Tenía tan sólo 15 años en 2006, vivía de manera precaria en un conventillo junto a su familia y otras diez más que compartían un único baño. Pero Agustina Vivero tenía un propósito y aunque no tenía wifi, desde el ciber que estaba en el barrio comenzó una revolución en una red social que ya no existe llamada Fotolog. Fue abandera de los floggers, una tribu urbana que se caracterizaba por usar chupines de colores y peinados lacios con un flequillo de costado, además de parar en el Abasto Shopping. Fue, sin duda, la primera influencer argentina, marcó el camino a varios, y así forjó su destino.
Hoy con 30 años se siente orgullosa de su frondoso curriculum, siempre rodeada de famosos. Fue asistente de producción de Gerardo Sofovich, generó contenidos digitales para Mirtha Legrand y fundó RUIDO, una agencia de marketing digital en la que trabaja con famosos: Marcelo Tinelli, Mariano Iúdica, Pía Shaw y Pamela David, entre otros.
En una reciente entrevista que dio a Clarín comentó: "Todo lo que pasó con Cumbio (así eligió llamarse en Fotolog) me ayudó mucho ahora. Es loco, porque me recuerdan de ahí… Fue un caso de éxito en las redes". Ella logró cautivar al público rápidamente: tenía todos los condimentos para "enamorar" a los adolescentes. Sufría bullying en el colegio, era pobre, le gustaban las chicas...
Su fama trascendió fronteras: la entrevistaron hasta del New York Times. Después decidió estudio Comunicación Social en la Universidad de Palermo, y haber sido Cumbio le sirvió para conseguir su primer trabajo como asistente de producción.
"La Agustina del presente tiene muchas más herramientas gracias a Cumbio y le debe muchísimo. Pasé de compartir un baño con 10 familias a estar de viaje en el Caribe invitada por una productora por Cumbio, a estar en un all inclusive en Brasil… Viví muchas cosas que me dieron un abanico de herramientas realmente bueno para mi futuro", le contó a Clarín. Además, hizo realidad el sueño de viajar a aquellos lugares que tanto soñó como Nueva York y Japón.