Transparente, vital, genuina. Así la vimos a Cecilia Dopazo (52). También divertida y sencilla, sin temor a mostrarse tal cual es, aunque resguardando para sí misma la privacidad de su pareja con Juan Taratuto, director y guionista de cine con quien está en pareja desde hace 23 años, y la de sus hijos Santino (21) y Francisco (18).
Actriz desde la adolescencia -debutó en la tira "Clave de sol" a fines de los años 80- hoy está pasando un gran momento profesional interpretando por segundo año consecutivo la comedia teatral "Radojka", género en el que se siente "como pez en el agua".
También disfrutando del estreno de la película "El gerente", que la volvió a reunir en los sets con Leo Sabaraglia, compañeros de elenco en esa primera tira y con quien tuvo una relación sentimental de dos años. Sobre este tema, su decisión de dejar de teñirse las canas, su familia, su vinculación con la moda, y el bullying que sufrió cuando era chica, es sobre lo que hablamos en esta nota.
La felicidad de sentirse "como pez en el agua"
- Hablame de "Radojka", la obra teatral que estás protagonizando con Patricia Palmer. ¿Cómo te sentís interpretando una comedia?
-"Radojka" es una comedia que cuenta la historia de una señora a la cual los personajes de Patricia y el mío cuidan. Son las típicas cuidadoras que acompañan a gente mayor, enfermos, hacen sus turnos, etc. Y por alguna razón que no vale la pena spoilear, estas dos mujeres suponen que quizás pueden llegar a perder su trabajo en breve, lo que sería grave para ellas, con todo lo que eso significa para dos personas de 50 años, una edad en la cual no es fácil conseguir trabajo, en fin, se quedarían fuera del sistema. Con lo cual para ellas sería muy importante conservarlo. Entonces urden un plan para no perderlo, un plan muy disparatado para quedarse atornilladas a su silla. El plan está pergeñado por el personaje de Patricia que es como más segura de sí misma, es una tipa manipuladora que la tiene ahí medio zumbando a Lucía, que es mi personaje. Ya la relación entre ellas dos está escrita de un modo muy gracioso. Y toda la comedia transcurre de este modo y la verdad es que la gente se divierte un montón. Hace casi dos años que la estamos haciendo.
¿Cómo me siento interpretando comedia? Y la verdad es que como pez en el agua. La vaca atada no la tiene nadie, siempre es una situación de vulnerabilidad y exposición arrancar un proyecto y salir todos los días al escenario, con el enorme respeto que eso se merece. Pero la verdad es que es el género que más me gusta hacer, me encanta hacer reír a la gente. Y sin duda alguna casi te diría que lo haría siempre, la comedia en todos sus lenguajes, si te fijas en mi Instagram es lo que me gusta hacer, está muy ligado a mi esencia.
Volver a trabajar con Leo Sbaraglia
-Además se acaba de estrenar "El gerente". ¿Cómo fue volver a trabajar con Leo Sbaraglia después de tantos años?
-La participación que hice en "El gerente" fue muy disfrutada, muy linda. Me llamó Ariel Winograd (el director de la película) varias veces y me insistió para que lo hiciera. Nosotros ya habíamos querido trabajar juntos en otro proyecto dirigido por él y protagonizado por Leo y por mi, que por cuestiones de la vida no salió, hace varios años. Y siempre nos quedamos con ganas de trabajar juntos. Y acá apareció la oportunidad de interpretar a la ex pareja de Leo, la mamá de su hijo adolescente, donde mi personaje juega el contrapunto del personaje de él, que es una persona que está muy quedada, muy conservador. Se ha transformado en una persona aburrida que finalmente se la empieza a jugar y empieza a tener buenos resultados.
Resultó lindo y muy cálido volver a trabajar con Leo. Y está teniendo una aceptación enorme la película, me llegan mucho mensajes de gente que me dice que le gustó mucho, así que un placer y un privilegio estar en una película que gusta.
Un verano con trabajo
-¿Ya tenés planes para el verano, laboral y personalmente hablando?
-En principio cortamos "Radojka" el 12 de noviembre básicamente por el comienzo del Mundial, así que aprovechamos para descansar hasta mediados de enero, cuando arrancamos de nuevo con lo que sería la tercera temporada que hacemos, re felices de volver. Vamos a seguir en el Teatro Picadilly los viernes, sábados y domingos a las 8 y media que es un lindo horario para el verano. Y ahora continuamos con Radojka los sábados en Buenos Aires y con la gira en el Conurbano y en el Interior. Vamos a estar este viernes en Pilar, el 10 de enero en Santa Fe y el 11 en Rosario. Hemos estado en otras provincias y fue muy linda la respuesta.
