A Letizia nunca le gustaron los veranos en Mallorca. Lo cierto es que desde que se convirtió en reina, quiso imponer sus propias reglas. Marivent es un lugar soñado para la reina Sofía. La reina llega a fines de julio y se queda hasta septiembre, en compañía de su hermana, la princesa Irene y su amiga Tatiana Radziwill con su esposo. Juntos pasan las tardes en Marivent y pasean por la isla o van de compras por Palma.
Por otra parte, Letizia no parece que tenga ningún lazo afectivo significativo con Marivent, o al menos no tan fuerte como el de doña Sofía, para quien ese mar le recuerda a su niñez en Grecia. Ni siquiera parece que le traiga buenos recuerdos.
Allí tenía que convivir con sus cuñadas, cuando la relación empezó a enfriarse, tras el caso Nóos, y con su suegro, con el que parece que nunca tuvo gran sintonía, según se ha sabido después.
Por qué Letizia no se siente a gusto en Miravent
En Mallorca vivió la crisis matrimonial de la que se habló, a principios de agosto, en 2013, cuando llegó tres días más tarde que su marido y se fue tres días antes a Madrid. Mallorca fue también el escenario de su público desencuentro con la reina Sofía, a la salida de la misa de Pascua, en 2018.
Por esta razón, se cree que la Reina prefiere quedarse con el rey Felipe y sus hijas en Son Vent, una de las tres casas que alberga el recinto de Marivent, además de la casa principal. Pero, sobre todo, ha ido efectuando, poco a poco, algunos cambios en la vida del palacete, con discreción pero con firmeza.
A pesar de que, según dicen, considera su estancia en la isla como parte de su agenda oficial, aunque lejos de Madrid, ha intentado que esos días sean agradables para Felipe y sus hijas.