Cerrando un año intenso tanto a nivel personal como profesional, Martín Slipak se prepara para asumir nuevos desafíos en el 2023. Uno de ellos será el de ocupar el rol que interpretaba Benjamín Vicuña en "El método Gronholm", obra que volverá a levantar el telón en los primeros días de enero en el Paseo La Plaza. Slipak formará parte del nuevo elenco de la puesta teatral, junto a Rafa Ferro y Mónica Bellatti, entre otros actores.
Sin embargo, para este actor de 35 años, que trabaja en el medio desde que era chico, que ganó premios, se consagró y cuyo sueño es dirigir cine, lo importante de la vida pasa por ser el papá de Nina, su hija, que este año comenzará la secundaria. Sobre este tema, su carrera, su pareja, el futuro y sus sueños hablamos en esta nota. Con ustedes, Martín Slipak.
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-¡Hola Martín! ¿Qué balance hacés de 2022 a nivel personal y profesional y cómo empezás 2023?
-Bueno, 2022 fue un año muy intenso, tengo la sensación de que duró cinco años porque pasaron un montón de cosas a nivel laboral. La verdad es que se juntaron muchas cosas que habían quedado pospuestas por la pandemia. Hubo mucho trabajo a nivel audiovisual, filmé muchas cosas, conocí mucha gente, muchos elencos interesantes, nuevos directoras y directores, así que a nivel laboral fue súper fructífero. Pude hacer cine, pude filmar series que me interesaron y que me gustaron, pude hacer teatro. En fin, fue un año muy completo a nivel laboral.
Y a nivel personal tuvo que ver con acompañar a mi hija en el fin de su primaria y la preparación para iniciar la secundaria. Así que fue un año muy ocupado por ese tema y por ese momento tan bisagra que es el fin de séptimo grado y el comienzo de una nueva etapa. Fue un año tanto a nivel personal como laboral muy cargado de situaciones y de emociones.
Empiezo 2023 con muchas ganas de filmar un material mío y estrenando en enero "El Método Gronholm", que me tiene muy contento. Y por supuesto también con ganas de acompañar a mi hija en este proceso que empieza de colegio secundario, que va a ser de mucho cambio y que requiere también acompañamiento.
El desafío de reemplazar a Benjamín Vicuña
-Vas a integrar el nuevo elenco de El método Gronholm, una obra exitosa de amplio recorrido teatral, ¿cómo te sentís?
-Me genera mucho entusiasmo. Como vos lo dijiste, "El Método Gronholm" es un clásico del teatro contemporáneo. Es una obra que dio inicio a muchas otras obras que tratan la temática del mundo capitalista, la ambición por el dinero, la falta de escrúpulos, la miseria humana y todo tratado en forma de sátira. Me gusta que sea un material que es como una piecita de relojería, tiene que estar muy bien hecha, es un desafío.
Me entusiasma poder compartir escenario con Rafa Ferro, que es un amigo con quien trabajé por primera vez hace veinte años en "Resistiré" y con quien volví a trabajar en "Educando a Nina", es una persona que quiero muchísimo. Pero además me entusiasma el resto del elenco Marina (Bellatti), Julián (Cabrera) y poder trabajar con Ciro Zorzoli, que es un director a quien admiro desde hace mucho.
Y después está el desafío de ocupar un lugar que deja alguien, porque voy a hacer el papel que interpretaba Benjamín Vicuña, que lo hacía muy bien y a la gente le gustaba. Entonces es entrar a una obra que ya está montada. Pero bueno, la idea es agregarle mi identidad a la obra, que ya está hecha pero que cambia.
Pero obviamente es un desafío tomar el lugar de un actor que la hizo durante tantos meses y que hizo un trabajo tan efectivo, porque la verdad es que la gente se enganchaba mucho con el trabajo de Benjamín. Nunca había hecho un trabajo así de reemplazar tan puntualmente a alguien, es extraño ver la obra con otro actor y saber que uno después la va a representar, pero bueno, es un desafío más que vale la pena pasar.