Bullying en la infancia
- En una nota de hace unos años contaste que padeciste bullying en tu infancia, cuando volviste de Miami. ¿Cómo viviste esos años y cómo lo ves a la distancia?
-Sí, el tema lo comenté porque más allá de que a mí no me gusta mucho hablar de mi vida privada y de mi infancia, lo hice -a pesar de que es un tema muy doloroso-, porque me parece que hay que visibilizarlo. Es un tema que tiene muchísima importancia, creo que hay que dársela cada vez más porque es una fuente de muchísimo sufrimiento y que hace directamente a la salud mental de todos. De los niños y de los adolescentes fundamentalmente. No me quiero extender demasiado porque la verdad que es muy doloroso, pero sin embargo habría que hacerlo, porque hay muchas estadísticas y muchos suicidios adolescentes por este tema. Creo que todo el mundo a quien le corresponde tiene que trabajarlo como prioridad absoluta, hay que atacarlo desde todos los lugares porque es durísimo.
Al lado de cosas que se están viviendo lo mío fue digamos una cuestión de una etapa, pero aún así muy triste y muy difícil. Yo era muy chica y venía de un lugar muy diferente porque había estado vivido en Miami y nos mudamos a Neuquén, así que en el colegio yo era realmente muy diferente. Pero por lo que más se me hacía bullying era por el hecho de usar anteojos, capaz en los años setenta no era tan común como ahora. Y cualquier cosa que fuera un poquito diferente a la mayoría ya ameritaba, entre comillas, hacer bullying. Creo que el bullying responde al miedo justamente a ser uno o una el objeto del acoso.
Acerca de las elecciones de los hijos
-Tus hijos, Santino y Francisco, ya son adolescentes grandes. ¿Cómo es la convivencia? ¿Alguno de los dos quiere ser actor?
-Si mi hijo Santino tiene 21, mi hijo Francisco tiene 18. Santino se dedica a estudiar cine. Le gusta la dirección, y a Francisco le gusta mucho la música, estudia guitarra y se va a dedicar a eso. Va a entrar en una facultad para hacer una carrera terciaria de músico profesional. ¿Cómo es la convivencia? La verdad que es bastante buena. Ellos están poco en casa como corresponde a la edad que tienen. Y ninguno de los dos quiere ser actor. Si bien Santino hizo algunos trabajitos como actor, lo que le gusta a él es contar historias. Entonces si de repente hace un corto y le falta un actor se mete él, pero por la pasión que tiene de contar la historia, no porque quiera ser actor. Su vocación pasa más por la dirección de cine hoy por hoy.
La vida privada es privada
- En una entrevista con Germán Paoloski en Telefe comentaste que no te gusta que te pregunten por tu vida sexual, de pareja, ni por tu vida con tu mamá o tu papá… ¿Por qué?
-No me gusta hablar de mi vida privada. Cómo vas a hablar de tu vida sexual en televisión o públicamente, me parece una locura absoluta. Ni de ninguno de estos temas, mi mamá es mi mamá, mi pareja es mi pareja, mi papá es mi papá y cómo voy a pasar por encima y contar cosas de ellos... La persona conocida soy yo, ellos no tienen por qué exponerse o yo no tengo por qué exponer la vida de ellos.
Y en relación a mis hijos lo que cuento es superficial digamos, no tiene nada que ver con su vida privada y sé que no les molesta, por eso hago esos titulares nomás. Lo mismo con respecto a Juan (Taratuto). Juan es una persona conocida y en el caso de lo que me preguntó Paoloski, conté esa anécdota porque sé que a él no le molesta y le divierte un montón.
Las expectativas del casamiento que no fue
- Con respecto a su casamiento, en esa oportunidad (a Paoloski en el programa "Mejor de noche") le contaste la anécdota de por qué no se casaron, con las expectativas que tenías vos y tu marido acerca del festejo. ¿Querés contarnos en detalle por qué no se ponían de acuerdo?
