Mientras apura un cafecito, minutos antes de entrar a la radio para hacer Esto no es Hollywood -de lunes a viernes en MR 89.5-, Paula Galloni -autora del libro Máxima, la construcción de una reina, junto a Rodolfo Vera Calderón- confiesa que, de seguir escribiendo sobre la realeza, le gustaría investigar a Letizia de España o Margarita de Dinamarca. “La primera porque considero que es muy distinta a Máxima y eso me atrae y de Margarita soy súper fan: es una mujer muy de avanzada para su generación”, asegura.
-Contame cómo surgió la idea de escribir un libro sobre Máxima Zorroguieta
- La idea inicial de fue de Rudy (Rodolfo Vera Calderón) porque él, hace ya algunos años, escribió “Mi vida con Cristina” -la biografía de Marina Dodero (la mejor amiga de Cristina Onassis)- para Random House y había quedado en contacto con los editores. Ellos le preguntaron sobre qué otro personaje podía escribir y Rodolfo recordó que este año, en el 2021, Máxima cumple 50 años asi que dijo: “este es el momento para escribir sobre ella” y me convocó a mi.
- ¿Les llevó mucho tiempo escribirlo?
- Un poco más de un año: firmamos contrato con la editorial en enero del 2020 y lo entregamos en febrero del 2021.
-Es decir que, si tenían la ilusión de viajar a Holanda para conocer Máxima, la perdieron muy rápido: año de pandemia.
(Se ríe) ¡Si! Comenzamos la investigación y, a los dos meses, ya estábamos aislados. Lo único que pudimos hacer fue un viaje a Pergamino -que nos vino muy bien para aclarar algunos aspectos relacionados con el vínculo de Máxima con sus padres- y todo eso está en el primer capítulo del libro.
-¿Te hubiera gustado entrevistar a Máxima en persona?
- Si, claro… ¿A quién no? Pero también creo que, al ser una biografía no autorizada por ella, nos dio la libertad de exponer todas las voces: las fuentes que son condescendientes y las que tienen sus críticas o cuentan experiencias que pueden llegar a incomodar al personaje. De hecho, un periodista holandés (al que entrevistamos como parte de la investigación) compró nuestro libro y nos dijo: “El libro de ustedes es mucho más interesante que el que publicó una periodista holandesa que tuvo acceso a la familia real”.
La censura que rodea a Máxima
-En el libro se nombra a muchos familiares y amigos del entorno del Máxima, ¿les costó acceder a esas personas?
- Acceder a ellas no fue tan difícil como lograr que permitieran que publicáramos sus nombres en el libro. Durante esta investigación descubrimos que en la vida de Máxima hay mucha censura, por muy fuerte que suene esa palabra.
- ¿Quiénes son los que la censuran?
- La censura arranca con la reina Beatríz, la madre de Guillermo Alejandro. Durante su reinado ella tuvo un acuerdo tácito con la prensa: preservar a sus hijos de la exposición pública. De hecho, ella acordó con los periodistas de su país que posaba dos veces al año -una vez en verano y otra en invierno- para que, a cambio de este “favor”, los fotógrafos no la persiguieran en busca de imágenes “domésticas” de la familia real.
- ¿Es decir que no hay imágenes “no oficiales” del príncipe Guillermo durante su adolescencia, por ejemplo?
- Las hay, claro. Tuvimos oportunidad de hablar con periodistas holandeses y nos contaban que esas fotos se hacían igual y que, de hecho, circulaban por las redacciones pero jamás se publicaban. Ellos también nos contaron que -contrariamente a lo que muchos creen- la juventud de Guillermo fue bastante rebelde y alocada pero eso nunca se filtró y, mucho menos, se mostró.
- ¿Y ese acuerdo se mantiene aún hoy? ¿La prensa holandesa tiene prohibido publicar imágenes de la familia real que no estén autorizadas por el Palacio?
- El acuerdo se mantiene pero ya con cierta incomodidad por parte de la prensa y es lógico: es imposible hacer buen periodismo sin libertad.
Una mujer de carne y hueso
-¿Cuál es tu capítulo preferido del libro?
-¡Tengo muchos! Pero, si pienso en el lector, creo que el segundo capítulo del libro es muy interesante porque le va a permitir conocer a la verdadera Máxima, al ser humano, a la mujer de carne y hueso, que no es lo mismo que la reina de Holanda que, por momentos, parece una actríz de Hollywood que sólo sonríe para la foto. Es un capítulo en el que contamos cómo fue para ella irse de la Argentina e instalarse en Holanda y eso jamás fue develado hasta hoy. Es información inédita de nuestro libro.
-¿Hay data también para las amantes de la moda y las joyas reales?
-¡Obvio! Hay un capítulo sobre el cofre real en el que hablamos de eso. Y te spoileo algo: las tiaras que Máxima luce no son de ella. En ese capítulo creo que Rodolfo Vera -que es un verdadero especialista y estudioso del mundo royal- se luce explicando cómo funciona el tema de las joyas reales y explica -no sólo a quién pertenecen las tiaras- sino cuáles usó y porqué no pudo usar otras.
-¿Te gustaría que Máxima leyera el libro?