El foco puesto en el trabajo y en la paternidad
-Tenés 35 años, sos actor desde niño, ganaste premios (ACE, Cóndor del Plata, Clarín), tenés una trayectoria destacada. Sin embargo, conservás un perfil bajo, sin tanta exposición. ¿Lo buscaste o se fue dando así?
-Trabajo desde muy chico y siempre lo hice en cosas que le ponían el foco a la actuación y no en lo mediático. Hice teatro y cine y me parece que cuando uno orienta un poco la carrera hacia ese lugar y tiene ese tipo de curiosidades, es difícil que te corran a otro lugar. Claramente mi interés está puesto ahí y nunca tuve ni el tiempo ni la esencia para darle energía a una parte más mediática o más superficial, porque porque siempre estuve muy concentrado en mi trabajo.
Fui papá muy joven, a los 22 años, eso también necesariamente te lleva a estar concentrado en el laburo obviamente. Y si bien fue muy loco porque desde que fui papá, se empezó a dar más espontáneamente el tema de trabajar en cosas que me gustaban y me interesaban. Y además cuando sos padre no te queda mucha opción más que estar verdaderamente concentrado en el laburo y en poder darle a tu hija o a tu hijo lo que necesiten.
Entonces, más allá de que soy una persona que está intentando disfrutar, que le gusta ir a lugares ricos, a comer, que le gusta salir, la verdad es que siempre está el foco puesto en que mi hija pueda crecer con todo lo que necesita. Y el perfil que tengo es una consecuencia de eso.
Los trabajos más recordados y el deseo de ser director
- ¿Cuál o cuáles de todos tus trabajos en cine, teatro y televisión recordás más especialmente porque te marcaron o los sentiste como más logrados?
-La verdad es que de todos los trabajos me llevo algo importante, te diría de todos. Tal vez hubo trabajos que por alguna razón y por momentos de la vida en particular tienen una resonancia muy importante para mí, como el primero, que fue "Magazine For Fai". Siento que me marcó muchos conceptos muy específicos que tienen que ver con el juego y con poder disfrutar de la profesión. "Una vez que la luna", que fue una obra que hice a los 12 años fue muy importante para mí. Fue la obra que me reveló que yo verdaderamente quería dedicarme a esto y fue un éxito, además hablaba del Genocidio Armenio, por lo que fue muy fuerte para mí también a nivel a nivel humano.
"Resistiré" fue el primer gran éxito televisivo del que formé parte, por lo tanto fue lo que me hizo conocer lo que era ser reconocido a nivel masivo. "Trátame bien" fue muy importante para mí porque me acercó a la televisión de otra manera, aprendí mucho en ese programa. Además lo hice en un momento muy particular porque estaba embarazada la mamá de mi hija, por lo cual fue muy emblemático para mí.
En ese mismo año tuve mi primer protagónico con la película "Sin retorno", que fue un desafío muy grande. Yo soñaba mucho con protagonizar cine y encima me tocó hacerlo junto a Leo Sbaraglia. Y después te diría que mi primer trabajo como director que fue "Celine", un cortometraje donde pude dirigir a Marilú Marini -uno de los cortos más vistos en Cine.ar- y lo disfruté tanto que me dio la pauta de que quería seguir dirigiendo por siempre.
El orgullo de ser el papá de Nina
-Te paso a tu vida privada: fuiste papá muy joven de Nina y hoy tenés una hija preadolescente. ¿Cómo la llevás? ¿Cómo es la convivencia y la tenencia compartida con la mamá?
-Sí, fui papá muy joven, a los 22. En ese momento estaba en pareja con la mamá de mi hija, con quien estamos separados desde hace muchos años. Pero desde el día uno en que nos separamos, la premisa fue que Nina pase mitad de tiempo con cada uno, eso siempre fue fundamental para los tres: que Nina tenga su espacio y su vida construida en partes iguales con cada uno de nosotros.
La verdad es que el vínculo con Nina es de las cosas más sanas y bellas que tengo en mi vida y que pude construir. Es un vínculo que me enseña y que me da felicidad cada día. Creo que es el trabajo más grande que puede hacer un ser humano, y me parece espectacular que cada uno pueda decidir si tiene ganas de maternar o de paternar y que no sea un mandato.
