Nadie puede negar hoy que Harry Styles logró convertirse en un referente del pop británico: famosísimo desde su adolescencia, cuando formaba parte de la banda One Direction entre 2010 y 2015, popularidad que logró no solo mantener, sino potenciar cuando decidió lanzarse como solista.
No tardaría demasiado en alcanzar la cima, ya que en 2017, cuando lanzó su primer single, Sign of times, alcanzó el número uno en la lista de sencillos del Reino Unido y el número cuatro en el Billboard Hot 100.
El joven artista se mostraba con una nueva imagen: ya no llevaba la melena casi por los hombros que supo tener en la boy band británica, se perfilaba con el estilo sobrio pero a la vez rebelde de los exponentes del british pop.
En sus outfits solía incluir piezas sastreras en un contexto desestructurado, siempre apostando por el color.
Hizo de los pantalones pinzados de tiro alto, a los que solía sumarle tiradores, casi una marca registrada.
Y fue así como, poco a poco, sus looks comenzaron a volverse icónicos: "¿Con qué nos sorprenderá Harry Styles esta vez?" era la pregunta que se hacían muchos antes de un show, presentación o alfombra roja.
Sus propuestas fueron cada vez más osadas y originales, siempre comentadas entre los expertos de moda y amadas por sus fans.
Fue así que en la METG Gala 2019 el músico irrumpió con uno de los mejores looks de aquella edición: transparencias, un top, anillos y uñas pintadas dejaron de ser parte del estilismo de una mujer.
Además realizó osadas producciones para revistas internacionales en las que sus vestuarios fueron desde un vestido con impronta barroca, hasta un tutú de bailarina.
Harry no fue más que el exponente artístico de algo que ya estaba pasando en muchos sectores de la sociedad.
El mítico vestido de Dorothy, del Mago de Oz, con las zapatillas rojas, también fue uno de los icónicos looks del músico.
En febrero de 2020, en los Brit Awards, siguiendo con este concepto masuclino/femenino, optó por un traje amarillo entallado, con chaleco y pantalón ancho, que en la presentación original en el desfile de Marc Jacobs se combinó con pañuelo y zapatos color lila.
En los Grammy 2021 la boa (sinónimo del glamour de las divas) quedó asociada para siempre al estilo Harry Styles y también perdió el género al que se la asoció históricamente.
Así, podemos afirmar que el estilo de Harry poco a poco se ha ido convirtiendo en su seña de identidad, llegandoa revolucionar los códigos masculinos con sus peculiares looks en los que se destacan las blazers oversize representando una estética de la moda pop bohemia de los años 70, reconvertida en nuevos conceptos de belleza con toques modernos.
Harry es hoy embajador de Gucci, una forma de moda que lo sigue desde cerca desde 2017 y con la que este año sacó su primera colección cápsula.
Harry y Gucci forman el match de moda perfecto. El artista estadounidense y Alessandro Michele, director creativo de la firma, han trabajado juntos en numerosas campañas, llegando a convertir a Harry en uno de los mejores embajadores de la marca.
Así lo ha demostrado una y otra vez en sus estiilismos, donde hemos podido ver a al cantante convertirse en una de las estrellas masculinas mejor vestidas por sus elecciones llamativas y pintorescas que causan sensación con tejidos como el terciopelo, los cuellos de las camisas XXL, los trajes monocolor, los bordados imposibles o los complementos más inusuales como los bolsos.