-Si, me gustaría que lo lea y le guste pero nosotros no tenemos el compromiso de enviárselo porque no fue una de nuestras entrevistadas. Sabemos que hay muchas anécdotas -de las que hablamos en el libro- que nunca se contaron. Secretos que no se habían revelado hasta ahora asi que es posible que ella se moleste cuando todo salga a la luz. Pero bueno, son las reglas del juego y no debería enojarse: es su vida y está contada con mucho respeto por nuestras fuentes.
- ¿Crees que Máxima se enteró que ustedes escribían sobre ella?
-Creemos que si porque, insisto, nuestras fuentes son muy cercanas a ella. ¿Cómo no le van a adelantar que se está escribiendo un libro sobre su vida?
La reina latina
¿Por qué pensás que el pueblo holandés la quiere tanto?
-No tengo dudas: la aman porque es latina. Ellos están acostumbrados a otro tipo de personalidad: a mujeres más frías, serias y austeras. Vienen de reinas como Guillermina, Juliana y hasta Beatríz (la suegra de Máxima) que eran distantes y poco expresivas. Y un día, claro, llega Máxima que es, precisamente, lo opuesto a todas ellas… ¿Cómo no la van a amar?
-Hasta tiene un look muy distinto al las reinas anteriores, ¿no?
-¡Pero claro! A veces escucho a algunos decir: “Máxima tiene un estilo muy holandés”. ¡No es asi! Máxima tiene un estilo estrambótico muy diferente al de una holandesa tradicional: usa muchos accesorios -¡ama las tiaras y las luce en cada ocasión que tiene!- y eso creo que genera cierta fascinación en el pueblo holandés.
-Me decías que en el futuro te gustaría escribir sobre Letizia porque la considerás muy distinta a Máxima … ¿En qué lo notás especialmente?
-Bueno, por ponerte un ejemplo mínimo, en lo que hablamos recién: el look. Máxima es excesiva: usa accesorios grandes, prendas coloridas y llamativas y Letizia, en general, es más bien lo opuesto: mucho negro, gris, blanco o tonos neutros. Siento que Letizia es distinguida y Máxima un poco cocoliche (se ríe) pero bueno, esta es sólo una apreciación mía. Para las interesadas en la moda, en el libro van a encontrar el testimonio de varios diseñadores de moda que visten a Máxima.
-¿Suele elegir diseñadores holandeses?
En general, no y es algo raro. Yo considero que Máxima debería inclinarse por lucir vestidos de diseñadores de su país para promocionarlos y hacerlos famosos en el mundo entero -como hacen muchas otras reinas- pero creo que ella prefiere no pasar desapercibida antes que apoyar a estos emprendedores locales. Recordemos que su vestido de novia lo confeccionó Valentino, es decir que esta decisión viene de siempre.
Una madre estricta, exigente y protectora
-El año pasado la familia real holandesa hizo un viaje a Grecia que no estaba autorizado (por la pandemia) y fue muy criticada por la gente… ¿Considerás que puede haber perdido cierta popularidad después de ese incidente?
-Desde ya: esas vacaciones generaron un gran malestar y me parece absolutamente lógico. Y no sólo eso: Máxima es la reina que más gana en Europa, muchísimo más que Letizia, por ejemplo. Los holandeses comenzaron a tomar conciencia de lo que cuesta mantener a la familia real y, en un momento de crisis económica mundial, este detalle dejó de ser menor. A pesar de toda esta información mi sensación es que, justamente, es Máxima la que logra mantener a flote la popularidad de la familia real.
-¿Crees que sus hijas lograrán ser tan queridas como ella?
-Yo creo que el 7 de diciembre del 2021 va a ser una fecha clave para saberlo: Amalia cumple 18 años y comienza a participar de la agenda real. El pueblo va a poder conocerla y ella tiene el mix perfecto: nació en Holanda pero tiene sangre latina. Mi sensación es que la van a adorar.
-¿Y cómo te parece que es Máxima como mamá?
Yo creo que es una madre muy exigente, que pone límites y, a la vez, es súper protectora. De hecho, creo que ella se alineó con la decisión de su suegra de no permitir que la prensa los invada como familia o conozca detalles de su intimidad. Si te ponés a pensar, casi no conocemos las voces de las hijas de Máxima: rara vez han hablado en público. De hecho, el momento en que uno tiene más oportunidad de verla interactuar un poco con sus hijas es el 27 de abril, día en que el rey cumple años y posa para la prensa con la familia.
-¿Crees que está enamorada de Guillermo?
-Totalmente. Es una pareja real, con todas las letras. De hecho, pudimos hablar con periodistas que han compartido viajes con ellos y dicen que los dos tienen mucho carácter y no dudan en discutir en público, como cualquier pareja “normal”. Yo diría que es una familia que -si no formara parte de la realeza- sería igual a cualquier otra que uno tiene al lado de su casa.
-¿Crees que cualquier mujer puede convertirse en reina o pensás que Máxima tenía las cualidades necesarias para serlo?
-Creo que cualquier mujer puede llegar a ser reina pero no estoy convencida de que todas logran resistirlo. Formar parte de la realeza tiene un lado oscuro y difícil de tolerar y el ejemplo más cercano es Meghan Markle. A pesar de ser una estrella de Hollywood, acostumbrada a la exposición pública, prefirió alejarse de la presión y del “deber ser” al que te obliga la realeza. No sé si diría que Máxima tenía las cualidades para ser reina pero sí las ganas de pertenecer a ese mundo y logró hacer encajar cada pieza -hasta aquellas que venían un poco fuera de molde – hasta armar el rompecabezas real perfecto.
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