“Te escucho” es el nombre de uno de los programas más míticos de la radiofonía argentina. Luisa Delfino supo inmortalizar esa frase cuando abría las líneas telefónicas a la madrigada y ponía la oreja para conocer a sus oyentes. Desde problemas amorosos hasta desaires de la vida, la conductora buscaba dar un consejo o simplemente ser una especie de confesionario en donde muchos se desahogaron durante treinta décadas.
Su compromiso con la audiencia la llevó a trabajar gratis los últimos seis años con el objetivo de no desaparecer del campo de batalla. “No quería soltarlos”, dijo en diálogo con La Nación al hacer referencia a esta última etapa en Radio del Plata. El vuelco se produjo hace poco tiempo cuando recibió una oferta de Radio Rivadavia, aunque no era lo que esperaba… pero la vida la terminó poniendo en ese dial.
“Cuando me llamaron fue maravilloso, pero era para todos los días y yo ya había decidido que había laburado mucho en mi vida. 6 meses después me ofrecieron hacer lo mismo que hacía y dije que sí. Me puse contenta, no es tanto por lo que me pagan, o que me paguen, sino porque me hayan llamado”, reveló a horas de comenzar con su ciclo este lunes desde la medianoche.
La periodista, que trabajó en GENTE y llegó a ser prosecretaria de Para Ti, recordó que hay una gran diferencia entre los tópicos que surgían en los inicios del ciclo a los que se plantean en la actualidad. “En los 90 había mucha anorexia, mucho alcoholismo, mucha droga, me ha llamado gente drogada al aire. En el 2000 la cosa pasó más a la depresión, a la soledad, explotaron los ataques de pánico y la fobia. Lo que lamentablemente sigue siendo igual es la discriminación a quienes sufren problemas psiquiátricos”, dijo.
Luisa Delfino y el amor
En la entrevista, manifestó que no cree en la fidelidad. “Necesito un compañero, no pierdo la esperanza. Lo que pasa es que es una cosa que pueden plantear algunos oyentes, lo planteo yo: podría salir con alguien más chico que yo, no de mi edad porque me aburro. A lo mejor porque no encontré a la persona indicada. En cambio con alguien que tenga 6 o 7 años menos, estoy perfecta”, manifestó.
“Los de 62 salen con las de 30 o 40 y los que no, están casados hace 40 años. Entonces no hay y yo jamás pero jamás entraría a Tinder o una de esas cosas. -Vengo de la falta de confianza. Con lo que me costó recuperarla en general, imagínate meterte en un lugar donde no podés confiar ni en la foto”, sentenció.
