realidad si bien disfruto Nana in Seúl, yo disfruto haciendo marketing digital, y me quería hacer fuerte en eso, entonces fue como también un trampolín para eso otro.
-Lo que es Nana in Seúl ¿tiene que ver más con lo lúdico tuyo o se enlaza también un poco con tu perfil más corporativo, más empresarial?
-Nana in Seúl es un experimento, hoy por hoy, yo testeo muchos contenidos. Es curioso porque suena a que yo subo cualquier cosa, pero no: todo lo que yo subo es pensado y es para testear contenidos, reacciones, para ver qué es lo que pasa del otro lado, ver emociones, sentimientos. Mi cuenta tiene muchas herramientas de análisis, porque eso también me sirve, a la vez, para replicarlo con mis clientes o en la empresa o ver, bueno, mira, 'no esto no lo vamos a hacer así porque hoy no es momento para subirlo o para comunicarlo de esta manera, no hagamos esto porque la gente no lo recibe bien', creo que pasa por ahí.
Mariana cuenta que, en un principio, la cuenta surgió de manera espontánea. "Fue curioso porque yo era Nana in New York, después Nana in Mex, y cuando fui Nana in Seúl que fue el boom y exploté, me acuerdo que una vez me levanté y dije 'tengo 100.000 seguidores, qué hago con esto'. Todos diciéndome que era una genia, que era fabulosa, que era esto, aquello. Entonces yo decía, si hay tanta gente que piensa que soy tan genial, ¿qué puedo hacer de positivo o cómo puedo impactar? Porque, hasta ahí, yo subía el pasando revista, pero me preguntaba qué puedo hacer para impactar en esta gente que, hoy por hoy, me ve como una referente".
Dinfundir contenido, hablar con contenido
Más allá de la parte humorística y divertida de la cuenta, donde Nana replicaba el "pasando revista" o comentaba ácidamente el posteo de algún influencer, ella se interesó en hacer algo diferente y en crear valor para sus seguidores a partir de lo que ellos mismos le pedían.
"Fui una de las primeras en crear el concepto de comunidad. Éramos comunidad todos, hasta el día de hoy se sienten así... era 'somos como una secta' (risas) y de ahí surge '#movida dar', con la que empiezo a impulsar a la gente para que todos los miércoles salgan con algo para dar y a partir de ahí empecé a ver que podía hacer más cosas".
"Los emprendedores me escribían y me pedían que los nombre, 'yo vendo remeras o vendo zapatos'. Y la foto que me pasaban quizás era mala y yo les decía que con eso los iba a hundir en lugar de ayudarlos".
Entonces, les daba tips: "'Mirá, dale más luz, ponele esto" para que hicieran lucir sus productos, pero esa movida le dio pie a otras ideas. "Me di cuenta que Nana in Seúl podía desprenderse algo más, que era lo que a mí en verdad me gustaba y lo veía como más profesional, que fue lo que es hoy mi unidad de negocios, Somos Branders".
A partir de eso, "abrí otro Instagram para emprendedores, con mis propios miedos también porque nacía de mi experiencia. De decir `tengo una crisis de crecimiento, qué es lo que hago con esto' y así va creciendo y se va transformando. Pero Nana in Seúl queda, siempre".
El sentido de "comunidad" de los seguidores de Nana in Seúl
"Me siento muy cerca de toda la gente que me escribe o que me cuentan sus problemas o que le pasan las mismas cosas que a mí... Quizás también el hecho de tener una diferencia de horario de 12 horas me permitía poder leer, poder contestar, poder escribir. Me gustaba y me gusta mucho responder porque me pasaba que quizás, en su momento, le escribía a alguien y ni me contestaba y pensaba 'qué feo que no me contesten'. Por eso, cuando me escribían a mí, yo contestaba y también fui de las primeras en tomarme, mínimamente, un ratito para decir 'te agradezco'".
Y detalla hasta qué punto ese vínculo la fue sorprendiendo cada vez más: "Me han llegado a contar infidelidades, que iban a ser mamás antes que a la propia pareja, cosas muy íntimas, hasta el día de hoy y vos decís 'wow', ¡te ven como a una amiga1".