-Hacía tres años que estábamos juntos, ya convivíamos y en algún momento pensamos en casarnos, teníamos el deseo. Y teníamos opiniones diferentes al respecto, yo quería hacer una ceremonia pequeña, que fuera como un ritual, con poca gente, amigos y familiares, que nos casaran algunos amigos, me la imaginaba de noche, en algún lugar que nos gustara mucho con luces tenues y velitas. Y él se imaginaba todo lo contrario, de día, con muchísima gente, con fútbol, choripanes, con fútbol... y yo le dije "¡pero eso es un cumpleaños de ocho! ¡Falta que quieras chocolatada!".
La verdad es que nos reímos nos reímos mucho, pero él no se corría de su idea ni yo de la mía, ya ves como es nuestra pareja, ya arrancó de esa manera... Así que dijimos "con esa plata hagamos un viaje". Ya nos sentíamos casados porque hacía tres años que convivíamos y nos fuimos a Europa, recorrimos varios países y yo volví embarazada de Santino. Con lo cual eso pasó a ser prioritario y un punto de inflexión en nuestra vida. Lo de casarnos ya pasó a otro plano, ya no volvimos a sentir el deseo y mucho menos la necesidad.
La valiente decisión de dejar de teñirse las canas
- Lo contaste muchas veces pero no puedo dejar de preguntarte por tu decisión de dejar de teñirte… ¡Básicamente porque es algo que muchas mujeres padecemos!
-Sí, yo sentía el hecho de teñirme como una opresión enorme, me sentía absolutamente esclava del tema, y sentía que no tenía salida. Desde la primera vez que me teñí a los 22 para hacer "Tango feroz", a lo que dije que sí por supuesto y encantada de la vida porque era una propuesta estética para dar con el clima de los años setenta, que ya no dejé de hacerlo. Desde los 16 que tenía unas canitas pero se entremezclaban con mi color de pelo natural, estaba todo bien. Pero después de "Tango feroz", hice películas con personajes super diferentes y me encantaba modificarme fisicamente y dentro de eso estaba teñirme el pelo. Así que del rojizo de los años setenta pasé a un rubio furioso más angelical para "Convivencia" con (Luis) Brandoni y (José) Sacristán. Y después para "Caballos salvajes" lo cortamos bien cortito y lo teñimos de negro con ese mechón blanco, así que pasar de un extremo al otro te imaginas como tenía el pelo.
Después quise pasar a un castaño para un personaje de televisión y ahí fue donde noté que ya tenía bastantes raíces blancas y empecé a pensar que ya nunca iba a poder salir de eso. En realidad sí, porque cada vez que iba a la colorista decía "quiero ir a una isla desierta, pelarme completamente y empezar de nuevo". Pero era como una fantasía que yo sabía imposible de concretar. Ojalá lo hubiera hecho, porque era muy joven y linda... En fin.
Así que aprovechando la cuarentena, que no podía ir a teñirme a ninguna peluquería, lo empecé a hacer yo en casa, de mala manera. Y un día dije basta, no aguanto más. Dije voy a pagar el precio que haya que pagar, que seguramente va a ser más barato que tener que pagar el precio de la opresión de tener que teñirme cada ocho días más o menos, que es cuando me salían las canas, -intentaba extenderlo hasta 15 poniéndome vinchas-. Pero cada vez que tenía una fiesta, una nota, una reunión, con un día de anticipación programaba mi agenda para cuando pudiera ir a la peluquería antes de cualquier evento, era verdaderamente una locura.
Así es que empecé a dejármelo crecer, también con mucha angustia. Toda esa etapa fue muy dura y muy difícil de llevar, pero me fui acompañando con las cuentas de Silver Sisters, que son "las hermanas plateadas" que están distribuidas por todo el mundo. Entré en ese universo y me alivió un montón. Después también están las cuentas privadas de Instagram, donde cada mujer muestra su evolución y cómo las canas van creciendo, cómo lo llevan y qué hacen. Pero más allá de ser un cambio estético conlleva un cambio de paradigma, donde uno pasa a tener de pronto más autoestima -o menos y vuelve a la tintura, no es una cuestión fundamentalista ni mucho menos-. La que se quiere volver a teñir, adelante, es como cada una se sienta mejor.
Y paradójicamente mi energía cambió, me fui sintiendo cada vez mejor, me apareció esa rebeldía contra todo lo establecido para la mujer y para la estética de la mujer. No te voy a decir que no lo atravesé con mucho miedo, porque tuve mucho miedo de ser rechazada por mi pareja, mis hijos, mi trabajo, dije bueno, chau, se acabó, no voy a trabajar más. Y sin embargo pasó todo lo contrario. Y creo que tiene que ver con eso, con que mi energía cambió, mi autoestima también, decidí exponerlo desde el primer momento poque es una situación que da mucho pudor y dije yo lo atravieso desde mi Instagram públicamente donde, para mi sorpresa, me empezaron a subir los seguidores. Creo que en parte tenía que ver con que muchas mujeres me decian que yo era una gran inspiración, así como otras lo eran para mí y ahí nos fuimos acompañando.
