En los últimos días trascendió que la presentadora estadounidense Ellen DeGeneres abandonó su mansión de Beverly Hills para alojarse en la casa de la actriz Courteney Cox. Algo que fue confirmado por la propia Ellen y aunque los rumores aseguraron que la mudanza se debió a problemas sentimentales con su pareja, Portia Rossi, la propia protagonista de esta historia quien aclaró su actual situación.
“No tengo problemas matrimoniales. Ni estoy viviendo en casa de Courteney porque me hayan echado de casa”, empezó contando Ellen DeGeneres en su programa con motivo de la visita de la protagonista de Friends. “Estoy allí porque vendimos nuestra casa aquí en Beverly Hills y necesitábamos un lugar donde quedarnos y ella nos ofreció alojamiento. Así que ahora Cox es nuestra casera”, aclaró la presentadora entre risas.
Algo a lo que la actriz, conectada por videollamada respondía diciendo: “No me considero propietaria, sino más bien una compañera de piso”. Y es que tal y como relataba la actriz, Ellen y su esposa Portia de Rossi desembarcaron en su residencia a lo grande, algo, que sin duda, Courteney se tomó con muy buen humor.
“Limpié y cambié todo al lado derecho del baño para que tuvieras tu espacio en los cajones y te sintieras como en tu casa. Mi asistente fue allí al día siguiente de que te fueras, y le pregunté cómo estaban las cosas. Dijo que parecía que estaba todo en orden, le pedí que me lo mostrara. Y de repente fue como, espera un minuto. ¡El cepillo de dientes de Ellen está de mi lado! Le pedí que abriera el cajón y le dije: 'Bueno, ¿dónde está mi maquillaje?'" , recordó Cox con una sonrisa.
“Así que tengo que decirte que eres una terrible compañera de cuarto. Te hiciste cargo de mi lado y del tuyo” afirmó la actriz. Ellen, por su parte, se deshizo de todas las culpas, y acusó a su pareja de ser quien había colonizado el baño de la actriz, algo que sin duda, no convenció demasiado a Courteney.
El pasado mes de abril, DeGeneres y Rossi colgaron el cartel de ‘Se vende’ en su propiedad de Beverly Hills, justo dos años después de habérsela comprado al cantante Adam Levine. Comenzaron pidiendo por ella 44,3 millones de euros, aunque acabaron vendiendo por 39.
