La reina Letizia se encuentra desde ayer en Paraguay realizando una gira. Se trata de una visita no oficial en carácter de labor humanitaria, por ser el país latinoamericano una de las naciones con las que España mantiene especiales vínculos socioculturales.
Para su primera jornada, que incluía varias paradas, la ex periodista lució un chaleco rojo (prenda que suele lucir en sus viajes humanitarios) que sumó a su cómodo look informal: camisa blanca de mangas largas, pantalones denim beige oscuro y borcegos en tono marrón.
Su primera parada fue la Oficina Técnica de Cooperación de la AECID (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo), donde recibió informes detallados sobre las tareas que el organismo desarrolla en el país en lo que a salud, educación, cultura y asuntos de la mujer.
Luego visitó en la ciudad de Encarnación el Centro de Atención Integral a la Mujer, inaugurado hace cuatro años con el apoyo del Gobierno español. Un punto referencial para el tratamiento de enfermedades oncológicas.
Tras asistir a la Escuela Taller de Encarnación (un centro de formación y capacitación laboral para jóvenes de escasos recursos y en situación de vulnerabilidad) se instaló en el Hotel Awa Resort de Encarnación, donde descansó y almorzó. Luego continuó con su agenda: una visita a las misiones jesuíticas de Santísima Trinidad y Jesús de Tavarangué, las reducciones que fueron declaradas patrimonio de la humanidad por la Unesco en 1993 y que forman parte de las 30 misiones que estableció la compañía de Jesús en Sudamérica durante los siglos XVII y XVIII.
Por lo que ocurrió en la tarde de ayer, durante la sesión en la Cámara de Diputados, había representantes muy atentos a los pasos de la reina de España. Es así que, inesperadamente, una de las integrantes del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) -Celeste Amarilla- usó parte de su turno de palabra para cuestionarla: "Vino con ropa ni siquiera de calle, con el uniforme... Me pregunto hasta dónde esto en la jerga protocolar no es un desprecio [...]. Por un lado celebro la sencillez de la señora, pero por otro lado me molesta que cuando se va a otros países se va con atuendos que fácilmente superan los 10.000 dólares, haciendo honor de alguna manera al lugar que visita", dijo.
“La madre Patria nos mandó vacunas gratis, y hoy nos manda su periodista devenida en reina, una chica de orígenes sumamente humildes, periodista de profesión de la que se enamoró el príncipe", continuaba la diputada ante el asombro de sus compañeros. "Y hoy viene a mirar la pobreza de Paraguay para ver qué limosnas más tirarnos. No la hubiera recibido la señora Silvana -la primera dama-. Que no crea esta periodista devenida en reina que nos morimos por su saludo, quizás necesitemos su dinero, pero, señora Letizia, merecíamos uno de los vestiditos que usted tiene en su closet, no el chaleco que usaban su guardia y su secretaria”, concluía Amarilla.
Resulta que el chaleco que lucía la Reina, y que tanto molestó a la diputada, está confeccionado en Paraguay por la empresa Fabricato, quien quiso aclararlo vía Twitter. "El ‘chaleco de cuarta’, como usted dice, fue fabricado por nuestra empresa a pedido de la Cooperación Española. Una Pymes nacional. Si usted quiere un vestido se lo puede comprar con el buen salario que gana”, escribían y no dudaban en bromear con un nuevo eslogan: "Confeccionamos chalecos para reinas, guardias y secretarias". Por otro lado, muchos usuarios de Twitter han mostrado su descontento ante las palabras de la diputada.