Fernando Redondo fue uno de los jugadores más destacados de la Selección de Fútbol que dirigía el "Coco" Basile en los 90. Le tocó compartir el campo de juego con enormes figuras, como Diego Maradona, Gabriel Batistuta y Diego Simeone, entre otros, y levantar la Copa América que se disputó en Colombia, en el año 1993 (y que hasta el domingo era el último título obtenido por la Selección Nacional).
Desde el año 2007 vive en Argentina junto a su mujer, Natalia y a sus tres hijos, tras haber pasado mucho tiempo en España. Ostenta el título de DT que obtuvo en España y es, además, embajador de la Liga Española de Fútbol en Argentina.
Por su estampa y su forma de juego, dicen que fue el Cholo Simeone quien lo apodó "El Príncipe": su look pelilargo y rubio lo volvió uno de los jugadores más llamativos, y fue muy imitado por colegas suyos en canchas de todo el mundo. Cuenta la leyenda que fue ese el motivo por el cual rechazó integrar la selección cuando era dirigida por Pasarella, lo cual se encargó de aclarar en una entrevista que dio el año pasado al diario La Nación.
"Me llamó y nos reunimos en el hotel Palace de Madrid. Me pidió que me cortara el pelo y yo le dije que no lo haría. Y me dijo, me acuerdo literal, que como la selección estaba por encima de los hombres y los nombres, si necesitaba convocarme lo iba a revisar. Cuando esto salió en la prensa, él declaró que en realidad lo del pelo había sido un tema secundario, que no me había convocado porque yo no quería jugar por la izquierda, una mentira gigante. Y a partir de ahí, para mí, ya no hubo vuelta atrás", explicó.
Un mediocampista con grandes condiciones que fue figura en el Real de Madrid, equipo en el que salió campeón de la UEFA Champions League en dos oportunidades. Había dado sus primeros pasos en el club de La Paternal, Argentinos Juniors, para ser luego fichado por el Tenerife.
En 1992 contrajo matrimonio con Natalia Solari, quien pertenece a una familia muy ligada con el fútbol: hija de Jorge "Indio" Solari, uno de sus entrenadores en el CD Tenerife, prima hermana del ex-futbolista y ex-entrenador del Real Madrid Santiago Hernán Solari. Tiene un perfil muy bajo, ya que no maneja redes sociales de manera pública y de la que muy poco se sabe.
Fernando pudo jugar profesionalmente hasta el año 2004, pero en ese año decidió retirarse por lesiones recurrentes. "Apenas me retiré fuimos a Madrid, donde tengo casa, y en 2007 volvimos a la Argentina. Lo hablamos con mi mujer: ya eran 17 años viviendo afuera y todavía los chicos tenían una edad en la que los podíamos sacar. Si dejábamos pasar un poco el tiempo se iba a hacer muy difícil. Dijimos 'vamos a probar' y la verdad que estamos encantados de haber vuelto, porque los chicos se adaptaron perfecto y nosotros recuperamos los afectos y el día a día con la familia", recordó.
Tanto él como su familia mantienen un perfil muy bajo, incluso él no ha dado muchas entrevistas a lo largo de su carrera, lo que reconoció en aquella oportunidad. "Tiene que ver un poco con mi manera de ser y otro con que en muchas entrevistas que di, después, cuando las leía no veía reflejados mis pensamientos, y eso te va cerrando también. Entonces decís: 'Prefiero no hablar antes que hablar y después tener que salir a explicar que eso no era así'. Lo peor es que sufro cuando me pasan esas cosas, porque si me diera igual, no tendría problemas".
Es padre de Fernando (28), Luciana (25) y Federico (20). "Luciana estudia diseño industrial, Fernando hizo inferiores en Argentinos, All Boys y Tigre, jugaba de 5 o de 8, pero tuvo problemas en las rodillas: se rompió los ligamentos cruzados de las dos. Mirá vos cómo es la vida: lo mismo que me pasó a mí. La segunda rotura fue justo después de su debut en la Primera de Tigre. Le costó recuperarse y él solo tomó la decisión de dejarlo y seguir con sus estudios de Administración de empresas. Fede juega en la Séptima de Argentinos, voy seguido a verlo. Es 8 o doble 5, como se estila ahora. Dependerá de él. Condiciones tiene", comentó también en aquella oportunidad.
Tras su retiro en Europa se dedicó a pasar tiempo con su familia. "Eso me llevó una década y me sirvió también para despegarme de mi carrera de futbolista y verlo desde otra óptica. Miré mucho fútbol en estos años, eso sí, porque nunca dejó de ser mi pasión. Me divertí jugando con los veteranos del Madrid y de Argentinos, y aplacé bastante el tema de hacer el curso de entrenador, hasta que lo hice en 2017. En ese lapso me ofrecieron distintos cargos, pero entiendo que la única manera de volver al fútbol profesional es siendo entrenador". Es que se formó para tal tarea en España y actualmente se imagina estando al frente de un equipo: "No importa el lugar, importa el proyecto”.