Dentro de las diferentes monarquías europeas existen una serie de reglas que se deben acatar llamadas protocolos, los cuales se vez en cuando algunos de los miembros llegan a romper o modificar con el fin de mejorar las condiciones de todos los miembros las futuras generaciones. No obstante, dentro de la Constitución existen leyes que los propios reyes pueden modificar para beneficiar a un solo heredero de la corona sin importar que esta sea justa o no.
Tanto la monarquía de España como la de Mónaco comparten algo en común y esto es el favoritismo que se tiene a los hombres por el legado a la corona. Aunque la Infanta Elena es la hermana mayor del Rey Felipe, éste fue el primer y único varón de la familia, lo que lo hizo heredero directo a la Corona. La princesa Leonor es la primera descendiente del matrimonio de Felipe y Letizia y al no contar con ningún hermano varón, ella es la candidata directa al trono de España aunque es una ley que prevalece en caso que Leonor tenga un hijo varón.
Por parte de Mónaco, Carolina es la primera hija del príncipe Rainiero y de Grace Kelly pero el primer y único varón del matrimonio fue el príncipe Alberto, teniendo ventaja sobre su hermana mayor. Alberto ahora es padre de los mellizos Jacques y Gabriella y parece que la misma historia de sus padres se repite pues, aunque la pequeña nació dos minutos antes, Jacques se convertirá en el príncipe heredero.
Qué dice la ley sobre los herederos
La Ley Agnaticia de Mónaco es muy clara y contundente sobre la preferencia que se tiene sobre los herederos varones y sobre el ejercer su papel una vez llegada la mayoría de edad. Y aunque se define que Jaques es el primero en la línea de sucesión, Gabriella podría tener una posibilidad siempre y cuando no tengan hermanos vivos o que exista la posibilidad que su hermano tenga hijos varones a los que se favorecerá. Mientras eso ocurre, ella es considerada como la segunda en la línea de sucesión.
A pesar que Alberto afirmó que está en contra de esta ley no decidió cambiarla por una más justa para las futuras generaciones como ocurrió en otras monarquías europeas, alegando que ambos hijos crecerán teniendo las mismas responsabilidades y roles con su hermano, para evitar que se sienta aplazada. El plan es que ambos tengan las mismas posibilidades de estudiar y prepararse lo suficiente para representar a la Corona de Mónaco.
Tal vez en algún momento, el tan esperado cambio entre Mónaco y España se logre por medio de sus príncipes herederos, quienes acompañen la misma idea de los otros reinados y velen por la igualdad de sus primogénitos sin distinguir su género.