Pero la verdad es que cuando ocurre, es algo muy fuerte y es el trabajo máximo al que un ser humano se puede enfrentar, el de criar al alguien. Yo lo hago con mucha felicidad porque tengo la suerte de que Nina es una persona maravillosa, muy sabia, muy buena y eso me me llena de felicidad y de orgullo.
-¿Estás en pareja actualmente?
-Estoy en pareja hace cinco años con Rocío, con quien empezamos a convivir muy pronto después de habernos conocido y obviamente que es todo un mundo compartir convivencia con la hija de uno y con la persona a la que uno ama, pero que no es la mamá de tu hija. Es un aprendizaje constante para los tres. Es una revisión constante de qué roles ocupa uno y el otro, obviamente desde el amor y el cuidado siempre, o al menos se intenta que así sea.
"Sigo siendo un pibe hipocrondríaco"
-En una nota de 2020 te definiste como "un pibe hipocondríaco y con miedo a la muerte". ¿Seguís pensando así de vos mismo, pasada la pandemia?
-Sí, sigo pensando así de mí en relación a esa nota, que decía que soy un pibe hipocondríaco y con miedo a la muerte. En particular no le tuve miedo a la pandemia y al coronavirus es decir, tuve los cuidados necesarios, pero no estaba paranoico con el covid porque me parece que la hipocondría responde a una cuestión más irracional. Todo aquello que sea racional o es puramente demostrable, justamente funciona desactivando a la hipocondría. Me parece que el hipocondríaco funciona haciendo verídica en la cabeza una fantasía de la posibilidad de estar enfermo.
Y eso lo sigo teniendo en etapas más, en etapas menos, es algo que trabajo continuamente en terapia. La verdad es que es un embole, es algo que se sufre bastante en los períodos de hipocondría, pero se trabajan, sobre todas las cosas. Cuando uno sabe que lo sufre, por lo menos puede orientar la terapia o el análisis para intentar solucionarlo o vivir de manera más amena.
Cómo es ser hijo de dos psicólogos
-En esa nota también hablaste de la influencia que ejerció en tu formación el hecho de que tus padres son ambos psicólogos. ¿Qué me podés decir al respecto?
-En la época en que mis padres se recibieron de psicólogos había un entrecruce mucho más grande, mucho más preponderante que ahora, entre el arte y la psicología. Me parece que los psicólogos recibidos en los 70, en los 80, hablaban mucho más de cine, de teatro, de música, me parece que eso -me da la sensación- de que se perdió un poco.
Pero al venir de esa línea que entrecruzaba tanto la psicología con el arte en mi casa -siempre hubo mucho arte, mucha pintura, mucho cine, mucho teatro, mucha música-, es un poco inevitable o una consecuencia el haber pedido estudiar actuación. Más allá de que te podría decir que hay algo del psicólogo que observa al ser humano y que me parece que el actor también lo hace. El actor lo observa para poder representarlo y el psicólogo lo observa para poder ayudarlo. Entonces hay algo de la observación del otro, ¿no?. Me parece que coinciden las dos profesiones, pero también tiene que ver que había mucho arte en mi casa.
Acerca del futuro y los sueños
-¿Cómo te ves de acá a 10 años?
-La verdad es que no sé cómo me veo porque no soy demasiado bueno en futurología, lo que sí puedo decirte es que deseo dirigir todo lo que pueda. Deseo poder filmar un largometraje, deseo poder seguir dirigiendo teatro, deseo seguir actuando en cosas que me gustan y con gente que me interesa. Así que más que como me veo es lo que deseo y ojalá dentro de diez años pueda decirte esas cosas que deseé son las que están, las que estoy viendo.
- ¿Un sueño pendiente a nivel personal o laboral?
-Mi sueño es poder dejarle a mi hija el día de mañana un espacio para que viva de manera feliz. Mi sueño es poder dirigir cine, vivir cada día un poco más tranquilo, tener un espacio fuera de la ciudad a donde poder ir a relajarme cuando no esté trabajando.
Fotos: @chrisbeliera
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Videos: Miranda Lucerna
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