El personaje más amado
- ¿Cuál fue el papel que más te gustó hacer en tu carrera?
-Fueron muchos los papeles que me gustaron hacer en mi carrera. Los primeros que se me ocurren son los que fueron más fuertes para mi, como Julieta, el primero de todos, a quien amo porque me abrió tantas puertas. Yo era muy chica e iba aprendiendo cómo actuar en televisión. Seguramente no es el mejor personaje que hice, pero eso es algo totalmente subjetivo, le tengo muchísimo cariño y agradecimiento a ese personaje. Después lo mismo pasa con "Tango feroz", sin ninguna duda fue un antes y un después, lo amo profundamente. Estoy tan agradecida de haber podido hacerlo. A Marcelo Piñeiro, el compañerazo que fue Fernán Mirás y a todo el grupo de esa película.
Después me gustaron mucho el de "Convivencia", el de "No sos vos, soy yo" también... Varios que hice con Alejandro Doria... Ahora estoy disfrutando mucho esta Lucía de "Radojka", por el humor, lo disfruto mucho.
Cecilia Dopazo puertas adentro
- ¿Cómo sos puertas adentro: relajada con la casa o todo lo contrario, obsesiva por el orden?
-Soy bastante término medio con el tema. Es fácil tener orden y limpieza cuando una tiene el privilegio de tener una empleada, como antes de la cuarentena. Porque nosotros estábamos bastante fuera de casa y ella hacía un un trabajo impecable, con lo cual la casa estaba impecable. Como todo el mundo, y es ya un lugar común, cuando aparece la cuarentena y todes los que teníamos empleada doméstica dejamos de tener, ya nos fuimos relajando todos. Y entendimos que está bueno tener un término medio y por la educación que le hemos dado a nuestro hijos, todo el mundo trabaja y eso se vio acrecentado en la cuarentena. Eso fue un gran aprendizaje. Hoy por hoy soy super término medio y mucho más relajada, lo que aporta mucho a la calidad de vida.
Su relación con la moda y con la ropa
-Y con la moda, ¿te gusta seguir al pie de la letra las tendencias o te vas adaptando? ¿Sos de comprarte mucha ropa, zapatos…?
-Con el tema de la ropa y de la moda, se emparenta un poco con esto mismo que te contaba con respecto a la casa. A medida que fueron pasando los años me fui liberando de un montón de cosas. De teñirme, de tener la casa impecable, en fin, nunca fui muy obsesiva con esas cosas para nada, pero con la ropa también me relajé. Me compro algunas cosas que me gustan, que me hacen sentir bien, pero fundamentalmente me gusta estar cómoda. Y no me da la cabeza para pensar qué combinar, cómo combinarlo, qué va con qué. Me encantaría tener una personal shopper que se ocupe de eso.
En general me visto muy neutra con cero estampados, con colores como negro, blanco y gris. Mucho negro para que contraste con la piel y el pelo pero también gris, a veces algún blanco, ahora estoy tratando de incursionar más en el color. Pero odio pensar, detesto. Y no tengo mucha ropa, la verdad que no. Y en el caso de tener eventos de más exposición, llamo a alguna estilista que ya me conocen como Caro Marafiotti o a Romina Giangreco, que me solucionan un montón, tienen muy buen gusto, ya me conocen y me solucionan un montón.
-¿Cómo te ves de acá a diez años?
-Cómo me veo de acá a diez años, la verdad que no te la puedo contestar porque no tengo idea. Voy momento a momento, día a día y en diez años miraré para atrás y me enteraré de lo que pasó y en qué situación estoy. No te lo podría decir hoy.
Producción: Marité Rizzo
Fotos: Chris Beliera
Videos: Miranda Lucena
Maquilló: Mery Folgar (@meryfolgar)
Peinó: Carmen da Silva para Cerini (@carmencitadasilva)
Ropa: House Dos (@housedosbuenosaires), Mishka (@mishkabuenosaires), Cynthia Martos (@cynthiamartos) y joyas Floboskis Stad (@floboskis.stad).
Agradecemos muy especialmente a @croquemadamecirculoitaliano y a Carolina Marafiotti.