Palito Ortega vivió una infancia que estuvo marcada por las fuertes carencias materiales y también por la pasión que lo llevó a ser la estrella de la música que es en la actualidad. A fuerza de un carisma arrollador, se volvió un líder de masas que traspasó el ámbito artístico: llegó a ser gobernado de su Tucumán natal y también lanzó una candidatura para la vicepresidencia de la Nación y el Senado.
De un niño pobre que tuvo que salir a trabajar a un cantante que batió récords y formó una familia que se transformó en una de las mas queridas del país. Esta noche estuvo en “Los Mammones”, por América TV, y recordó su dura historia familiar por el abandono de su madre: “Se había separado de mi padre y no supimos mas nada”.
“Yo la reencontré en Buenos Aires. Había empezado a cantar en una radio con “El Club del Clan” (un grupo musical de los sesenta) y me escribió una carta. Como llegaban cuatro o cinco las guardaba”, comenzó a contarle a Jey Mammón.
“Yo vivía en una pensión y me llevaba las cartas y no las abría hasta que no tenía veinte o treinta. De repente, abro una y decía: ‘querido hijo…’. Tenía casi 19 años. Fue fuerte. De alguna manera, venia fogueado. Cuando empezás a trabajar de chico…”, agregó.
Sus trabajos
En el programa recordó que trabajó en su provincia repartiendo diarios y se entretenía cantando tangos en una radio local. “Fui lustrabotas y limpiaba en el cementerio. Yo cantaba en el cementerio y me venían a callar. ‘Pibe, para’, me decían. Yo no me daba cuenta. Cantaba y cantaba”, dijo entre risas.
Llegó con apenas 14 años a Buenos Aires, lugar en donde comenzó trabajando en un bar a cambio de un sueldo muy bajo y un lugar para dormir en el sótano del local. Después vendió café en las calles y se instaló en las puertas de Canal 7 y Radio Belgrano en donde el destino lo comenzó a cruzar con el mundo del espectáculo.