-De ese inicio para acá, que pasaron diez años, las redes cambiaron ¿cómo lo ves hoy?
-Creo que todo es cíclico en las redes. Y también que vayan apareciendo nuevas tecnologías y experiencias, sobre todo, hace que sea un lindo desafío para las personas que tienen que crear contenidos, esforzarse y destacarse.
Además, "creo que la gente no es la misma de antes, retomando un poco esto de que antes te creías cualquier cosa que veías. Te creías, no sé, la familia feliz o lo que sea... hoy ya no están así. Y hoy también no todos, pero quizás algunas personas, también se animan a mostrar ese costado más real y son las que más empatizan, de hecho. Hoy algunos lo usan mal y lo usan como pretendiendo llegar a eso y la gente se da cuenta, pero la gente que realmente entiende el concepto... no solo la gente, sino también la marca, que va por ese costado más humano y que le habla a ese usuario "normal", común y corriente, es la marca que realmente llega del otro lado.
Entonces me parece que estamos en un cambio de paradigma y en un quiebre muy interesante y yo lo vivo desde el lado de mi agencia en realmente escuchar qué quiere el usuario, qué necesita y no solo estar como enfrascado en lo que uno tiene que vender o hacer o de qué manera agradar al otro, sino que es al revés.
Hoy la escucha es mucho más importante que lo que yo tengo que contarte, va por ahí. Ojalá que que siga humanizándose más, ¿no? Pero pero resumiéndotelo, hoy es la escucha y no, el discurso. Hay que escuchar mucho al usuario y entender qué necesita, qué no le gusta, qué no quiere. Lo que pasa es que hay mucha oferta, entonces, hoy por hoy, fíjate que el poder de retención también es menor, todo es mucho más fugaz. El usuario está muy cansado de todo. Es mucho más selectivo en los contenidos que elige, entonces es un desafío.
-El usuario se satura de tanto que hay, pero también aparecen más públicos, no más chiquitos
-Tal vez sí quizás en otras plataformas, si hablamos de Instagram, y, está difícil. Porque bueno, ahí tenés TikTok y alguna que otra red social que anda por ahí asomándose. Mismo también está el público más joven, que tal vez no le interesa tanto meterse en una red social y mostrar lo que hace. El segmento más joven ya no va por ahí.
Al que le gusta mostrar lo que está haciendo o a dónde viaja o qué come o qué se compró no es precisamente el segmento más joven. Hay que estar atentos con eso, qué se les muestra, cómo se los retiene o cómo se les llama la atención para que vean lo que tenés para ellos entonces, hay que ver a dónde están.
-Y, hablando de los más jóvenes, ¿Tenés alguna visión de qué se puede llegar a venir o cómo puede llegar a mutar todo esto, tenés alguna impresión o sensación?
-Yo creo que va por la inteligencia artificial, hoy por hoy los segmentos más jóvenes manejan muy bien las herramientas digitales: desde editar su propio video o hacer un no sé hoy el otro día salió viste Messi hablando en inglés a través de una herramienta de inteligencia artificial y la inteligencia artificial antes -sin ir más lejos, el año pasado- la veías como algo inalcanzable, como algo que no iba a ser accesible para todo el mundo. Hoy lo es y no estoy hablando solo del ChatGPT, sino que hay un montón de apps que, si vos querés, podés hacer videos interactivos, un montón de cosas que están al alcance. Me parece que quizás no va a mutar tanto quizás a una sola plataforma, sino que, más bien, van a ser herramientas distribuidas en un segmento muy muy joven y que ellos, donde quieran compartirlo, lo puedan hacer. WhatsApp, un chat privado o lo que sea, pero es como que le escapan un poco también a la masividad de la red social.
Fotos: Diego García @fotos_diego
Video: Candela Petech @ph.candela
Producción: Lucila Subiza @lucilasubiza
Make up y pelo: Sole Olveira @soleolveiramakeup
Look1: set de camisa y pantalón estampados de Linda de Alma @lindadealma
Look 2: camisa verde con pantalón de ecocuero Linda de Alma @lindadealma
Esta producción se realizó en Mudrá @mudraplantbased
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