Más de 200 mil personas asistieron al funeral de la Reina Isabel II, quien falleció el pasado 8 de septiembre a los 96 años. Y si bien toda la ceremonia fue transmitida alrededor del mundo, el entierro, que fue llevado a cabo en la Bóveda Real en la Capilla de San Jorge, no pudo ser televisado ni cubierto por los medios.
Esto debido a que se trató de un evento íntimo, al que sólo asistieron los miembros de la Familia Real. Según se dio a conocer, el entierro tuvo lugar en la Capilla Conmemorativa del Rey Jorge VI y fue encabezado por el Decano de Windsor. Además, sus restos fueron sepultados junto con los de su marido Felipe, quien había fallecido en 2021.
Este lugar de descanso final se trata de un anexo de St. George, que la reina mandó a construir en 1969. En este sitio yacen los restos de sus padres, el rey Jorge VI y la reina Isabel, además de las cenizas de su hermana Margarita, quien murió en 2002. Durante esta ceremonia, el rey Carlos II dejó caer un puñado de tierra sobre el cajón, pronunciando la frase bíblica “polvo eres, y al polvo volverás”.
Así, el ataúd de la Reina descendió por un pozo de cinco metros, antes de ser enviado por un pasillo y depositado en una bóveda de puertas de hierro. Mientras tanto, el ataúd del príncipe Felipe, será trasladado y colocado junto al de su esposa, debido a que se encontraba enterrado en la cripta real cercana.